sábado, 10 de noviembre de 2018

Segunda Oportunidad


A raíz del proyecto del gobierno para facultar a los directores de establecimiento educacionales a expulsar a quienes incurran en prácticas violentas -recuérdese que ahora está de moda rociar con bencina a los reaccionarios– la comisión de Educación presidida por la profesora de Gimnasia y gran progresista, señora Yasna Provoste…

…determinó que el proyecto podía ser inconstitucional -hay que respetar a cualquier precio la constitución pinochetista– y lo envió a una comisión poblada de camaradas para que dilucidara ese punto, cosa que cumplida y debidamente hicieron con el resultado esperable: era “inconstitucional”.

Tras cartón doña Yasna, benévola, perdonadora, dijo que se le iba a dar “una segunda oportunidad al gobierno” para que envíe el proyecto como debe ser, esto es, del gusto de la oposición y de la Constitución de Pinochet. Así están las cosas ahora: puesto que el gobierno se ha convertido de agente de cambio del mal cambio bacheletiano -y poreso y para eso e le eligió- en el gobierno que camina en puntillas tratando de pasar colado, siendo obsecuente en casi todos los temas que son de propiedad de la Nueva Mayoría y de los chiquillos rrrrrrevolucionarios del Frente Amplio, se ha llegado así al punto en que ya parece posible ser condescendiente con él y entonces se le dan “segundas oportunidades” para hacer bien las tareas, se le permiten exámenes de repetición para marzo, celebrar “pruebas de recuperación” a ver si esta vez el porro hace lo que debe.
Nada de nuevo hay en esto. No es raro que durante el lapso histórico en que una nueva doctrina se apodera de las mentes más o menos frágiles de la multitud e impone sus axiomas haya, de vez en cuando, un poco por accidente muchas veces, un interludio que parece poner fin a dicho predominio pero que termina siendo nada más que un hipo político en medio de la marejada progresista. Sucedió durante la revolución francesa, cuando un año antes que Robespierre pusiera a trabajar 24/365 la guillotina más de un delegado en la asamblea legislativa proclamó “terminada la revolución”.
Sucedió en la revolución bolchevique de 1917 cuando Lenin , para paliar el estropicio económico, puso en vigor la “NEP”, nueva política económica. Sucede en Sudáfrica, donde luego del desvanecimiento del régimen del Apartheid pareció que empezaba una nueva y pacífica Era de amor fraternal, todo amoroso amoroso como en esa película yanqui en la que el rugby une a blancos y negros en abrazos surtidos, pero hoy predominan facciones extremas que impulsan al asesinato masivo de granjeros blancos y la expropiación de todas sus tierras. Se terminó lo “amoroso amoroso”.
Por eso cuando se nos dice que los progresismo están retirada en todas partes, no se compren esa ilusión. Están en retirada algunos gobiernos progresistas, pero no el progresismo si entendemos esto último como la doctrina que se ajusta y sintoniza con las masas y se apropia de los cambios culturales masivos de este período histórico. Eso NO ESTA en retirada, al contrario, continúa avanzando. Y puesto que a ese progresismo nacido de fenómenos sociales en gran escala se han trepado con gran oportunismo las izquierdas, se deriva de eso que estas última, bien aupadas en esa cabalgadura, distan de estar en retirada. Están sólo viviendo una breve pausa. Mientras tanto, dan “segundas oportunidades”. Ellos, por su parte, siempre han tenido y tendrán todas las oportunidades del mundo.

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