jueves, 21 de diciembre de 2017

Comentario de Fernando Villegas sobre el nuevo Congreso Nacional elegido 2017


 "Tenemos personas que son semi analfabetas, gente que tiene una cultura igual a un cero"
“Reflejar es una cosa pasiva. No se ve la imagen. En este sentido, el Congreso actual tiene muy bien lo que tenemos, que es una sociedad de masas ”, apuntó el escritor en su programa de Radio Agricultura“ Las cosas por su nombre ”.



El escritor Fernando Villegas profundizó en este nuevo Congreso con caras nuevas que se formaron después de las elecciones de este domingo.

En su programa " Las cosas por su nombre" de Radio Agricultura, Villegas ver "Qué clase de Congreso tenemos". En ese sentido, usted tiene que decir que representar y reflejar son cosas muy distintas.

Al respecto, precisó que “reflejar es una cosa pasiva”. No se ve la imagen. En este sentido, el Congreso actual refleja muy bien lo que tenemos, que es una sociedad de masas ” .

Agregó que es "una sociedad donde han irrumpido en el escenario sectores públicos antes, en sus guetos culturales, urbanos, etcétera ... Han invadido y tenemos en el Congreso un tipo de gente que antes no hubiera aparecido ni en los chistes". Tenemos personas que son literalmente semi analfabetos. Tenemos que tener una cultura igual a un cero, que no sepa ni hablar. Tenemos hasta nuestra versión chilena de Cicciolina. Tenemos cómicos de La Legua, jóvenes, viejos, chiquillos cuya cultura consiste en leer los medios de comunicación docena de panfletos. Ancianos que ya llevan 400 períodos en el Congreso ”.


Por esta razón es también el panelista de Tolerancia. Cero enfatizó que “ este Congreso que ha llegado a ser la sociedad chilena, una sociedad de masas, y como toda una sociedad de masas predomina el elemento vulgar, tan simple como eso”.

A renglón seguido, recalcó que “la masa es lo que ya se explicaba Ortega y Gasset, es cuando son activos, no meramente una cosa que está en un lugar. Son activos. Es una tarea activa, es una acción en una función de un interés, y ahí es donde se hace una tarea complicada el asunto, porque estas personas, muchas que no tienen los dedos para el piano, van a tener que tomar decisiones ya no simplemente de Mirarse al espejo, sino que votar leyes ”.

“ Si va a ser bueno para el país, está por verso. Porque muchos de ellos en un lugar de otro año, y en otro modo, ojala que las cosas funcionan mejor con este nuevo Congreso. No veo por qué querría yo que fuera al contrario. Este Congreso es reflejo. No sé si representativo todavía. Veamos cuando funcione ”.

martes, 19 de diciembre de 2017

Duelo de gigantes: Se enfrentaron Hernán Rivera con Fernando Villegas


El polémico Fernando Villegas y sus frases para el bronce

Para continuar con su fama de polémico y "no tener pelos en la lengua", Fernando Villegas, señaló que el pianista chileno Claudio Arrau no habría conocido la fama, si no hubiera sido por un viaje a Alemania "caso contrario, habría estado tocando en el programa Sábados Gigantes". También se refirió con sorna al cine chileno, aseverando que el filme "Ayúdeme usted compadre" es "la peor película de toda la galaxia".
También comentó la falta de identidad del pueblo chileno y a la estupidez más grande que se haya visto "de andar pidiendo la opinión a los extranjeros de cómo nos ven". A su vez, aborreció esa postal dieciochera de los presidentes chilenos "bebiendo chicha en cacho, con un hombre disfrazado de huaso".
A ratos Villegas se pasó de revoluciones y señaló que Antofagasta, siempre careció de escritores relevantes, manifestando su desconocimiento de la obra de Andrés Sabella, Mario Bahamonde y otros, lo cual le valió la réplica de varios asistentes del auditórium universitario.
Menos mal que, al comienzo de la sesión Fernando Villegas, aseguró que no venía en su plenitud física. "Tal vez, me verán en un 70%; claro que cobraré mis honorarios al 100%

Nota

Son dos pesos pesados y no por su envergadura medida en kilos, sino por lo que saben y lo que representan. Ayer, se enfrentaron en un amigable y sabroso diálogo Hernán Rivera Letelier, un escritor y poeta antofagastino, que ya ha ganado todos los premios literarios imaginables y su nombre traspasó las fronteras para ubicarse entre lo más selecto de la literatura mundial. Por otra parte su "rival", fue el melenudo e irreverente hombre de televisión y radio, el sociólogo Fernando Villegas.
Aunque la informal tertulia fue programada, como otra actividad de la Exponor 2007, bajo el pomposo y académico título de "Sociología del Norte", el diálogo coloquial abordó variados tópicos para regocijo de los asistentes que colmaron el auditorium del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta.
A ambos, el misceláneo público les conocía de sobra. A Rivera Letelier, por su extensa obra con 26 premios literarios y afamados títulos, como "La Reina Isabel Cantaba Rancheras"; "Himno de un Angel Parado en una Pata"; "El Malabarista"; "Santa María de las Flores Negras"; "Los Trenes se van al Purgatorio" y otras de extenso detalle.
Por su parte Villegas, se desempeña como panelista político de televisión y radio; además es columnista de Diarios y tiene a su haber un libro denominado "El Chile que no queremos".
Ambos personajes se conocieron hace diez años y Villegas alabó la obra literaria de Rivera "en un país donde pululan las envidias y resentimientos, de representantes de ninguna cosa". A su vez, admiró el talento de Rivera, porque "nació en un lugar incapaz de incentivar a alguien en la obra de escritor"; a la vez que manifestó su sorpresa cómo en ese mundo inhóspito pudo desarrollar esa extraordinaria sensibilidad artística.
Rivera replicó que, precisamente, en ese desierto, donde no había nada pudo engendrar su vocación literaria porque "me apartaba de la patota y me iba solo a los cerros a charlar conmigo mismo; me atraía el silencio. Allí me sentía diferente pese a que todos éramos iguales de pobres".
Y aunque Villegas se definió a si mismo como "un poco bueno para algo y otro poco bueno para nada", Rivera señaló que "desde hace 12 años soy el tipo más feliz del mundo, porque hago lo que quiero y quiero lo que hago".
Villegas valorizó la audacia de Rivera para convertirse en escritor, renunciando a la empresa, asumiendo el riesgo de mantener una familia y atreviéndose en Chile, un país del "¿quién "soi" "vo"? y como buen santiaguino sabe que "las dificultades se elevan al cuadrado cuando alguien quiere ser algo".
Rivera contó que el trabajo de escritor es de 25 horas diarias y su obra cumbre "La Reina Isabel Cantaba Rancheras", le demoró cuatro años en terminarla, pese a que eran relatos vividos o escuchados, que perfectamente podía haberlos escrito en tres meses. Pero necesitaba darle eso que denominó "soplo de vida", darle color, para convertirla en atractiva y para un público universal a partir de vivencias locales.
Por otra parte, Villegas aseveró que "Hernán estuvo en el tiempo y oportunidad precisa para triunfar, porque su misma obra hace 30 o 40 años, habría pasado como tantas experiencias de otros escritores, que exhiben sus obras como piezas de muse, deleitando sólo a críticos literarios".
Al final, Rivera se mandó un lindo poema dedicado a Antofagasta, que dejó tendido en la lona a Villegas. Y el público localista lo premio con grandes aplausos.

¡Ah, “la derecha”…!


Autor: Fernando Villegas

El paisaje social de Chile ha cambiado y no hay ya lugar para maniqueísmos.

En estos días y en melancólicas veladas celebradas en casa de “socialités” del progresismo se comenta con horrorizado estupor la inesperada “movilización de la derecha”“Movilización” es término políticamente correcto, casi venerable, pero en este particular ambiente su pronunciación es acompañado por un hálito amargo; en dichas congregaciones de viudas y viudos el sentimiento imperante es que no fue una demostración de democracia pura y digna como las de la izquierda, sino ocasión cuando inocentes ciudadanos habrían sido arrastrados al error en el mismo pérfido estilo como Lucifer nos arrastra a la perdición. Con esta versión los alicaídos comensales sin saberlo imitan -aunque desvaídamente- a Maduro, quien reflotó por enésima vez en la historia del socialismo latinoamericano al imprescindible y servicial imperialismo yanqui con el fin de explicar ahora el porqué de la ausencia de perniles de chancho para celebrar la Pascua. Acá se ha sustituido -por el momento- al imperialismo ladrón de chuletas con “la derecha” tentando a los fachos pobres. Era esperable; es sector que habita una dimensión espiritista, en un plano mucho más virtual y verbal que real y, por lo mismo, cualquier cosa que tenga el feo mérito de existir es el enemigo, cualquiera sea su forma.
 Y uno de los avatares de esta existencia dura que torpedea los bellos ideales de las almas piadosas es “la derecha”, monstruo tan sólido y tangible como la Contraloría General de la República. Capaz de toda laya de felonías, ha tenido ahora la malicia de activarse como nunca antes.


Sin embargo y pese a su abundante uso tal vez sea la hora de preguntarse si esta expresión, “la derecha”, hace justicia al sujeto histórico y político que se movilizó a tan alto grado. Hablar de “la derecha” mantiene vigente un concepto que peca de insuficiencia, uno que en su machacona estrechez y reiteración deja de percibir la naturaleza de lo sucedido, deja de ver quiénes realmente se “movilizaron”, deja de entender los motivos subyacentes de ese fenómeno y en breve deja de comprender qué está sucediendo en Chile.

Tan porfiado uso sólo sería aceptable y puede tener eficacia como arenga para envalentonar a la tropa; para eso hablar de “la derecha” sirve. También aporta el hablar de “unidad”. Con ellas y durante este receso veraniego el progresismo se prepara para su contraofensiva de marzo.

Los datos

Los datos están poniendo las cosas en su lugar. Los primeros análisis muestran que la movilización piñerista tanto para cuidar votos en las mesas como para acudir a votar en ellas no se limitó, ni mucho menos, a lo que el término “derecha” significa. Si NO ha de ser un mero gesto verbal impreciso y displicente para motejar a los votantes de Piñera, “derecha” sólo puede y debe significar, políticamente, el cuerpo ciudadano formado por militantes, simpatizantes y votantes perpetuos de RN y UDI, mientras sociológicamente sólo puede y debe hacer referencia a los sectores asociados a la élite del país, a propietarios de peso, altos ejecutivos, profesionales de nivel medio para arriba, etc., núcleo alrededor del cual orbitaría -pero esto ya es mucho más difuso y vago- un cinturón de asteroides de menor tamaño, a saber, pequeños comerciantes y empresarios de pymes, empleados temerosos de caer en el abismo, señoras piadosas, ancianos de clase media, etc., etc.

Esa es “la derecha”, pero ni siquiera sumando todas sus partes se explica el contundente triunfo de Piñera y menos aún se comprende el profundo cambio cultural que una columna calificó como “desplazamiento de placas tectónicas”.

El miedo

Lo que se movilizó el 17 de diciembre, amén de “la derecha”, fue el miedo. MIEDO, pero entiéndase este miedo no como un estado emocional transitorio azuzado con mañosas y artificiosas campañas del terror, sino como expresión del natural instinto de supervivencia económica y social de una creciente y ya masiva ciudadanía conformada de modo muy distinto a las categorías que cansina y majaderamente se siguen usando. Es ahí, en la composición y estructura de ese nuevo eje atravesando y rasgando el sistema de estratificación clásico, donde se encuentra el origen de los miedos. Es, dicho vasto grupo, lo que en términos insultantes pero retorcidamente correctos el diputado PC Gutiérrez llamó “fachos pobres”.

 Los “fachos pobres” de Gutiérrez no son sino los estratos surgidos en los últimos 30 años y que con toda razón miran con la más absoluta desconfianza y en casos extremos, con miedo, la clase de retóricas e iniciativas políticas que conducen o pueden conducir a ingenierías sociales universalmente fracasadas aun si se ejecutan a medias pues, de todos modos, harían sal y agua sus beneficios. El temor de tantos a que en Chile se repliquen siquiera parcialmente las experiencias del “socialismo bolivariano” no responde a un pavor caprichoso y/o manipulado por especialistas en propaganda política, sino es reacción razonable ante hechos reales: independientemente de las intenciones de quienes corean los motes y mitos del progresismo corriente, las políticas nacidas de esas consignas inevitablemente, así lo sospecha este nuevo ciudadano, ponen a una sociedad en un tobogán resbaladizo que conduce a grados crecientes de estancamiento y conflicto.
 ¿Por qué, entonces, quien con arduo esfuerzo ha llegado a tener algo, como ocurre con millones de chilenos, no iba a temer ese desenlace a dos, tres o cinco años plazo? 

Y para evitarlo votaron por Piñera. No es que sean “de derecha”, pero no desean ser “de izquierda”. Motejar eso de histeria, de fantasía, etc., es no entender la realidad, incluso pretender aleccionarla. A esta nueva y numerosa generación de chilenos no les vienen a contar cuentos. Ya saben cuán poco valen las promesas y cuán vacías son las consignas. En subsidio de una experiencia directa de en qué terminan esos experimentos, disponen de abundantes medios de comunicación institucional y personal para enterarse. Por eso no hay misterios respecto de lo que sucede dentro de Venezuela como sucedía con la URSS y Cuba en los años 60, cuando la escasez de información hacía suponer que esas naciones eran, después de todo, el Paraíso aquí en la Tierra.

Otro paisaje, otra fisonomía

En resumen, el paisaje social de Chile ha cambiado y no hay ya lugar para maniqueísmos. Ha cambiado no sólo porque emergen nuevos grupos, como emergió en distintos momentos del siglo XX la clase media, sino por la forma como también se han transformado culturalmente los estratos y clases ya existentes, incluyendo “la derecha”. El miembro típico de la clase trabajadora del pasado surgida y basada en un sistema económico tradicional y previsible, el obrero “del hierro, del salitre y del carbón” como decía Allende, así como el empleado del Estado, el dentista por años de años, el profesor, etc., podían ser la mayoría de las veces “hombres o mujeres de izquierda”, siendo esta más una afiliación que una opción, una identidad de por vida como ser católico o masón, pero esa postura vitalicia se ha ido disolviendo. 
Hoy nadie se siente a salvo dentro de una burbuja institucional o de clase, a resguardo de los vaivenes de la economía, como tampoco nadie espera jubilarse en 40 años y recibir un reloj enchapado en oro; al contrario, TODOS perciben que su bienestar depende de condiciones cambiantes asociadas al ritmo de la actividad económica y al cambio tecnológico, que es dependiente de las inversiones, de las confianzas y de factores que otrora parecían materia sólo de interés para los académicos. Por eso ya no toman partido a base de convocatorias tan antiguas como el “ora pro nobis”, sino buscan a las personas, los equipos y las políticas que les ofrezcan confianza de que la casa no se va a desplomar sobre sus cabezas.

 Personalmente vimos a muchos sujetos de esa clase, “izquierdistas de toda una vida”, anunciando a quemarropa que iban a votar por Piñera “porque con estos otros tipos nos vamos a la cresta”. ¿Subjetividad de fascista pobre? No; es la voz de un Chile que ya no compra automáticamente nada ni se sube ciegamente a ningún bus.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Columna de Fernando Villegas: “Libertad de acción”



Una coalición de izquierda siempre necesita maquillarse, en democracia, con un partido de “centro” o ahora, con “más audacia”, de “centroizquierda”.

Continúa discutiendo en el seno del Partido Demócrata Cristiano el tema de la "libertad de acción", señal clara que no se ha librado de él. Mientras que algunos de los dirigentes se han manifestado o simulado. Parte del esfuerzo consiste en asegurarnos de que “nunca votarán por Piñera”, opción por defecto o confesión asocian a dicha libertad. Es una proclamación negativa hecha ya tantas veces que más se asemeja un conjuro que una orden ni siquiera una predicción. Su eficacia es discutible; Sin duda alguna, tener un título personal de quien es el perfil, pero también se puede tener una respuesta negativa. en especial cabe preguntarse si despierta eco en los meros simpatizantes o los resultados sin registros ni los compromisos y hasta ahora han hecho canoísmo casi en seco y en los decrecientes aguas espirituales de la falange. Hoy en día y más que nunca una cosa es lo que digan y hagan los dirigentes y otra vez que hagan y digan los simples partidarios. Los primeros tienen intereses vitales para sustentar su decisión de aferrarse a la no-libertad, como lo son la viabilidad, la política de su partido y con el mismo sentido de sus posiciones como dirigentes, para no decir, porque quizás sea un rudo decirlo, los cargos en el gobierno, el Congreso, en las reparaciones públicas y otros beneficios asociados al duro sacrificio por la Patria Resiliente. Los segundos no están sobre sus hombros.

El "debate" acerca de la libertad de acción se ha centrado en ese partido y no en otros de la coalición -y mucho menos en el Frente Amplio- por una razón muy sencilla: es la Democracia Cristiana la colectividad dentro de la NM ha Estado más incómodo, puesto más reparos y expresado más reproches a la labor del gobierno, a la vez, a la cual se ha ido materializando con la candidatura de la señora Goic. Inimaginable dicho predicamento y agitación de banderas independientes en el seno del PS, del PC y hasta el renacido PR, el Lázaro de la política actual, el cuerpo y el título de su tumba y un paseo por un milagro del nuevo Mesías, Alejandro Guillier. Todos están por igual orgánica, visceral, existencial y oportunísticamente vinculados a la NM. Sobre todo es así con el PC. Este partido, de no ser miembro de la coalición y de los pactos que entraña, se pasará desde la condición de iniciador, ejecutor y controlador de parte importante de la institucionalidad del Estado y de la oreja presidencial de turno a la de partido del 5% del electorado

Buenas razones

Todos los factores, la razón de la candidatura han sido siempre plausibles y razonables; Su partido no es de izquierda como los otros, sino que tiene su habitación, nos comunican los agrimensores de la flecha roja, en el territorio de la "centroizquierda". Que bien dicho no es significativo. Al menos con esta membresía se le comunica a la nación que NO se une a un par de marxismo, colectivismo, estatismo y todos los demás ismos de la constelación ideológica, emocional, palabrera y laboral de la izquierda. Esta es la razón por la cual se le ha dado un buen reparto. La NM ha sido una entidad donde el PS y el PC han encontrado con un nuevo nombre su tradicional área de valores y valores sostenidos desde tiempos inmemoriales, alianza natural en todo el sentido de la palabra, pero no ha sido nunca ni puede ser siempre sino instrumental, un pacto electoral y un gobierno celebrado con fuerzas en todo orden, salvo en el interés común por el gobierno común y el uso común y vacío del término "centroizquierda" o aún más vacío y manoseado del "progresismo". Un instrumento se toma o se deja de acuerdo con su utilidad. Si esos elementos faltan, la utilidad ha llegado o desaparecido y llega el momento de repactar las condiciones con los difíciles socios. Ese momento es hoy y es otra razón para la candidatura de Goic.

¿Y malas razones…?

Lo que podría parecer no razonable, incluso anacrónico, es el debate sobre la libertad de acción. Sin embargo, sin embargo se comportan como senadores de la Roma clásica, decidiendo si van a ser esclavos en "libertos". Este es un debate sobre la primera vista o la audición se ve y suena ridículo porque hoy en día no doña Juanita y su cónyuge e hijos están esperando el permiso de nadie para votar por quien es la frunza, pero por supuesto la señora Goic y los demás dirigentes saben perfectamente todo eso Lo que es mejor que nosotros porque si acaso tienen el índice puesto en el pulso, es el pulso de su partido, y ya está disponible. La derecha, fenómeno que ocurre aún en las altas esferas de la colectividad. Hasta el momento, sin más ni más ni menos. , continuador de la señora Bachelet, lo que equivale a decir continuador de la desmedida influencia del PC y de su programa y sus hordas enquistadas en el Estado. Los dirigentes decían saber la existencia de ese flujo o más bien hemorragia y saber que no controlan ni siquiera el voto del tipo que sirve el café en la sede del partido, sino que es precisamente el objetivo que debe ser disimular. Espita que deja o no deja salir a borbotones el voto; Sin embargo, en la actualidad, en el caso de la taxidermia. En breve, sin esa ilusión, los nombres de personas se mostrarán en la parte virtual. La libertad de acción, entonces, no es un debate sino una mascarada. No puede darse o quitarse, ya que se ha dado el gusto de los seguidores de la vida. Discutir acerca de eso sólo es un acto de malabarismo sin cuerda, quizás rojo, sin espectadores y que se ofrezca en el público, así como en los viejos vendedores callejeros.

Baile de máscaras

Pero si lo de la "libertad de acción" es un "truco" de marketing, una ilusión, también es algo real, un sable, otra rica faceta y avatar del cúmulo de contradicciones en que se mueve el progresismo y en especial su partido más Ambiguo, vacilante, inquieto e incómodo. Sin embargo, en el pasado, en la base de la cacareada, "centroizquierda" y divididos internamente en facciones, más deteriorados aún están en su base, donde hace tiempo se produjo un éxito en el pasado, no hacia sino en la Tierra Prometida o al menos La promesa de sus socios de coalición. Es un fenómeno que no puede ser aceptado públicamente o equivalente en el síndico de quiebras. Tampoco los demás miembros de la NM, pese al desdén con que miran a sus compañeros de ruta, están disponibles para más información al borde de la rabia abierta y el desprecio, manifestado a veces casi desnudamente por un personaje locuaz como Andrade. Una coalición de izquierda siempre necesita maquillarse, en democracia, con un partido de “centro” o ahora, con “más audacia”, de “centroizquierda”.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Vida, pasión y muerte de la Democracia Cristiana


Autor: Fernando Villegas


"Dirigentes nacionales, provinciales, comunales y militantes activos de la democracia." Cristiana es acorde de probar lo que se dice. Sigmund Freud en Más allá del principio del placer, libro donde postuló en el alma humana no solo en un impulso hacia la vida, " Eros ", cuya manifestación más intensa es el deseo de reproducirse y sus suspirantes, anexos espirituales, sino también un impulso hacia la autodestrucción," Thanatos ", el cual siempre se manifiesta como el daño que de vez en cuando nos infligimos por causa de un oscuro deseo de castigarnos, pero que, in ocasiones, aparece también con un definitivo y respetable balazo en la sien. Las reglas generales de la asociación de la colectividad y la participación de la mujer se hicieron realidad en la candidatura de Carolina y en la incertidumbre. Consternada, anunció, se sumó a un proceso de reflexión, de la profundidad, y el pedido, el servicio público, emergente, brevemente, la superficie para anunciarse, y el señor Rincón deponía SU candidatura. A eso se sumó la batahola de los diputados que acusó a Goic de posar de la víctima por hechos que son de su autoría. Ni moliere podría haber imaginado una comedia con más peripecias.

Al escribirse estas líneas, la desolación y la furia de quienes apoyan a Carolina es irremediable, pero a su vez la obcecación porfiada de quienes desean su caída es irredimible. Por eso, aunque regrese a la carrera, el daño está hecho. Hay demasiados bandos en lucha y demasiados propósitos o imposibles o incoherentes y siempre contradictorios. Algunos sueñan con usar una Carolina para ganar fuerzas y un mejor pacto con el Nuevo México y garantizar la continuación de sus cargos; otros fantasean con convertir en pabellón patrio de una Democracia Cristiana regresando a la pobreza evangélica; Incluso un sector ha dicho el lema “Hay que derrotar a la derecha” por “Hay que derrotar a la izquierda”, aunque solo susurrado, nunca proclamado. En el medio de una mezcla de movimiento es difícil antes de que se traduzca el relanzamiento de Carolina, salvo más de lo mismo, la confusión y la desintegración. Con estas políticas políticas y mediáticas, DC se encaminó rápidamente hacia un estado insaciable de catatonia política.


¿Cómo se llegó a esto?

De la esencia ...

Es la esencia de los partidos del centro no se cuenta, ni siquiera cuando se vive el entusiasmo propio de toda inauguración, con una antigua ideología que promueva y hasta imponga los conceptos, valores y doctrinas que dificultan vaivenes ruinosos y / o ridículos. El solo hecho de intentar una síntesis de principios a menudo irreconciliables siembra semillas de destrucción; Estas imágenes no están disponibles, pero aparecen y fructifican lujuriosamente apenas eso ocurre. La vida se vivió en los años de Frei, la vida en Allende y lo vivió ahora en Bachelet, en los tres casos por la misma razón.

Esa es la misma razón en la que se encuentra el credo democrático y cristiano, que ha sido publicado en su día el mismo día en que la colectividad se desprendió del tronco conservador. La fe cristiana puede ser suficiente si se trata de salvar el alma y acceder a la Vida Eterna a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, pero es mucho menos precisa y operativa cuando se trata de dilucidar el qué y el cómo de la vida en la sociedad. No basta hablar de "humanismo cristiano" para definir un camino, por ejemplo, el bien o el mal de las desigualdades, etc. No bastó en el pasado y no ha bastado ahora. Inevitablemente, en el caso de las circunstancias, una definición sobre esos tópicos, los elementos contrarios no se pegan entre sí con el adhesivo de la retórica se van a separar y seguir sus propias lógicas. Lo hemos visto en los temas tributarios, de educación, de salud, de relaciones exteriores, en todo. En cada ocasión, en el momento de la cirugía, se le pedirá menos. La confusión y la indefinición se da a partir de ahora por partida doble: entre facciones con ideas distintas y dentro de los individuos que no tienen idea. Cuando eso no ha sucedido es solo porque el tema no ha sido activado.

Cincuenta años, 20 años…

Si acaso los 50 años pasaron desde la coronación de Eduardo Frei Montalva completaron el desvanecimiento - "El tiempo que todo lo borra". Lucrecio- De las proposiciones Programáticas inspiradas en encíclicas Papales y piadosos Ensayos de Jacques Maritain, 20 años. Palio de la Concertación también es el capital de honestidad y coherencia moral que, para desgracia del género humano, solo prospera o se mantiene en condiciones espartanas, al margen de la tentación, nunca jamás en el suculento ejercicio del poder y el goce del privilegio. Este camino está más marcado en los que tienen frágiles ideas ideológicas, pero a veces se encuentran en el Buen Camino si hay demasiadas estaciones intermedias bien provistas con los bienes de este mundo. Como resultado de la historia democrática, hoy, la dirección democrática, las excepciones que confirman la regla, solo posee dos cosas, por un lado, un catálogo de frases en el pasado y ahora ninguno, al punto que , es de lamentarse, sus fatigosas peroraciones sobre el "centro", su trabajo de padre adoptivo de la "huérfana clase media" , sus servicios "bien común" , su cacareada inspiración cristiana y todas las demás expectoraciones provenientes de dicho sector suenan ininteligibles como un eco llegando con retraso; por otro lado, a su vez, a un lado, a un lado, a otro, a otro, a su vez, a su vez, a su vez, a su vez, a su favor. es, exigiendo de cada quien según sus capacidades, sino al revés, retribuyendo a cada quien según sus capacidades.

Por eso no es casual que los dirigentes históricos que rechazan las actuales posiciones y que se apunten por un camino propio sean quienes están ya literalmente jubilados tanto como la colectividad como estado, razón por la cual no tienen nada que perder. Desde ese momento, el material de confort puede darse el lujo de jurar votos de pobreza.

Vida, pasión, etc ...

Tal ha sido la vida, la pasión y la muerte de la muerte. Vivía cuando luchas por principios que aún en tu vaguedad insuflaban tuhacer con un hálito épico o siquiera inocente; conocí la “pasión” al enfrentar la adversidad de muchas derrotas y la sordera nacional ante sus prédicas humanitarias; conoce ahora la muerte, porque la pasión por el miedo y el resentimiento ante la posibilidad de ser apartada del erario nacional. Puede ser que su cuerpo siga respirando, pero su espíritu ha caído -como el de otras colectividades- porque olvidó lo que era. El poder puro del poder, el poder para seguir en el poder, en breve, el poder amnésico que ya no sabe para qué es un pobre remedio del sentido y la finalidad. En este caso, se trata de un vacío en hipócrita y relamida, ayer humanista y hoy populista. Todavía celebra sus rituales, sus asambleas, sus primarias, sus elecciones internas, pero todo huele a simulacro. 
Mutó en sociedad de socorros mutuos, donde no hay cabida para la lealtad ideológica sino solo para un práctico "hoy por ti, mañana por mí". Cascarón hueco y sin alma, la Democracia Cristiana recuerda que hoy en día se visitan por turistas japoneses. El 4 de agosto de 1789, cuando la nobleza francesa cometió un harakiri rindiendo sus derechos feudales. Tal vez lo haya sido, en escala menor, la de la votación. Un insuperable cansancio agobia todo aquello que ha perdido su destino.

martes, 7 de noviembre de 2017

Algunas precisiones acerca del nepotismo Fernando Villegas



 El Mostrador 22 junio, 2005


Fernando Villegas, en Tolerancia Cero, levantó un argumento a mi juicio erróneo, al señalar que el nepotismo y el amiguismo -llamado también el compadrazgo- no tendrían que constituir necesariamente corrupción.
Señaló el prestigioso comentarista que el favorecer a los parientes es natural, trabajar con personas amigas también. El error de su apreciación, pienso, fue no separar los planos de lo privado y lo público, ya que es lógico, natural y positivo que un empresario privado decida fundar una empresa y trabajar con sus hijos, sobrinos, yernos, nueras, cuñados o nietos. Nadie puede decirle nada, la plata es suya y nadie tiene derecho a inmiscuirse en sus decisiones.
Pero, en el ámbito de lo público, el tema es diferente y la ley se ha ocupado de prevenir la práctica viciosa de favorecer a los parientes en el ingreso o relaciones con la administración pública -lo que significa perjudicar a otros que no lo son-, generando algunas reglas al efecto. Por ejemplo, los cónyuges no pueden trabajar en una misma dependencia en relación de jefe-subordinado.
En materia de contratación, y de ingreso a cargos públicos, existe la concursabilidad, donde hay elementos objetivos de evaluación para la selección y para las promociones. En este mismo orden de ideas, es deber de un funcionario inhibirse de actuar cuando él tenga alguna relación directa o indirecta con el tema que debe conocer o fiscalizar, en lo cual, ser pariente hasta tercer grado de consanguinidad generaría una vinculación.
Existen, además, expresas incompatibilidades que buscan evitar que un funcionario pueda estar simultáneamente prestando una función pública y actuando como privado en el mismo ámbito. Es decir, pese a existir aspectos no tratados expresamente en la ley, el sistema republicano se ha preocupado de generar normas claras respecto a conductas de los funcionarios públicos para evitar vicios que corrompan las organizaciones.
Pienso que la confusión de Fernando Villegas es haber abordado el tema con la lógica del sector privado, donde, y allí tiene razón, buscar personas de confianza es la clave para formar equipos de trabajo leales, con una común visión. Pero, donde se ha equivocado es en la dimensión diferente que esto tiene en la gestión pública.
En la Administración Pública el nepotismo está definido como una corrupción, toda vez que, usando recursos públicos de manera indebida, al igual que en el compadrazgo o el clientelismo, una autoridad busca favorecer a los parientes, amigos o correligionarios, con puestos fiscales, como pago de favores o como botín electoral, sin considerar el mérito que debieran tener esas personas para cumplir legalmente las exigencias de ese puesto público, rompiendo con el nepotismo los criterios de una sana carrera funcionaria. Por el contrario, si un pariente postula con sus méritos y gana un cargo o un concurso en función de sus competencias, no ha habido nepotismo alguno
Para que un gobierno pueda conducir un aparato público estructurado bajo una legalidad restrictiva, el sistema contempla que el Presidente de la República tiene la capacidad de nombrar como de exclusiva confianza a ministros, subsecretarios y jefes de servicio. La nueva normativa sobre Dirección Pública ha sometido a concursabilidad numerosos cargos que eran de exclusiva confianza, con lo cual se ha buscado implantar la meritocracia en el sector público, reduciendo el número de cargos que quedan a libre designación presidencial, lo cual es sano para una administración profesional que sirve al Estado como plataforma permanente, por encima de la alternancia política.

Fernando Villegas dio sobre corrupción un concepto un tanto restringido, ubicándolo en el cohecho activo y pasivo, es decir, el pago ilícito para obtener de alguien que tiene algún grado de autoridad, una acción u omisión que lo favorezca indebidamente. Es cierto que esta es la forma más explícita y gráfica de corrupción, donde alguien compra un favor ilícito, y alguien vende un favor o solución que no es correcta, perjudicando esta acción al resto del mercado, constituyendo una acción desleal por excelencia.
Pero también hay formas más sutiles de corrupción, que pueden operar al filo de lo legal. Es la acción de tráfico de influencias en que, detrás de una asesoría profesional netamente técnica, pueden articularse sutiles y no tan sutiles presiones para forzar una decisión determinada. La manipulación de los procesos de adquisiciones, con la inclusión de especificaciones técnicas o de parámetros de evaluación o de exigencias de garantías, que puedan allanar el camino a algún o algunos de los oferentes, son formas encubiertas de corrupción que sólo se pueden evitar con una gran transparencia en los procesos de compras públicas.
Tanto es así, que esto forma parte de un acuerdo incluido dentro de la Organización Mundial de Comercio, Marrakech 1994, el cual busca evitar que la corrupción en los Estados coloque barreras invisibles a la libre concurrencia. Cuando se ponen de acuerdo el agente público con uno o más agentes privados para manejar un proceso de adquisiciones, obviamente se genera una peligrosa máquina de corrupción, en la cual se confabulan, por ejemplo, para elevar precios de los contratos perjudicando en definitiva el interés general.
Las elites empresariales en forma natural, según decía Peter Drucker, buscan influir en el gobierno y hay muchas formas de hacerlo. Las legítimas y por demás transparentes, son las acciones que despliegan las entidades gremiales corporativas, con las cuales buscan decisiones públicas que beneficien a su sector, en un juego propio del sistema democrático.
Pero, están también muchas otras formas encubiertas o disimuladas de accionar sobre lo público, las que pueden ser de variada índole, estando el nepotismo entre una de ellas. Los directorios de muchas empresas son el reflejo de estas estrategias de acercamiento al poder político. Los parientes de los gobernantes o autoridades pueden ser también apetecidos para abrir puertas y obtener facilidades. Sólo la prensa libre y la fiscalización independiente de la Contraloría General de la República pueden prevenir que esas acciones puedan perjudicar el sano funcionamiento de las instituciones.

jueves, 19 de octubre de 2017

Alejandro Guillier



Alejandro René Eleodoro Guillier Álvarez (La Serena, 5 de marzo de 1953) es un sociólogo, periodista y político chileno.​ Es independiente cercano al Partido Radical. Desde 2014 ejerce como senador por la II Circunscripción de Antofagasta. Fue candidato de los partidos Radical, Socialista, Comunista, por la Democracia, MAS Región e Izquierda Ciudadana en la elección presidencial de 2017.

Es hijo de Alejandro Guillier Ossa y María Raquel Álvarez Monterrey, y tuvo cuatro hermanos: Raquel, Francisco, Carlos e Ilse.5​ Realizó sus estudios medios en el Liceo de Hombres de Antofagasta, donde fue fue presidente del Centro de Alumnos, y entre 1966 y 1968 estudió en el Liceo 14, hoy Liceo Polivalente Juan Gómez Millas, de Santiago.​ En 1970 realizó el servicio militar en el Regimiento Esmeralda de Antofagasta.
En 1971 ingresó a estudiar Sociología en la Universidad del Norte en Antofagasta, que fue cerrada temporalmente poco después del golpe de Estado de 1973. Guillier se tituló de sociólogo en 1977, y se mantuvo como profesor en su alma máter, al mismo tiempo que estudió Licenciatura en Periodismo, egresando como periodista en 1980.​ Posteriormente realizó un Magíster en Ciencias Sociales en la Flacso (Quito, Ecuador), en 1983.
En 1983 se casó en Santiago con María Cristina Farga Hernández, a quien conoció durante su estadía en Ecuador. Su familia está además compuesta por Andrés Almeida Farga y Cristóbal Almeida Farga, hijos de un primer matrimonio de María Cristina con el ecuatoriano José Almeida-Vinueza, y Alejandro Guillier Farga.
Desde 2014 es miembro de la Logia Parlamentaria de Valparaíso y ostenta el grado de maestro de la orden.​ Su padre también fue masón.

Carrera periodística

Inició su carrera en los medios en el diario La Estrella del Norte, además de corresponsal en su ciudad de Radio Cooperativa y la revista Hoy (1981-1983). Se trasladó a Santiago, a trabajar en la Radio Chilena, donde fue la voz de la primera edición de Primera plana (1984-1985), y nuevamentemente en la revista Hoy (1986-1991) como redactor en la capital.​ Entre 2001 y 2002 se desempeñó como director de prensa del desaparecido diario El Metropolitano.
En 2008 se integró a ADN Radio Chile, donde desarrolló un comentario editorial a las 09:00, para luego asumir la conducción del programa ADN Hoy; también ha participado como panelista en el programa Hablemos el lunes de la misma emisora. A fines de 2011 fue fichado por Radio Futuro para conducir el programa matinal Palabra que es noticia, junto a Antonio Quinteros; paralelamente, continuó en ADN con el programa analítico de las nueve de la mañana El comentario de Alejandro Guillier.

Televisión

Ingresó a la televisión en marzo de 1991, como editor matinal de prensa de RTU.10​ Luego, en marzo de 1992, pasó a Televisión Nacional de Chile (TVN), en programas periodísticos como Informe especial, Medianoche, y la conducción del noticiero central de 24 horas.
En marzo de 1999 llegó a Chilevisión para asumir como Director de Prensa de la estación televisiva.​ Condujo el noticiero central Chilevisión Noticias.​ Ese mismo año debutó el programa de debate Tolerancia cero, creado por Guillier junto al director ejecutivo del canal, Felipe Pozo, donde asumió como panelista estable. El programa se transformó en un referente de la actualidad y la política chilena.
En 2004 recibió el Premio Edward W. Said de Fundación Palestina Belén 2000 por descendencia árabe, y palestina en particular, y su contribución al país en las más diversas disciplinas.
En diciembre de 2008 dejó Chilevisión, para ingresar al canal de noticias 24 Horas de TVN. Ahí presentó los programas Factor Guillier, Hora clave y Mano a mano.
Tras renunciar a TVN,15​ el 22 de diciembre de 2011 llegó a La Red para asumir la conducción del noticiero Hora 20 junto con su compañera radial Beatriz Sánchez, a partir de enero de 2012, y donde se mantuvo todo ese año. Desde 2013, cuando decidió luchar por un escaño senatorial, se halla alejado de los medios de comunicación.
Fue presidente del Colegio de Periodistas de Chile durante el periodo 2004-2006. Ha sido vicedecano y profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales (1988-1997), y director en Santiago de la Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor.

Carrera política

En febrero de 2013, dejó La Red, para postularse como candidato al Senado de Chile en las elecciones parlamentarias de ese año, con el apoyo del Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), por la II Circunscripción de Antofagasta, que comprende las comunas de Calama, María Elena, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Tocopilla, Antofagasta, Mejillones, Sierra Gorda y Taltal. En los comicios del 17 de noviembre de 2013 resultó elegido, y asumió como senador el 11 de marzo de 2014. Es integrante de las comisiones permanentes de Ética y Transparencia, Minería y Energía y Revisora de Cuentas, así como de la especial de Zonas Extremas.
Desde mediados de 2016 fue posicionándose como uno de los candidatos más competitivos dentro de la Nueva Mayoría para la elección presidencial de 2017, concitando apoyos en varios políticos de la coalición.18​ Aprovechando esta circunstancia, el PRSD utilizó a Guillier como rostro de apoyo a sus candidatos en las elecciones municipales de octubre de 2016.
El Consejo General del PRSD lo proclamó oficialmente su candidato presidencial el 7 de enero de 2017.​ A medida que avanzaba su postulación fue sumando los apoyos de la Izquierda Ciudadana (IC) y MAS Región.20​ El 9 de abril de 2017 logró el respaldo del Partido Socialista (PS), esto luego de vencer al candidato del Partido por la Democracia (PPD) y expresidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, en una votación realizada por el Comité Central de la colectividad (67 votos a favor de Guillier, 36 votos a favor de Lagos y 4 votos en blanco). En la primera vuelta en la elección presidencial obtuvo el segundo lugar con el 22,7% de la votación.
Durante la campaña de la segunda vuelta, recibió el apoyo de algunos líderes del Frente Amplio, entre ellos la candidata Beatriz Sánchez​ y los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson,​ así como de sus competidores en la primera vuelta Marco Enríquez-Ominami, Carolina Goic y Alejandro Navarro. A su vez, recibió diversos apoyos internacionales, destacando el del expresidente de Uruguay, José Mujica, y de los líderes del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, y del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn. A pesar de ello, en el balotaje fue vencido por Sebastián Piñera, por un amplio 54,47% de los votos contra un 45,53%.
En abril de 2017 el periodista Raúl Sohr publicó el libro Alejandro Guillier. De cara al país, donde el político explica, en el curso de tres largas entrevistas, sus pensamientos políticos.

jueves, 5 de octubre de 2017

Legados, Quiebras, Remates de la presidencia de Bachelet


Columna de Fernando Villegas:

Ni hay retórica capaz de maquillar el cadáver ideológico que inspira al progresismo ni hay modo airoso de abandonar el cementerio.
El “legado de Bachelet” nunca ha tenido mucha sustancia. Como el vestido con que Cenicienta salió de carrete con el Príncipe, apenas sonaron las doce regresó a su humilde condición, a las dos o tres leyes dirigidas a promover causas glamorosas o muy debatibles del gusto de ciertos grupos de presión y que no requirieron sino votarlas favorablemente, para luego promulgarlas en el Diario Oficial. En las filas de la NM hay quienes se percataron de eso y dicen que ahora, habiéndose rezado lo suficiente por el espíritu del difunto, llegó la hora de enjugarse las lágrimas y pasar a otra cosa. Estos deudos, los más avispados del lote, temen aun otra conversión, la del legado en pesada ancla hundiendo con ella al completo cortejo.

Esa estratégica retirada es aun muy parcial y tentativa. Por ahora la inmensa mayoría del sector o cree todavía en el Segundo Advenimiento o siente que no hay nada a la mano para simular que están vivos, salvo insistir en el valor del “legado”. Quizás esperen que invocándolo sin cesar la gente terminará por creer en su existencia. Sería un ejemplo de laboratorio de las virtudes de la posverdad. Todo puede ser. Además la sola palabra “legado” tiene un efecto positivo; sugiere la grata perspectiva de recibirse un beneficio sin ningún esfuerzo. Normalmente un funeral es ocasión cuando aparecen infinitos parientes de cuya existencia no se tenía noticia, supuestos amigos de infancia, hijos apócrifos, amantes de hace 40 años y/o víctimas de acosos –queja más a la moda– perpetrados en la kermesse del colegio cuando el difunto era púber. Todos por igual están dispuestos a acuchillarse por lo que consideran suyo, pero, en este caso, apenas muerto el gobierno de Bachelet, automáticamente cada uno de los 17 millones de chilenos recibiría su justa parte de la herencia. Todo lo que se nos pide es seguir apoyando a los albaceas.

Otros legados

A propósito de legados, hay otros recibidos hace mucho pero debido a nuestra ingratitud y tradicional mala memoria ya se nos olvidaron. Con ocasión del sepelio que algunos celebran por anticipado ante el cuerpo maltrecho de la decé, un columnista ha recordado los bienes que dicha colectividad le donó al país hace unos 50 años, tales como la reforma agraria y la chilenización del cobre. A la vista del estropicio del presente y quizás con lágrimas en los ojos se preguntó qué queda hoy de la sabiduría de Frei Montalva, de la elocuencia de Tomic y de la nobleza de Leighton.


Respuesta: nada. Tal vez tampoco había mucho. La florida elocuencia de Tomic nunca fue más, según algunos tratadistas, que un número de vodevil político, mientras la sabiduría de Frei no le permitió prolongar su régimen a pesar de que al llegar al poder su sector juró que se inauguraba el Reich de los mil años. Pero es tema debatible. Quizás dicha elocuencia sí fue productiva y quizás dicha sabiduría misteriosa aun alimenta las almas sensibles de los devotos de la doctrina social de la Iglesia. ¿Por qué no? En las filas del PS y del PC personajes ilustres de hace un siglo o más siguen inspirando sentimientos de la más pura devoción. Los Recabarren, los Lenin y los Marx reciben ofrendas florales y verbales y de vez en cuando se va en romería a contemplar la momia de uno de ellos. No quisiera más el padre Hurtado.


Esa actitud retrospectiva propia de quien, como la mujer de Lot, se obstina en mirar hacia atrás, sólo puede recoger los frutos ya conocidos, Génesis 13:5-13; 18:20-33; 19:1-29. Fundar los méritos en presuntas herencias de hace medio año o hace medio siglo no habla de futuro, vida y salud, sino de pasado, decrepitud y muerte. Dicho sea de paso, permítasenos esta simple distinción: la herencia es “legado” sólo si es valiosa, no un montón de deudas. En cualquier caso no es ítem de interés para quien respira y se proyecta. Una política convertida en almanaque de efemérides y lutos -Legado, Museo de la Memoria, Misas conmemorativas, Homenajes, reiteradas exhumaciones, etc.– es una política muerta.
De todas las sensibilidades que enriquecen el progresismo-socialismo y se aferran al legado como tabla de salvación, ninguna es más conmovedora o al menos más vistosa que la decé. Enferma desde hace mucho, bien pudiera encontrarse en estado terminal, pero entiéndase que en política la fase “terminal” no equivale a estar a punto de desaparecer, sino de entrar a un estado de vida suspendida, suerte de subsistencia criogénica al margen del mundo; es el paso de la religión universal a la secta local, del movimiento masivo al cenáculo, del programa a las Memorias, de la página política a la de los obituarios. Por eso es a ella a la que se refieren una y otra vez los columnistas, V.S. incluido. ¿Cómo evitarlo? Una agonía de tal calado no puede pasar desapercibida. Y si es funeral, entonces un mínimo de respeto obliga a sumarse al cortejo. En cuando al PR, dicha actitud de acompañamiento periodístico es innecesaria porque al margen de la breve resucitación perpetrada por Guillier, ese cuerpo está muerto desde hace muchas décadas. Nadie va al mausoleo de Pedro Aguirre Cerda en estos días. Muy probablemente sus potenciales visitantes habitan el mismo territorio.

Quiebras, remates

Que nuestra izquierda se obstine aun -pero insistimos, hay ciertos leves y tímidos síntomas de “liberación”– en hablar de legado en vez de percatarse que los visitó el Síndico de Quiebras o una empresa de Remates revela no sólo el efecto brutal de una derrota que los dejó atónitos, sino, en la raíz, una quiebra ideológica que experimentan desde hace mucho pero hasta ahora más o menos en segundo plano. Es el colapso estructural de sus postulados derivados del marxismo y sus evangelistas del siglo pasado. Parchado con crema pastelera, hoy se resquebraja y su ruina se hace visible por todos lados. Por eso, como los obispos del siglo 18 que no creían en Dios, no pocos progresistas ya no creen en la conmovedora narrativa del modelo alternativo con hombre nuevo y todo. Se persignan todavía cuando pasan frente al sagrario, pero no otra cosa hace el padre Gatica. Otros hacen un esfuerzo hercúleo sólo para creer que siguen creyendo en lo que creían. Ambos, creyentes obstinados o cínicos camuflados, están por igual dentro de un túnel que ellos mismos cavaron por años de años y sin otra salida que dar marcha atrás. Pero ¿cómo hacerlo? No es banal ser parte de una cultura política donde se ha convivido desde siempre con amigos y parientes de esa sensibilidad y con ellos se ha labrado una carrera y reputación. Muy incómodo asumir el rol del “renegado Kautzky”. Continúan, entonces, haciéndose esperanzas con la proverbial luz al final del túnel. El penúltimo recurso del método fue verter el viejísimo y agrio vino de sus creencias en odres nuevos, los del cantinfleo progre con pos-verdad, agendas valóricas y sensibilidades alternativas incluidas, lo cual sirvió para arrastrar a muchos fieles al interior del túnel, pero no sirve para salir de él.

¿Cómo podrían? Ni hay retórica capaz de maquillar el cadáver ideológico que inspira al progresismo ni hay modo airoso de abandonar el cementerio. Quizás por eso los más porfiados feligreses prefieren cerrar los ojos aunque estrellen una y otra vez la cabeza contra el muro del fracaso. Sólo los chinos, pueblo práctico por excelencia, lo comprendieron todo y se atrevieron a todo. Recuérdese a Chou-en-lai: “No importa el color del gato con tal que cace ratones”. El gato socialista nunca cazó ni una laucha.
Por todas esas razones el abandono de la retórica del legado que algunos ya susurran no será expedito porque no se puede inventar de la nada un credo nuevo o recauchar el viejo para que lo parezca. Sólo el chileno corriente, quien muy poco va a misas políticas, no necesitó hacerse estas penosas cavilaciones; le bastó con lo que veía y sospechaba que iba a ver. En eso consiste la sabiduría popular, en la capacidad inconsciente pero tan precisa como un refrán popular para distinguir entre lo que sirve y lo que no. Es un juicio al voleo pero inapelable, oscuro en su gestación pero claro en su resultado.

jueves, 21 de septiembre de 2017

La justicia tiene buena vista


Todo eso nos indigna porque tenemos una idea infantil de la Justicia. Creemos sinceramente que una fuerza cósmica personal o impersonal opera como un minucioso contador-auditor premiando al bueno, castigando al malo y todo eso aquí y ahora o a lo más con algún retardo y siempre en la debida proporción. Os debo informar que no hay tal contabilidad. Las fuerzas cósmicas crean o destruyen con la más absoluta indiferencia. Tanto es así que para obtener dicha justicia perfecta y oportuna debemos inventarnos un Dios que haga la pega. Tampoco hay fuerzas institucionales con vocación de justicia aquí en la Tierra como no las hay en el Cielo.
Dijo alguien, hace siglos, “que se haga Justicia aunque perezca el mundo”, pero puesto que el mundo no ha perecido ha de deducirse que más bien falleció y sigue falleciendo la Justicia, ya sea a manos de los facinerosos o a manos de la Diosa Fortuna. ¿Quién no conoce el oratorio Carmina Burana de Karl Orff, donde se propone que en el mundo lo que reina es el Azar? Por eso en su primer y último acto se canta “Fortuna Imperatrix Mundi”, esto es, la suerte lo gobierna todo, nos gobierna a todos. Menos musicalmente y más sinuosamente Platón dijo casi lo mismo en La República, donde detalla las características de un Estado donde al fin imperaría la Justicia, pero a renglón seguido -“a propósito de escopeta” diría un chistoso- acota que para encontrar dicho Estado habría que ir a buscarlo al Cielo. No queda otro remedio que buscarlo allí porque en la Tierra reina la Fortuna o los pitutos, el azar o las redes de apoyo, desde luego siempre los cargos políticos y eternamente la hipocresía.
Todo eso indigna a las almas piadosas, siendo estas normalmente las que no lograron encaramarse en el carro de los beneficios y han convertido su impericia o mala suerte en deslumbrante virtud moral. Por eso y en subsidio no pocas religiones prometen de que al menos en el Más Allá se hará Justicia, o en otras palabras, les van a sacar los patines a los pérfidos ganadores. A nosotros, perdedores en todas las rifas, solo nos resta hacernos esa mezquina esperanza o soñar con un sitio y/o Edad de Oro donde y cuando no haya lugar para la intervención de oportunas prescripciones y/o “Comisiones de Ética” inclinadas a dar carpetazo. At last but not least queremos darnos el gusto de ver a los de arriba enviados a alguna clase de infierno. Ya se sabe: “Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja de que un rico entre al Cielo”. Si desea justicia ármese entonces de paciencia y espere el día cuando congreguen a vivos y muertos en el valle de Josafat.

Dicho sea de paso, ¿por qué la Justicia habría de ser virtud de este mundo? El mundo está habitado por criaturas cuyos sentimientos de equidad solo aparecen y se reclaman cuando son ellas las perjudicadas, no el prójimo. Otro filósofo griego, Protágoras, dijo que “el hombre es la medida de todas las cosas” y en efecto la justicia está hecha a la medida del interés de quien legisla y de quien juzga. Pilatos, quien se preguntó “¿qué es la verdad?”, puesto que en ese momento hacía de juez con mayor razón debió preguntarse sobre la naturaleza de su trabajo.


Decimos todo esto a propósito del largo catálogo de iniquidades que se han ido acumulando en los últimos años. La Iglesia Católica chilena, por ejemplo, no quiso sancionar los abusos de varios de sus frailes hasta que finalmente las tardías iniciativas del Papa han impuesto alguna justicia. Ahora estamos viendo quizás hasta a media docena de prelados en severa penitencia. Sin embargo para las víctimas la pérdida de mitras y báculos por parte de los pecadores sabe a muy poco, mientras para el resto de la población la pena es aun más desabrida. Esto último es esperable; normalmente el culpable se siente inocente y la víctima a veces puede sentirse perdonadora, pero a quien nadie le pasó la guitarra es implacable y suele arrogarse la condición de Juez Supremo con el Código de Dracón en la mano.

Hay ejemplos peores en los que la justicia no ha sido poca sino inexistente. ¿Cuántos señoritingos (as) del mundo de la política no se han librado de la justicia pese a sus desacatos en moneda contante y sonante y/o por grosera incompetencia? Docenas. Incluso, ya libres de polvo y paja, algunos (as) pontifican y aducen que son objetos de “persecución política”. Una alquimia milagrosa los (as) convirtió de sinvergüenzas en mártires de una santa causa. Otros u otras ganan suculentas destinaciones administrativas o son premiados (as) Urbi et Orbi y hasta pretenden testar valiosos legados. Hay gente que amén de meter la pata metió las manos, pero escriben sus memorias en apacibles retiros académicos. La enumeración, de ser exhaustiva, no tendría fin.

Una idea infantil

Todo eso nos indigna porque tenemos una idea infantil de la Justicia. Creemos sinceramente que una fuerza cósmica personal o impersonal opera como un minucioso contador-auditor premiando al bueno, castigando al malo y todo eso aquí y ahora o a lo más con algún retardo y siempre en la debida proporción. Os debo informar que no hay tal contabilidad. Las fuerzas cósmicas crean o destruyen con la más absoluta indiferencia. Tanto es así que para obtener dicha justicia perfecta y oportuna debemos inventarnos un Dios que haga la pega. Tampoco hay fuerzas institucionales con vocación de justicia aquí en la Tierra como no las hay en el Cielo.

¿Por qué y cómo “zafan”, como dice un colega y amigo, los incumbentes de las instituciones, los poderosos o cercanos a los poderosos, todas las variedades de los frescos, abusadores y aprovechadores con tal que tengan estatus? Precisamente por eso. ¿Qué es tener estatus sino tener poder para hacer lo que se nos dé la gana y sin pagar costos? Es una maravillosa condición llamada impunidad, pero también se la llama complicidad o “defensa corporativa”. El entero tinglado social está armado de tal modo que un daño masivo a uno de sus engranajes puede causar perjuicios irreparables al conjunto y, por consiguiente, fastidiar a quienes tienen las mejores acomodaciones. Por eso, porque está en juego la “seguridad nacional” o los “intereses superiores del Estado”, la sanción se suspende, se posterga, se evapora y/o se anuncian comisiones, comités de ética, “sanciones ejemplificadoras”, investigaciones “caiga quien caiga”, etc., sin que nadie caiga ni resulte ejemplo de nada.

¿Esperaba usted otra cosa? ¿Va acaso la Iglesia a sufrir daños enormes solo para darles un gustito a quienes reclaman “una total justicia”? ¿Va una élite a ponerse en situación crítica llevando al paredón a los ineptos (as) de sus filas cuyos actos u omisiones causaron estropicios inmensos, a veces incluso muertes? ¿Va a desarticularse una colectividad política llevando a TODOS los corruptos a un “tribunal supremo”? Las personas a veces se suicidan, pero las instituciones y las sociedades no. Pueden morir por torpeza, por agresión de terceros, por incapacidad, pero jamás por “hacer justicia”. R

martes, 12 de septiembre de 2017

“La gente talentosa no se dedica a la política”


Año 5, N° 123, Viernes 9 de Marzo 2007
Fernando Villegas
“La gente talentosa no se dedica a la política”
Considerado uno de los analistas más polémicos y taxativos de los medios nacionales, Villegas lleva tiempo sacando ronchas. Ácido en sus comentarios y dueño de una seguridad intelectual que escapa al promedio, este comentarista de TV, con estudios de Sociología y de 58 años, posee una capacidad inherente para sacudir con sus opiniones hasta a los más seguros de sí. Reconoce que su carácter no es de lo mejor y que no hay muchas cosas afuera que llamen su atención. De ahí que prefiera estar en su casa, rodeado de sus cientos de libros y sus computadoras para jugar ajedrez, porque Villegas puede ser catalogado de todo, pero por lúdico no se queda.

Pactamos el encuentro por teléfono, pero advierte que no está dispuesto a ser carne de cañón para entrevistas tontas. Y es que la experiencia le ha enseñado que no son pocos los que no le quieren, incluyendo a muchos periodistas que le consideran un advenedizo en esto de la opinión y el análisis nacional.

Sin embargo, al recibirnos en su estudio, que más bien parece una guarida cercada de textos, sus únicas posesiones materiales que asume como importantes, caemos en cuenta que el hombre tiene más que méritos para estar donde está. Determinante en sus apreciaciones y con una visión racionalista y lógica sobre todo, Villegas no tiene problemas en dejarse llevar por El Periodista en una conversación a segundos tirante y finalmente, distendida.

¿Cómo evaluaría este primer año de Bachelet?

Creo que es igual en promedio a cualquier otro gobierno de la Concertación. Con grados más o menos, pero que habría que verlos con microscopio. En el fondo, todo gobierno es mediocre, todo gobierno tiene una capacidad de acción, de previsión y de ejecución, que es mediana en el mejor de los casos, porque el gobierno está constituido por mucha gente, por muchos mecanismos que demoran las cosas. No hay nada especialmente malo. Pero es más malo a su vez, porque a esa máquina común y corriente le tocó enfrentar situaciones que vienen madurando desde hace mucho y que se han ido precipitando. El país es una entidad más compleja, con gente más demandante, más sensibles a las situaciones, más conscientes de sus derechos o supuestos derechos, sin ser conscientes de sus deberes, por cierto. Eso hace más difícil todo. Estaban madurando muchas cosas y brotaron como una erupción en la piel y frente a eso, creo que cualquier gobierno al que miráramos con pinzas, el mismo equipo del gobierno de Lagos o de hace cuarenta años, no creo que hubiese sido mejor. Para eso se requeriría que el gobierno estuviera en manos de genios, de tipos muy superiores intelectualmente y eso no ocurre.

¿Cree que el gobierno podría haber manejado mejor, comunicacionalmente, las crisis?

La verdad es que me importa un carajo el manejo comunicacional. No sé cómo manejan las comunicaciones los gobiernos, si bien o mal, creo que eso es indiferente.

Pero finalmente la percepción de la ciudadanía frente a las crisis pasa por el manejo de las comunicaciones…

Puede ser, pero en mi caso no. Yo no me dejo llevar por los comunicados ni por las campañas comunicacionales. Se ha instalado en la conciencia colectiva que en los gobiernos y en la política, el mundo virtual es más importante que el real.

Ya no importa tanto si hiciste bien o mal algo, más importante es cómo lo comunicaste. Es una aberración. Una aberración que parte de la base que somos todos imbéciles. Yo no soy imbécil. Así que aunque venga un genio de las comunicaciones a contarme un cuento, yo dejo todo eso de lado. Me interesan qué cosas reales hicieron en el mundo real. El hecho de que se preocupen tanto de la comunicación, ya es un mal síntoma. "Que las comunicaciones, que la imagen, que estamos proyectando imagen", ¡que me importan a mí las imágenes! La prueba de lo que digo, está en el Transantiago. Pusieron a un fetiche popular, como es Zamorano, a sacar una sonrisa a 300 millones el minuto, que es lo que debe haber cobrado, ¿y eso cambió algo? ¿La gente en las poblaciones es tele-transportada como los personajes de Viaje a las Estrellas? ¿Los micros se demoran dos minutos? No. Entonces ¿de qué sirven las comunicaciones?

Supongo entonces que no es de los que cree que la gestión y la forma de abordar las crisis del gobierno de Bachelet, tiene que ver con el género…

No, los géneros son igualmente idiotas. En ese sentido no hay diferencias entre hombres y mujeres. Son todos igualmente brutos. No tengo prejuicios contra eso.

O sea, de derecha, izquierda, centro, hombre o mujer, frente a la coyuntura que ha debido enfrentar Bachelet, ¿sería lo mismo?

Creo que las diferencias serían de grados. Uno nunca puede estar totalmente seguro, pero no es un tema de género, ni de posiciones políticas. No es ni mejor ni peor porque hay una mujer. Un gobernante es el mascaron de proa de un barco, pero no está todo el día tomando decisiones importantes. Un gobierno es un equipo, son miles de personas, y generalmente estos equipos están formados por gente mediana. La gente talentosa no es mucha, y menos dedicada a la política.

¿Cuál es su opinión sobre el entramado político actual?

Ahí tengo un problema de prejuicio general, porque no me gusta la gente que se dedica a la política, así que sería muy injusto en hacer un análisis. Me brotaría el fastidio que me provocan los políticos por una cuestión de piel. La gente ambiciosa de poder ya me molesta, y un político es, por definición, un tipo que ambiciona poder, entonces son como animales de zoológico, animales de mal olor. No me agradan. Pero dejando a un lado todo esto, no sé si habrá mucha diferencia entre los políticos chilenos y los de otras partes. Supongo que hay gente todavía peor, en países rascas, debe ser un despelote, pero cuando sigues la política de países desarrollados te das cuenta que no es muy distinta: ambiciones, escándalos, robos, incomprensión, falta de valores, mirando siempre de reojo las encuestas, nunca tomado decisiones previas, siempre reaccionado a los problemas cuando están encima, siempre fingiendo que tienen todo bajo control, mientras se hunde todo.

Y los planteamientos, las directrices de este gobierno frente a cultura, la justicia, leyes sociales, ¿le parecen distintos, con una intención diferente?

Me parece que este gobierno tiene un ropaje de calentito, de las mujeres. De hecho, lo llamaban "un gobierno acogedor", pero son sólo frases. En el fondo, este es un gobierno para los empresarios al igual que los anteriores. Es cuestión de mirar a quienes dirigen la política económica, Velasco que es una criatura del mundo empresarial, un hombre que piensa con las mismas categorías mentales del mundo empresarial -categorías bastantes pobres por lo demás- el mercado, las ganancias. La gran noticia de esta semana ha sido las enormes ganancias que han tenido las empresas, me pregunto ¿y han aumentado los ingresos de los trabajadores en este período? Lo más probable es que no, pero los bancos ganan plata como locos, los grandes grupos también, entonces es un gobierno para empresarios, de administración de la propiedad privada o como dicen "de la economía de mercado", antes se llamaba capitalismo, y eso no lo cambia el hecho de que venga una señora a poner cara de tía simpaticona, eso es un cuento de hadas comunicacional.

En ese sentido, si la intención de este gobierno es administrar "la economía de mercado" y enriquecer a unos pocos, podríamos decir que lo están haciendo muy bien…

Si, están gobernando muy bien para la gente rica, y es por eso que los ABC1 de este país están felices con todo, partiendo por el Transantiago, porque no lo usan, por lo tanto, cuando salen y ven menos micros, lo encuentran maravilloso. Si hubiera un sistema de locomoción que no tuviera ni un micro, o sea, que estuviera toda la gente en sus casas sin poder salir, seguramente sería el mejor sistema para estos grupos.

Este es un gobierno para la derecha, para los ricos, para los que tienen dinero.

¿Y cree que llegará un momento o una forma en que el electorado pueda castigar a la Concertación a través del voto?

¿Cómo podría castigar? Si la máquina política de este país está hecha de tal forma que tú no puedes salirte de ciertos carriles: o votas por la derecha de frentón y asumes un gobierno para los empresarios o votas por la Concertación y asumes un gobierno para los empresarios, ¿cuáles son las opciones? Votar en blanco, tal vez.

Tendría que haber una especie de huelga, en la que la ciudadanía no fuera en masa, y por lo tanto, se produciría instantáneamente una crisis, perdería legitimidad el sistema en un segundo. La gente tendría que decir: "vamos a votar por nada", "no vamos a ir" "ni siquiera nos vamos a molestar en hacer la cola para que nos den un palmetazo y nos adulen con eso de la madurez cívica". Esa es la única alternativa que veo.

¿Y cree que eso podría provocar un cambio profundo?

Tampoco. Jamás, jamás ha habido en la historia política de la humanidad un cambio profundo en esta materia. Nunca. Incluso en los gobiernos llamados "de las revoluciones", como los bolcheviques. Finalmente fue para peor, porque entró una manga de energúmenos criminales, que mataron a millones y dejaron a los países más pobres que antes. Entonces, no tiene remedio. Es una cuestión natural, es como una cuestión zoológica, los que tienen más capacidad, con más recursos, se hacen de los medios de poder económico, políticos, de comunicación y manejan el mundo, siempre ha sido así. Lo que más puede hacer el populacho de vez en cuando, es tener una especie de sacudida, de desorden o rebeldía por un rato. Como pasaba en la Edad Media cuando los vecinos se cabreaban y colgaban al Barón local, quemaban el castillo, hasta que llegaba la caballería pesada y los aplastaba a todos y volvía todo a la normalidad.

Entonces ¿no hay forma de cambiar las cosas?

Yo no veo soluciones colectivas, y si algún día alguien me dijera: "tú vas a gobernar y tendrás poderes absolutos, podrás matar, torturar", aún así, sé que no podría lograr un cambio. No se puede contra las leyes macro de los sistemas sociales.

Es un poco negativa su proyección…

Es que yo tengo la concepción de que el mundo se puede ir a la cresta si quiere, yo vivo bien aquí leyendo. Lamentablemente es así. Las sociedades nunca han funcionado de otra forma.

Es percibido por la gente como un intelectual que vive lejos de todos y que se acerca a las realidades desde las tribunas que tiene, pero que es muy arisco, ¿es así?, ¿siente que no hay nada estimulante afuera?

En general, creo que no hay muchas cosas estimulantes.

¿Ni gente ni situaciones, nada?

Hay cosas que llaman mi atención, claro, pero no son publicables. Me parece curioso que la gente piense de esa forma de alguien que se retrae un poco. Si yo me comparo con un tipo promedio, soy bastante menos hincha pelotas. No ando tocando la bocina, no tiro basura de la ventana hacia fuera, no me subo a los jardines de los vecinos para estacionarme, no pongo radio a todo lo que da, no ando en un estadio vociferando o rayando muros, no hago ni una de las estupideces que habitualmente hace el chileno promedio. Soy mucho más considerado y cuando hablan de mí dicen que yo soy el pesado. Es curioso. No tengo buen carácter en general, pero soy amable con la gente. Soy arisco porque no me sumo a la chusma y eso es todo, eso te hace detestable, tarde o temprano. Lo sé desde niño. Si no te sumas al piño, como me sucedió en el colegio, si no haces palotes, porque yo había aprendido a escribir a los 3 años, eres arisco, un desconsiderado, un pesado, aunque seas más decente. Es muy divertido, pero es así.

Siempre el pesado soy yo, el arisco soy yo, el intelectualoide que se cree la muerte, y yo estoy encerrado aquí en mi casa, ¿a quién molesto?, pero es justamente eso, les molesta que esté encerrado aquí.

¿Pero percibe que la gente tiene esa imagen?

Sí, pero son algunos, porque los que conozco, los que me topo en la calle, tienen una buena relación conmigo, me felicitan, son cariñosos. Sí hay un grupo de gente, sobre todo gente joven, muy resentida y muy mala leche, que sienten que los viejos como yo estamos ahí, manteniéndoles a raya. Son esta gente que aparece en sus grupitos por Internet y tiran basura con ventilador, ¿pero qué me puede importar?, si es el grupo etáreo más ignorante de todos. Al menos alguien de mi edad, aunque haya sido toda la vida un ignorante, por último por la experiencia es un poco más inteligente, pero los jóvenes no tienen el conocimiento ni la experiencia, así que no me interesan, pero el resto es todo lo contrario.

Los demás no lo estereotipan en el personaje…

Claro, además si es que después me conocen en persona se dan cuenta que soy un encanto. (risas)

Cuando concertamos esta entrevista me dijo que sí, siempre y cuando, "no lo agarrara pal hueveo", ¿ha tenido problemas con los periodistas?

Es que los periodistas tienden a creer que si tiran a partir a alguien ellos suben. Es un cliché del periodismo cagarse a alguien para ganarse unos puntos de rating o subir ventas. Confunden la insolencia con la inteligencia todo el tiempo.

¿Pero ha tenido malas experiencias en los medios que trabaja?

En general no. Llevo varios años en TV, más de 15 años en Copesa, y muchos también en Radio Duna, porque produzco. Soy responsable, cumplo con los horarios, hago más menos lo que me piden. No seré una simpatía, tampoco hago lobby ni voy a los cócteles ni mando regalitos a los gerentes, pero hago mi trabajo, y creo que lo hago bien, sino no me estarías entrevistando. Así que no creo tener una mala relación con los medios, sino con algunos colegas, pero muchas veces es por envidia.

¿Cuál es su relación con el mundo literario?

Ninguna. No tengo relación. Sí hay algunos escritores con los que me topo a veces y tenemos buena relación y conversamos. Es el caso de Jorge Edwards, Hernán Rivera, Ampuero, Skármeta, pero sólo cuando me topo con ellos por casualidad, yo no vivo en mundos literarios ni en bares de moda, ni en cenas.

Pero los textos que ha escrito, dos novelas y varios otras publicaciones, ¿qué recepción han tenido en ese círculo?

Ninguna, cero. Ese mundillo nunca me ha dado bola. Me han ninguneado de una manera espectacular. El día que me gané un premio en El Mercurio por "El Chile que no queremos", salió una referencia literaria hecha por uno de estos "literatosos" sobre lo que había ocurrido en el año y ni siquiera se mencionó el libro, menos que había ganado un premio en su propio diario. Ese es el estilo que han usado conmigo, el "ninguneo" absoluto. Pero los lectores son los que importan. Ese texto lleva 8 ediciones. También hay otros libros en los que no me ha ido bien. Pero en general, este mundo es muy envidioso. Qué no han dicho de Isabel Allende los escritores chilenos. Creo que tal vez hay que leerlos pero no conocerlos en persona.

Seguidores