sábado, 25 de agosto de 2018

Fernando villegas y Radio Duna

La cita es en Radio Duna, en donde conduce los programas «Terapia Chilensis» y «Edicion Limitada: Duna Jazz». Llega retrasado; se disculpa  y me saluda como si me conociera desde hace muchos años.
En un principio la idea es hacer una entrevista, pero tácitamente esto se transformo en una conversación, y no para hablar sobre cualquier cosa: esta vez pasa por alto cualquier tipo de comentarios sobre la actualidad política y social chilena; esta¡ un poco agotado de tocar constantemente esos típicos, tanto en radio, como en  televisión   y   también   en  el diario para el que escribe. 
Entonces conversamos de medios de comunicación, de visiones particulares y de literatura, sobre todo de literatura. Junto al hombre de opiniones tajantes, de argumentos feroces y especialista en conversación y debate de todo tipo de temas, camina el escritor «ninguneado» por el medio literario chileno. En el fondo del periodista y sociologo, descubra la esencia del escritor apasionado y, si me permiten entrometerme en el tema les dirá que lo hace muy bien. 
Lo de ser «ninguneado» es una sorprendente contradicción para mi, puesto que en nuestra conversación, mis preguntas fueron meras ideas sueltas que interpreta e hila con su particular visión y me queda muy claro que estemos o no de acuerdo con el, a nadie puede dejar indiferente. Estimados lectores, este es mi *Asterisco* a Fernando Villegas.

MEDIOS DE COMUNICACIÓN  Y TECNOLOGÍA


Habla como si estuviera confesándose y sus gestos son la fuerza para sus comentarios. Se maneja en tres tipos de medios bastante diferentes: la radio, la televisión  y la prensa escrita, pero lo suyo, decididamente, es escribir. Así lo sostiene.

«Yo prefiero escribir, después prefiero hablar. En la radio hay conversación, en la televisión hago un programa de conversación, pero escribir es lo que mas me gusta, yo creo que escribo mejor de lo que hablo, puede ser que hable bien pero a mi me gusta escribir y encuentro que estoy a  luz en escritura que en habladurias»

Le menciono entonces ciertas palabras claves: internet, blogs, nuevas tecnologías, pero es difícil de convencer, no se toma en serio el cuento y hace los siguientes planetamientos:

«Es peligroso y es una tontería idealizar una tecnología cualquiera… , las tecnologías tiene su utilidad hasta cierto limite, pero cuando se empiezan a transformar en Idolos¦ Bueno, de hecho, hay muchos jóvenes que pasan todo el día frente al computador, lo cual me parece una idiotez descomunal, ¿me entiendes? 
Porque, en el fondo, ¿ que lo que pueden hacer ahora todo el día? ¿la internet en  que me puede dar? 
¿Ver paginas tras paginas de sitios web como quien ve por la ventana de un tren?.
 Porque si tu estas ahi­, participando en un foro de discusión, eso es otra cosa, ahí estas pensando, escribiendo¦ si estas comprando es un instrumento, si estas mandando correos igual, pero instalarse frente al computador, a navegar como dicen, es como instalarse frente a un frasco con lapices a mirarlos, algo sin sentido»


Pero ahora la comunicacion es horizontal, hay retroalimentacion, usted mismo lo puede experimentar al recibir los comentarios de sus lectores, de su audiencia. O ¿usted piensa que los medios deben seguir teniendo una relacion vertical con las personas?.

«Yo no creo nada, no tengo ninguna agenda, ninguna preferencia, me da lo mismo lo que pasa en esa materia, porque igual yo vivo enclaustrado en mi casa y me da lo mismo si afuera se están comunicando todos como los locos o no, pero insisto en que hay que tener cuidado con eso, porque es muy fácil tragarse las ruedas de molino que andan profetizando y predicando algunos pelotudo que se encandilan y quieren encandilar a otros con los medios de comunicación y creen que ha llegado una especie de cultura de la comunicación global y total, que esto va a su vez a impedir el dominio de los pocos sobre los muchos y una serie de tonterías.
No hay que creer que un medio por  solo puede cambiar el mundo. Lo va a cambiar hasta donde lo cambie, pero empezar a hacer utopi­a a partir de que existe tal o cual instrumento nuevo, tal tecnología nueva, es una estupidez, porque piensa que ademas hay un precedente histórico y esta no es la primera vez que se inventa un medio de comunicación.
Se inventa  en su momento la radio, se inventa en su momento el telegrafo, etc, y se produjeron cambios económicos importantes y cambios culturales, pero no se produjeron cambios tan trascendentales como los que profetizan ahora. Siguien habiendo sociedades desiguales, sociedades en guerra, explotación, mentira, toda clase de cosas. Lo que te quiero decir es que la internet por ­ sola no va a modificar esos parámetros básicos, no trae la utopía bajo el brazo.

jueves, 16 de agosto de 2018

El rey dormía…


Según el filósofo inglés Roger Scruton, para los optimistas políticos – los progresistas– todo fracaso es resultado de “una conspiración que usurpó el proceso de liberación y lo dirigió hacia otro destino”.


Encarando una delegación de indignados indígenas al borde de la revuelta, los oficiales del destacamento francés que en el siglo XVIII ocupaba parte de la actual Norteamérica justificaron, cierta vez, del siguiente modo los desaciertos de las autoridades locales y las brutalidades de los comerciantes de pieles: “el rey”, les dijeron, “no se había enterado de nada porque dormía, pero ahora, ya despierto, pondrá remedio…”. Es tal vez el ejemplo más descarado de la historia del aprovechamiento de la falacia antropocéntrica, aun hoy vigente, de personalizar favorable o negativamente fenómenos cuyo origen y sustancia es impersonal. Los partidarios de la URSS y del socialismo no hacían otra cosa cuando para justificar hecatombes que ya no era posible negar les endosaban los estropicios al líder anterior; todo se debía a que había promovido el “culto a la personalidad”.

Un detalle: ese reproche, absurdo y oportunista, sólo llegaba a materializarse cuando el líder había caído en desgracia, pero no antes, cuando solo había caído en el culto; hasta el creyente más obtuso no carece de instinto de supervivencia. Sin embargo, aunque muy despiertos para sobrevivir, sabían dormir para profitar y entonces a ojos cerrados no querían ver el hecho de ser el régimen la fuente tanto de los desastres como del culto, no viceversa. Lo prueba hoy, en versión de caricatura, el caso de Norcorea. De hecho todas las organizaciones verticales concentran el poder en la cumbre, lo cual desata una irresistible tendencia a la idolización del titular por parte de la feligresía, de hipocresía por parte de los cortesanos y de asombrosos niveles de histrionismo y farsa por parte de todos. En eso termina el pasarse la vida prosternándose ante el Ser Supremo. En dichas sociedades la adoración se mete al lecho con el temor y procrea un prolongado ejercicio de servil obsecuencia, aceptación de la más burda propaganda y la creencia -o simulación de ella- de que los logros se deben al genio del jefe y los fracasos a la conspiración y sabotaje del enemigo.

El exembajador

Dicha obsecuencia de doble faz no solo se constituye en rutina de conducta, sino en hábito de pensamiento. Es muy usual en los amamantados (as) por alguna vertiente del progresismo. Es el caso del exembajador en Caracas durante el gobierno de la Gran Legataria de Chile. Regresó decepcionado de lo que vio en Venezuela y habla incluso de haber allí una dictadura, pero achaca los problemas no al régimen sino a Maduro. En la narrativa del diplomático, Chávez fue un líder de verdad que devolvió a las masas su dignidad, etcétera, pero he aquí que vino Maduro y lo echó todo por la borda. Como buen feligrés lesionado en su fe pero no convencido de que su Dios no existe ni tampoco el profeta, se guarda de vocear su descubrimiento, aunque informa de eso a quien lo solicite; es su versión del adagio “el socialismo se critica en privado, nunca en público”.

Es también la mirada típica de la izquierda, desde siempre alimentada por un optimismo delirante e inconmovible. Según el filósofo inglés Roger Scruton, para los optimistas políticos -los progresistas- todo fracaso es resultado de “una conspiración que usurpó el proceso de liberación y lo dirigió hacia otro destino”. Más o menos así lo ve el diplomático, salvo que ni Chávez ni Maduro son víctimas de una conspiración sino autores de un descalabro. 
¿Quién conspiraría contra el socialismo bolivariano, rodeados como están de naciones impotentes y políticos comprados?
 Tampoco son distintos. Solo difieren en cuándo llegaron al poder, el primero contando con reservas para malgastar y el segundo ya no. Ambos son hijos putativos de las mismas ideas que los encaramaron y padres del tinglado de poder con que se atornillaron.

Nada de eso cuenta para nuestro ex embajador. De seguro preserva la visión maniquea de su sector y acaricia también la doctrina, vigente desde la época de los hermanos Graco (133 a.C., Roma), consistente en acogotar a los “súper ricos” y repartirle los despojos al pueblo. Posiblemente culpa de todo al imperialismo, ve sabotajes y conspiraciones por doquier, detesta o desprecia a los “burgueses” y respira por una herida recibida hace mucho. El exembajador se equivoca: Chávez y Maduro son tan iguales entre sí como lo son los indistinguibles Teillier, Pizarro, Vallejo, Huenchumilla y en especial los Navarro y los Quintana. O usted, Monsieur l’ambassadeur. Misma mirada, mismos clichés, mismo fracaso.

martes, 14 de agosto de 2018

La decadencia y precipitada caída del ideario progresista

Autor: Fernando Villegas


¿A qué género o categoría pertenece la decadencia y precipitada caída del ideario progresista, antes llamado socialista, a veces también populista, en ocasiones sólo “popular”, en otras incluso nacional-socialista?


Primero la decadencia y luego una caída -a la muerte, a la imbecilidad, a la obsolescencia, a la desintegración, etc.- es el destino inevitable de todo sistema vivo, sea un organismo, una sociedad, un estilo artístico, una doctrina científica, una postura ideológica o religiosa. Lo que varía es la velocidad, intensidad y significado del proceso; no es lo mismo pasar de la condición de fulano común y corriente a la de anciano con demencia senil que mutar de la condición de genio eminente a la de veterano agotado incapaz ya de producir nada nuevo. Ni es lo mismo la larguísima y majestuosa decadencia y caída del Imperio Romano a la decadencia y caída de un club de fútbol de barrio. En cualquier caso, sin embargo, el proceso es universal y nada ni nadie se salva, primero del deterioro, luego del desplome. No por capricho la expresión aparece a menudo en las ciencias y en las artes. La más grandiosa obra histórica del siglo XVIII y aun hoy celebrada como un monumento a la inteligencia, el saber y a la elegancia del estilo es la Decadencia y Caída del Imperio Romano de Edwards Gibbon (1723-1792). Decadencia y Caída es el titulo de la primera y magnífica novela de Evelin Waugh (1903-1966). Se puede agregar como obra significativa y contemporánea Decadencia y Caída de los Grandes Poderes de Paul Kennedy y Decadencia y Caída de Prácticamente todo el Mundo de Bill Cuppy (1884-1949), este último un humorista de afilado y refinado ingenio que envolvía sus inteligentes y escépticas elucubraciones en el papel de regalo de la ironía. No por nada escribió otro libro llamado Cómo Hacer para Distinguir a sus Amigos de los Monos. Cuppy era hombre maniático y neurótico que detestaba la sola idea de cambiar sus costumbres de toda una vida; por eso, cuando se le pidió que entregara el departamento que arrendaba como vivienda y estudio, prefirió suicidarse. Cualquier cosa a encarar las molestias infinitas de una mudanza. Casi se le puede comprender.

Decadente decadencia

¿A qué género o categoría pertenece la decadencia y precipitada caída del ideario progresista, antes llamado socialista, a veces también populista, en ocasiones sólo “popular”, en otras incluso nacional-socialista? Es de temerse que al menos en nuestro país el derrumbe ha carecido de la grandeza que la declinación de grandes sistemas de ideas ha tenido en algunas ocasiones y en otras latitudes. Hubo una época cuando en Chile algunos espíritus un poco más disciplinados que el promedio, gente con residencia en las aulas y paraninfos universitarios, leían al menos los dos primeros capítulos de Das Kapital, entero Manifiesto Comunista y siquiera el prólogo de Imperialismo, fase superior del Capitalismo de Lenin. Fue la “Edad de Oro” del izquierdismo pensante o siquiera rumiante, pero en la generación siguiente dichas lecturas desaparecieron por DFL del gobierno militar para luego, en los 90, ser sustituidas no por una “primavera cultural” sino por la vasta y hasta el día de hoy prolífica bibliografía acerca de secretos, semisecretos y denuncias relativas al régimen militar, lo que es bastante aceptable, pero además por una folletería de poca monta emitida por mistagogos y epígonos del marxismo, quienes llaman a sustituir las barbas y las metralletas selváticas por el lavado de cerebros y el copar el Estado con combatientes y comandantes, lo cual ha sido debidamente cumplido durante la actual administración y a tal punto que hay organismos públicos –Instituto Nacional de la Juventud- donde casi el 90% del personal tiene carné de militancia “progresista”. Las demás reparticiones no lo hacen mal y fluctúan alrededor del 30-40%. Quién sabe lo que se tiene planeado para el próximo “plan quinquenal”.


Pero aun dicha etapa, ya de franco deterioro, ha sido dejada atrás por el actual y total desplome ético e intelectual del sector. Cuando se leen las ponencias del PC en sus más augustas asambleas sin que siquiera una vez pronuncie la palabra “socialismo” se hace evidente lo catastrófico del derrumbe de su fe. Hay también pintorescas anécdotas. Varias y muy ilustrativas del proceso se las debemos a un ministro -a quien se suponía el más dotado del gabinete– intermitentemente propalando sus ideas con metáforas del tipo “sacar los patines”. Recientemente dio a conocer su riguroso análisis académico del programa económico del candidato Piñera con la frase “vengan ahora a contarme una de vaqueros”. Eyzaguirre, quién otro, es así. Se considera buena onda porque suelta esos chascarros y además es capaz, en un asado, de rasgar tres acordes en una guitarra, siempre los mismos. Por eso tal vez podría dársele satisfacción en dicho territorio cinematográfico si antes nos complace contando una de terror, a saber, la de su magistral negociación cuprífera con los chinos que le ha costado al país miles -MILES– de millones de dólares. Lo de la “retroexcavadora” es otra frase memorable del período, aunque menos muestra de caída desde alguna altura que de un estado permanente de poca altitud.

Los orígenes

Nada nace de la nada. Hay siempre un origen, a veces colosal, a veces nimio y casi siempre y en ambos casos olvidado. La historia, el tiempo, está en el corazón del completo universo, pero los ciudadanos suelen creer tácitamente que lo que se presenta ante la vista acaba de ser creado. Como el pasado ha desaparecido y sus efectos toman la forma del presente, este último aparece como la única entidad real, actuante, influyente y gravitante.

En el caso de la fase actual y -es de esperarse– final del derrumbe del “ideario progresista”, cuyo pecado original consiste precisamente en confundir el progreso con todo lo que sea nuevo o simplemente distinto aunque sea defectuoso y hasta ridículo, los orígenes de las posturas y actitudes de los Eyzaguirre o los Fernández, de la Presidenta y de su corte de señoras y señoritas empoderadas, de anónimos combatientes del Injuv y de glamorosos periodistas declamando los mantras prevalecientes, es cierto voluminoso documento evacuado hace unos años por el PNUD, considerado “brillante” por ciertas almas ingenuas. Ha hecho hasta ahora el papel -o papelón- de los 10 mandamientos bíblicos timbrados en el monte Sinaí. En dicho documento, como es práctica común en ese sector político-ideológico, se pronosticaba una “explosión social” si no se hacían los urgentes cambios que pretendió hacer la NM. Dicho sea de paso, estos apocalipsis -hoy es la “explosión social”, antes “explosión de las demandas sociales”, aun antes “crisis final del imperialismo”, todavía antes “desplome inevitable del sistema capitalista”, etc.– son anunciados con la misma frecuencia y el mismo fervor con que ciertas sectas religiosas anuncian en YouTube el fin del mundo debido a la llegada siempre pospuesta del planeta Nibiru. El tono bordea la histeria y recuerda el de cierta publicación llamada “Le Monde Diplomatique” que desde hace 20 o 30 años anuncia el desplome del capitalismo en su conjunto y/o de cualquiera de sus aspectos. Es el “eterno retorno” del apocalipsis de San Juan, pero ahora en esteroides.

Tal es el destino de a veces las mejores ideas o siquiera de las mejores intenciones. De sistemas con alguna sustancia pasan a la categoría de convocatorias simplonas y de estas a la de supersticiones y reflejos condicionados. Son retornos absurdos pero duraderos. Aun hoy se nos advierte: o las transformaciones profundas “van” o habrá una explosión social.

El final

El final de estas trayectorias históricas desde lo sustancioso y meritorio a lo patético y picante es conocido: se manifiesta en la confusión, las ambigüedades, el cinismo y la más total pérdida de los escrúpulos porque sin la fe se pierde la brújula y la aspiración se convierte en ambición, la esperanza en derrotismo y la buena voluntad en egoísmo y hasta desenfreno. Cuando ya no se sabe qué predicar se predica sin espíritu. De ahí la caída a la mentira, la corrupción y la más vulgar y desnuda ambición. O en otras palabras, “hay que derrotar a la derecha”.

lunes, 6 de agosto de 2018

La primera entrevista Fernando Villegas tras denuncias


Este lunes 6 de agosto de 2018, un día después de que sus hijas publicaran una carta defendiéndolo y una semana después de la publicación del reportaje de The Clinic que daba cuenta de diversas acusaciones de acoso y maltrato laboral, Fernando Villegas dio su primera entrevista en vivo y en directo
En ella abordó lo ocurrido desde el pasado lunes y cómo enfrentará el futuro tras su salida del diario La Tercera y de Radio Agricultura. En Radio Touch aprovechó de anunciar que próximamente lanzará su propio medio de comunicación, donde -con más libertad- cumplirá la misma labor que antes.
Con respecto a las acusaciones, aseguró que el The Clinic buscaba verlo caer. “Les molesta que he sido exitoso”, asegura.

El Dínamo recopiló las mejores frases de Villegas en lo que fue su primera aparición pública tras estallar el escándalo.

“Llevo muchos años en comunicaciones y en mi vida había visto una maquina de odiosidad, de inequidad y de miseria, el tamaño, la manera en que lo hicieron, el vuelo que tomó”.

“En primera instancia pensé que un día en la reunión de pauta de la revista The Clinic, tenían que decidir a quién crucificamos en el siguiente número. Siempre en sus ediciones cuelgan a alguien, es el estilo de esa revista. A alguien se le ocurrió Fernando Villegas, total a ese tipo lo hemos jodido antes (…) Yo nunca respondo a esas cosas, así que en cierto sentido soy un blanco fácil. Uno se imagina a alguien diciendo ‘por qué no agarramos de nuevo a Villegas’. Soy un personaje particularmente detestado en los círculos del progresismo, pero luego uno empieza a ver y a enterarse del grado de detalle de planificación que tuvo esto y empiezo a pensar que hubo algo más que una reunión de pauta donde se dijo ‘jodamos a Villegas'”.

“Esto es tan grande, tan malicioso, tan letal porque alguien quiso liquidarme completamente. La cosa era destruirme completamente, que yo perdiera mis pegas, cosa que lograron”.

“Aquí se trataba de sacar a una persona que ha sido uno de los más duros contra el progresismo”.

“Esto no parte de una sala de redacción, hay varias teorías conspirativas pero me hace sentido que esto está planeado”.

“Capaz que se hayan inspirado en la famosa Doctora Cordero que lleva años o llevaba, porque dice que no lo va a hacer más, en ir a programas donde y en muchos siempre sacaba la misma historia que yo le había mirado los senos. Se creó un molde”.

“Llevo más de 25 años y me he ganado una cantidad de enemigos enorme (…) Les molesta que yo he sido exitoso, eso es un hecho”.

“Si tú miraste a una niña eso se convierte en una invitación a entrar a una pieza cerrada. Si tú le dijiste algo se transforma en un insulto… Si echaste la talla, se transforma en un ataque a la dignidad femenina”.

“Junta el deseo de sacarme del medio, junta la pica que siempre me han tenido en esa revista. Junta eso y tienes una tormenta perfecta, hecha de decires”.

“No puedo probar nada de algo que no existe”.

“Si te defiendes, cómo demuestras que algo no se hizo (…) Te tiene atrapado y te quieren destruir”.

“Yo esto lo veía venir, tenía una sensación clarísima que tarde o temprano que este mundo, llamémoslo progresismo, los que estuvieron con Bachelet (…) que todo ese mundo de algún modo iba a entrar a esta clase de concertación tácita para reventarme. Lo veía venir, no sabía dónde iba a estallar, pero lo sentía. Se lo advertí a mi familia”.

“Puedo aguantar esos golpes y esperar que se cabreen y que el día de mañana encuentren a otro para poner en la picota”.

“En el diario La Tercera no se demoraron ni cinco minutos en echarme, se hicieron eco de toda esta cosa por lo que implícitamente, tácitamente, la avalaron”.

“Es bastante grato que hay gente que no se compró este paquete, hay otras que yo creía que eran más o menos inteligentes y que se lo han comprado tal cual. Uno tiene que reevaluar a esas personas, su inteligencia”.

“Agradezco mucho el apoyo de la gente, gente que no conozco”.

“Quiero sacarle provecho a esta cuestión, verlo como una oportunidad, una oportunidad bien maligna”.

“Yo me crié en la cultura de los años ’60-’70, donde piropear era una cosa de todos los días en lo que incurrían todos los hombres”.

“Nunca me he considerado que soy víctima del movimiento feminista”.

“Estoy interesado en el futuro”.

“No vale la pena. La gente que te odio no escucha ningún argumento”.

“Primero, segundo y tercero son mi familia. Mi señora, mis hijas, mis sobrinos, ellos han estado conmigo a fondo. El resto, algunos han dicho que te apoyan, otros me han enviado un mail”.

“¿Crees tú que un programa va a terminar por una persona? La cosa era romperme las pelotas como fuera”.

“Para mí es más importante el futuro que este alud de mierda que me han tirado”.

“Aunque fuera cierto como lo pintan, mi lascivia, a quién le importa eso. Qué le importa al país que soy alguien lascivo, qué efecto tiene en la política, en la economía… Que fulano de tal le echa piropo de tono subido delante de una mujer. Mujeres adultas, si no trabajan cabras chicas en la TV”.

domingo, 5 de agosto de 2018

El libelo de "La lascivia de Fernando Villegas" por periodistas Benjamín Miranda y Alejandra Matus

Miradas impúdicas, comentarios obscenos y malos tratos. Mujeres y colegas que han compartido el recorrido laboral del comentarista y escritor relatan a The Clinic las conductas lascivas que han sido un lugar común en su comportamiento tras las cámaras. El exdirector ejecutivo de Chilevisión, Jaime de Aguirre, admite que en una ocasión Villegas fue reprendido por su conducta y que se le pidió “respeto” hacia sus compañeras de trabajo, mientras productores y personas que trabajaron en “Las vueltas de la vida” afirman que el maltrato a productoras de ese programa fueron determinantes en que éste se terminara. Más de 30 personas fueron entrevistadas para este reportaje, y la mayoría prefirió responder a condición de anonimato. Fernando Villegas declinó replicar las afirmaciones.
¿El comportamiento de Fernando Villegas constituía delito? Hasta ahora, no. Las conductas obscenas descritas por las compañeras y compañeros de trabajo que ha tenido en los medios de comunicación difícilmente calificarían como tal. No obstante, han provocado la molestia y sensación de vulnerabilidad de numerosas mujeres consultadas por este medio. Incluso motivaron, en su momento, la reprimenda de la dirección de Chilevisión y, en otro caso, el fin de un programa.
Para este reportaje se entrevistaron a más de treinta personas que cuentan cómo dedicaba miradas lascivas y comentarios obscenos que en la actualidad motivaría más de un parte por acoso. Cosas que en los 90, cuando Villegas comenzó una carrera como columnista, no se alejaban mucho de lo que hacían otros hombres en el medio, pero que, con el tiempo, se han vuelto intolerables. En las palabras de un productor, “sus conductas eran pasadas de la raya antes. Hoy constituirían abuso”.

Una maquilladora que trabaja actualmente en la estación contó a The Clinic que antes de que se decidiera renovar el elenco de Tolerancia Cero y trasladarlo a la señal por cable, se hizo una indagatoria interna sobre el comportamiento del panelista. “Lo sé porque me citaron y me preguntaron si a mí me incomodaba su comportamiento. Yo dije que no, porque soy parada en la hilacha y la primera vez que me miró el trasero y me dijo una grosería, le paré los carros. Pero sé de otras compañeras, especialmente las que solo venían los fines de semana, que le tenían miedo y me pedían a mí que lo maquillara. Nadie lo acusaba porque una piensa para adentro: quién me va a hacer caso, el hilo se corta siempre por lo más delgado y cosas así. Lo que sé es que después de esa investigación, no le renovaron el contrato”.

Jorge Carey, director ejecutivo de la estación desde 2016, no respondió las preguntas que se le formularon al respecto y Verónica Basso, subgerente de producción de la Estación, dijo que “desde que estoy en el cargo (noviembre de 2017) no me ha tocado conocer ninguna denuncia al respecto”.

No obstante, fuentes del canal aseguran que desde la llegada de Carey existen protocolos exigentes de comportamiento y respeto en el ámbito laboral, que cualquiera puede hacer una denuncia que llega a los más altos niveles de decisión y que, en ese escenario, los hábitos del comentarista quedaron fuera de contexto.

Del financiero a la tele

Un exdirectivo del diario El Financiero relata que a comienzos del 90, cuando en ese periódico se le dio la oportunidad de escribir la contraportada, no tenía empacho en entrar al diario y hacerles comentarios obscenos a las pocas mujeres que trabajaban allí. “Lo hacía con completo y total desparpajo, pero no era disonante con la cultura de la época. Era más notoria su prepotencia, porque él consideraba que todos eran más ignorantes y tontos que él. Las mujeres también, por supuesto”.

Para esa página, Villegas entrevistó a Ricardo Israel y el cientista político quedó sorprendido por su agudeza e inteligencia y propuso su nombre para un programa de televisión nuevo: “Domicilio Conocido”, que fue el predecesor de Tolerancia Cero. Los panelistas eran Israel, Villegas y la periodista Carolina Rossetti.

Esta última relata que Villegas era como un niño malcriado, que hacía comentarios sobre las piernas de las invitadas en el camarín, por ejemplo, a Gladys Marín, pero que luego en el set las demolía en el debate. “Nunca lo consideré como acoso o algo pasado de la raya. Me parece más bien que era una estrategia para bajar las defensas de las invitadas y después desarmarlas con sus argumentos”, dice.

Rossetti coincide con que Villegas consideraba que la mayoría de las personas con que interactuaba eran ignorantes. “A mí me parecía una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde, que no tenía posturas definidas respecto de nada. Una especie de oportunista que tomaba la postura que más le convenía en el minuto y, por supuesto, siempre estaba en contra de lo que yo decía”.

La periodista recuerda que Villegas antes de comenzar el programa y fuera de cámara “hacía chistes de judíos delante de Ricardo Israel, sabiendo que él era un judío observante. Israel se ponía nervioso”. El cientista político dice que no recuerda que esto ocurriera y que siempre tuvo buenas relaciones con Villegas, pero Rossetti insiste en que “la memoria es personal y yo lo recuerdo claramente”.

En esa materia, hay otra discrepancia sobre las cosas que ocurrían con el comentarista.

La doctora María Luisa Cordero recuerda a The Clinic que fue una de las invitadas a ese programa en marzo de 1995: “Esa noche yo era la única invitada. Cuando nos llamaron para entrar al set, yo me retrasé unos diez segundos, él se quedó conmigo sin que me diera cuenta. Cuando me doy vuelta, me encontré con este caballero que es muy alto y me dice textual: ¡Qué buenas tetas tienes, Cordero!”. Relata que cuando ella lo increpó, él minimizó su gesto, diciéndole: “¡Pero qué te pasa mujer!”.

La siquiatra revela que tardó veinte años en relatar el episodio en un programa de televisión (Mentiras Verdaderas), porque, por aquellos años, “una persona que pasó por eso perdía mucho más de lo que ganaba al hacerlo público”.

Para la comentarista televisiva, lo más revelador vendría semanas después de haber narrado su experiencia en televisión, cuando parte del equipo de maquillaje de La Red se le acercó y agradeció haber “denunciado” a Villegas: “Me dijeron que le tenían asco y rabia, porque las manoseaba y les decía cosas. Recuerdo una señora de muy bajo perfil, que se me acercó después del capítulo en que lo conté y me dijo: ‘Gracias doctora por denunciar a ese degenerado. Supiera las cosas que nos hace a nosotras’”.

Carolina Rossetti afirma que, aunque le atribuye a maniobras de Villegas que la sacaran del programa, no le cree a la doctora Cordero. “Él tenía buen gusto”, dice.

“¿Dónde está la tetona?”

Piri Riveros, maquilladora, venía del área de maquillaje de TVN y Canal 13 cuando arribó a CHV, en 2008. Por entonces, dice, el equipo estaba compuesto por nueve personas y se dividía en dos turnos rotativos de nueve horas cada uno.

En la segunda mitad de ese año le correspondió por primera vez maquillar a los panelistas de Tolerancia Cero, que se emitía los domingos en la noche. “Fue raro que me lo dieran a mí, porque una compañera tenía ese turno desde hacía un tiempo. De todas formas no tuve problemas y acaté”, dice en entrevista con The Clinic.

De inmediato, sus colegas le advirtieron que “tuviera cuidado”, sin identificar a nadie, ni darle motivos. Incluso afirma que el periodista Fernando Paulsen, a quien había maquillado ese día, poco antes de salir al aire, le preguntó si estaría sola en el turno.

-Yo le dije que sí, porque se habían ido todas las demás. Su respuesta fue un largo ‘ya…’ y una cara de suspenso. Me pareció raro que me preguntara si estaba sola, pero con su gesto y con lo que me pasó después, me di cuenta que era una advertencia-, dice Piri.

Luego de maquillar a Paulsen preguntó si faltaba alguien más, ya que restaban pocos minutos para que empezara el programa. Faltaba uno.

-En eso, siento una mirada muy inquisidora. Como había un ventanal de cristal detrás de nosotros, podía ver quién entraba y salía al área de maquillaje, peluquería y vestuario. Miro por el reflejo y me doy cuenta de que viene un caballero muy alto, que ya me está mirando el trasero sin disimulo. Era Fernando Villegas. No me saludó, pero mirándome de pies a cabeza, me dijo: ‘¿Dónde está la otra del turno? ¿Esa, la tetona?’ Le respondí que el turno me tocaba a mí y que por favor se sentara para maquillarlo, porque me tenía muy incómoda por la forma en que me miraba el trasero. ‘Uy, me saliste chúcara’, respondió-.

Hasta ese momento, no conocía a Villegas ni había tratado con él. Esos primeros segundos, sin embargo, bastaron para que se sintiera “hastiada hasta por su forma de hablar, y por su mirada tan libidinosa que llegaba a incomodar, sin siquiera decir una palabra”.

-Quería terminar muy rápido de maquillarlo. Me dijo que parecía geisha por mis ojos rasgados, y preguntó si acaso yo sabía a lo que se dedicaban las geishas. Al final terminé y al pararse me quedó mirando, y me dijo: ‘Mmm, tenís buen culo, ah’, y se fue. En la semana pensaba que venía el turno del domingo y era terrible, porque tenía que estar sola con Fernando Villegas. En los restantes programas siempre lo escuché referirse a mujeres por el poto o las tetas. Fue horrible. Era como un hombre obsesionado con eso-, apunta Piri.

Finalmente estuvo un mes a cargo de ese turno, hasta que se lo destinaron a otra compañera. No obstante, Piri no estaba dispuesta a que las demás maquilladoras pasaran por lo mismo, y afirma que expresó su malestar ante Jaime de Aguirre y Pablo Morales, productores del canal en ese tiempo.

-Junto a otras maquilladoras, se les dijo personalmente que nos incomodaba que Fernando se refiriera a compañeras de la forma en que lo hacía, o que hablara de cosas sexuales mientras lo maquillábamos. Ellos le bajaron el perfil a la situación, lo interpretaron como que Villegas era un hombre fresco no más-, afirma Piri.

Jaime de Aguirre dijo a The Clinic que no recordaba la reunión, pero que sí tiene en la memoria haber tenido que llamarle la atención. “Se le pidió que tratara a sus compañeras de trabajo con más respeto”, dijo.

Fernando Paulsen, en tanto, afirma que el comentario que le hizo a la maquilladora era algo habitual en él y que no se refería a alguien en particular. “Es cierto que Fernando hacía comentarios subidos de tono, pero siempre me pareció que era inofensivo, que ladraba, pero no mordía”.

Dos maquilladoras antiguas del programa, Julia Peñaloza y Tita Contreras, dijeron a The Clinic, por separado, que nunca presenciaron conductas impropias del conductor.

Otros participantes del programa, a condición de anonimato, relatan que el comportamiento de Villegas era obsesivo e incómodo incluso para los hombres. “Sin conocerte, lo primero que te preguntaba es: ‘¿Cómo culea la tal?’, alguien con quien él sabía que tenías una relación”, cuenta una fuente.

Matías del Río, otro de los panelistas históricos de Tolerancia Cero, afirma que “Fernando hacía comentarios subidos de tono ante hombres y mujeres, pero nunca presencié algo que cruzara límites”.

Una periodista que sufrió directamente la lascivia de Villegas afirma que “lo primero que hacía era mirarte desde lejos de arriba a abajo, como si te estuviera sacando la ropa. En dos ocasiones, me crucé con él en el pasillo y me sacó la lengua como si me la estuviera pasando por alguna parte. Y otra vez, se me acercó y me dijo al oído una cochinada tan grande que me dejó helada. Esa vez lo mandé a la mierda. Le dije: ¡Déjate de huevearme, conchetumadre!”

La periodista dice que el conductor nunca la tocó, pero no fue necesario para hacerla sentir vulnerable. “Yo soy una mujer aguerrida. Todos los trabajos que tengo me los he ganado con mucho esfuerzo y, por supuesto, que no iba a dejar que dijeran de mí que yo arrugaba por los cabros chicos, por la regla, por quejosa, todos esos estereotipos con los que una tiene que vivir. Y claro, tampoco iba a presentar una denuncia por acoso para quedar de conflictiva y problemática. Pero eso no significa que su comportamiento me dejara indiferente. Un lugar de trabajo debe ser un lugar seguro y Villegas me hizo perder ese sentido de seguridad que tenía hasta entonces. Una vez me acompañó mi pareja a una reunión a la que tuve que asistir y en la que estaría Villegas. Me dijo: ‘Voy a estar aquí afuera. Cualquier cosa que te haga este huevón me avisas y yo entro a sacarle la chucha’. Así de vulnerable me sentía”.

Fuentes que trabajaban en ese tiempo en el programa, relatan que la lascivia de Villegas se extendía también a algunas invitadas, a las que abrazaba “de modo libidinoso y obsceno” y les decía cosas como: “¿Por qué no nos vamos a un motel en vez de estar en este programa latero?”. Víctimas de sus insinuaciones habrían sido Catalina Parot, Lily Pérez y Evelyn Matthei. Parot y Pérez declinaron hacer comentarios para este reportaje y la alcaldesa Matthei no respondió a nuestras consultas.

Las Vueltas de la Vida

Un caso emblemático de los problemas que provocó en los equipos de trabajo la conducta de Villegas, fue el programa “Las Vueltas de la Vida”, de Chilevisión. Un programa en que el conductor viajaba por Chile entrevistando a personajes con historias extraordinarias y que tuvo dos períodos: 1997-1998 y 2003-2004.

Un ex directivo del programa, a condición de anonimato, reveló que “fueron denuncias de maltrato laboral en su contra, por parte de dos productoras, las que determinaron que la estación dejara de hacer el programa”.

El directivo no recordaba que las denuncias incluyeran acusaciones de acoso sexual, pero una de las productoras afectadas reveló, a condición de anonimato, que en ese programa Villegas tuvo todas las conductas que cualquier protocolo de abuso hoy prohibiría.

Marisol Inzulza Productora General del programa hasta el 2002 afirma desde Estados Unidos, donde vive actualmente que “Villegas jamás presentó una conducta inapropiada con algún integrante del equipo de profesionales con los que trabajamos”.

Sin embargo, una de las productoras que formuló una de las denuncias que llevó a terminar con el programa, afirma, a condición de anonimato, que “era insoportable trabajar con él. Un maltratador, mal educado, que le decía groserías al equipo y a los entrevistados. Un desubicado total”, relata.

La productora agrega que “nos daba abrazos asquerosos, mientras nos decía palabras de connotación sexual. Nunca una clara propuesta, pero claramente pasado en un cien por ciento de la raya”.

La productora señala que los periodistas del equipo se turnaban para llamarlo y citarlo a trabajar, “para dosificar el mal rato. Su típica respuesta cuando lo llamábamos era: ‘¡Qué querí!’”.

También había turnos para viajar y quienes organizaban las salidas se preocupaban de que “quedara solo en un hotel, para evitar problemas”.

Uno de los periodistas que lo conoció en este programa asegura que sus conductas siempre fueron “pasadas de la raya. Pero, con los criterios de hoy, serían consideradas abuso”.

En las radios en que ha tenido programas, como Duna, la conducta de Villegas es leyenda. Dos destacadas profesionales que habrían sido afectadas por su comportamiento prefirieron no referirse a ello. Una tercera, Nancy Castillo, con quien ha trabajado en varios medios, afirma que siempre ha tenido con él una relación de respeto y generosidad profesional.

Villegas fue contactado a través de una productora, pero declinó otorgar una entrevista para este reportaje.

Universo Villegas

En 1997, Fernando Villegas lanzó su “Diccionario Histérico de Chile” (Qué Pasa), un libro de más de 200 páginas que reúne las acepciones que el escritor le brinda a palabras y personas como Patricio Aylwyn o Andrés Allamand.

Previo a su lanzamiento, Villegas declaró que inevitablemente más de alguno se molestaría con su contenido, pero no advirtió que, 21 años después, sus definiciones podrían considerarse un mapa de su forma de pensar:

SIDA: Enfermedad que no debiera existir en Chile. 2.- Castigo de Dios para los maricones. 3.- Enfermedad que aqueja a todos los personajes conocidos a los que se ve bajar de peso. 4.- Enfermedad que no afecta a los propietarios ni a los amigos de los propietarios de Megavisión y Canal 13.

TIRAR: En teoría, tirar es hacer el amor sin amor. 2.- Aunque sólo se desee tirar, la primera vez que se solicite tal cosa a la dama anhelada se recomienda decir “Mi vida, vamos a hacer el amor”. Posteriormente, cuando ya hay confianza, puede decirse “¿vamos a acostarnos, mijita? A los amigos es permitido narrarles el asunto con un expeditivo “me estoy tirando a la fulanita…”.

COCO: Fruta tropical para hacer el refresco que consumen las secretarias que fueron en patota a un resort del Caribe. En la noche lo beben con ron y se les ponen los cachetes rojos, se ríen como locas y miran de soslayo a los camareros bronceados que desearían tirarase si no fuera porque la Toyita va a contarlo todo en la oficina.

EMBARAZO: Estado equivalente a estar esperando la familia cuando se trata de señoras casadas. 2.- Las niñas de bien y solteras se embarazan porque falló la T de cobre y se casan un poquito apuradas. 3.- A las rotecas las dejan guatonas por tontas y ociosas.

FEMENEIDAD: Virtud que se reprocha no tener a las mujeres demasiado inteligentes.

FEALDAD: La de algunas damas de la clase política hace considerar por segunda vez y seriamente si será tan buena la idea de ampliar los cupos femeninos en el ámbito del poder. Habría que abrir debate sobre esta materia.

GIMNASIA: 2.- En su versión “aeróbica” un batallón de señoras ociosas y ejecutivos estresados visten mallas ajustadas y se ponen a hacer piruetas frente a un espejo a las órdenes de un fleto sádico.

HOMOSEXUAL: Maricón en lenguaje políticamente correcto y progresista.

LAMER: 1.- Lamer helados no necesita explicación. 2.- ‘Lamer el culo’ de alguien era otrora metáfora para designar el servilismo más extremo. Depende, me parece, el culo. ¿Qué me dicen del de la Schiffer?

LESBIANA: La fulana que dijo “no” a todos los cabros de la oficina.

MARIMACHO: Toda mujer chilena que destaque por su inteligencia es automática e injustamente considerada un marimacho. 2.- Independientemente de eso, hay efectivamente un distinguido número de marimachos entre las mujeres inteligentes.

ALLENDE, ISABEL: ¡Qué mujer más deliciosa y talentosa! Las tiene todas. Su gran pecado es haber tenido éxito de ventas y de premios con sus libros; eso inmediatamente le ha ganado entre sus colegas cierta fama de escritora populachera y explotadora del realismo mágico & inc. No importa mijita, dele no más.

Hijas de Fernando Villegas salen en su defensa

Las hijas de Fernando Villegas salieron en su defensa, luego de una semana donde fue acusado de acoso sexual por parte de diversas mujeres.

Mariana puso en su cuenta de Twitter una carta que escribió su hermana, Florencia, "y representa parte de nuestro sentir en esta semana horrible".

"Mi papá es una persona de gustos simples, tranquilo, con un humor oscuro y brutal (...) con un carácter fuerte, una paciencia disminuida con los años, una generosidad infinita, algo muy serio y parco a veces, otras tantas con un humor exquisito y encantador, y con un desencanto generalizado hacia las persona, sobre todo cuando actúan en masa", dice una parte del texto.

Enseguida añadió que "mi papá tiene 69 años. Para ustedes, la mayoría por lo menos e incluso yo, considero el denominado piropo más como un acto obsceno que como una palabra de ánimo y buena educación. Pero si nos dejamos de mirar el ombligo entenderemos que eso es así desde hace aproximadamente, algo así, como cinco minutos atrás. Por eso es que reinterpretar y resingnificar actos de galantería, de coquetería, o gestos sin ninguna de esas intenciones, ocurridos hace 30, 20, 15, 10 o 5 años atrás, no tienen sentido alguno".

En la defensa de su padre, las mujeres apuntaron a que "las hermanitas Villegas vimos en él a nuestro primer ejemplo de feminismo. Suena ridículo porque lo es, porque utilizar un término manoseado le quita contexto a la palabra". Además, expusieron los cuidados del escritor en su época escolar.

Para concluir el largo texto se sentenció que "pese a que ha sido una semana terrorífica, ha sido también una semana de unión familiar —alrededor siempre de una botella de vino, riéndonos de la falta de intelecto de tantos o del aprovechamiento mediático de otros—, de nuevos proyectos y de encontrarse con esos amigos y amigas leales que nos han llenado de cariño a nosotras y a mi papá".

sábado, 4 de agosto de 2018

Fernando Villegas: el pigmalión de la elite


por Mauro Salazar Jaque 4 agosto, 2018

Fernando Villegas: el pigmalión de la elite ¿Quién es Villegas más allá del escándalo que lo persigue? Hoy se encuentra climatizado en un discurso moralizante, culturalmente regresivo y políticamente autoritario y ha perdido esa audacia que lo hacía brillar como un "ecualizador de lo exótico". En fin, desarrapado respecto al estilo de Cancillería que cultivó Raquel Correa, jipi del orden y de roles protagónicos en nuestra farándula política, pelucón voluptuoso y con sentido de espectáculo, pero profundamente institucionalista, a veces todas las anteriores y después nada, pero finalmente un defensor travesti del establishment en clave iconoclasta.

Dado los hábitos parroquiales de nuestro péndulo mediático resulta indispensable revisitar la relación entre neoliberalismo y comunicación. Ello en virtud de los dispositivos corporativos puestos en circulación, la irreversible decadencia ideológica de los partidos, los desgarbos de nuestra elite y la desdibujada industria de las comunicaciones, nos lleva a reflexionar sobre la destrucción de los cimientos culturales y simbólicos del orden normativo.
Sin perjuicio de lo último, la sociedad chilena -por momentos- tiene patrones similares a una "comedia bufa" que debe ser erradicada por las nuevas gramáticas generacionales. El fascismo capilar de los últimos días salpicó a "nuestro" Fernando Villegas. A modo de didáctica comparación, se trata de una versión tibiamente similar a Lanata (tibiamente similar en cuanto a la oscilación argumental, la metamorfosis de medios y el pastiche editorial), aunque con menos alcances y arrojo que el fundador de Página 12 y el memorable Hora 25.
De todos modos, Villegas, nuestro conservador libidinal, posee menos pluma y lectura, eso sí, resulta más mesurado en sus pactos elitarios respecto a la industria argentina, pero corre sin los vientos del Dios Borgeano. De cuando en vez, hace gala de ser "gran lector" de historia universal antigua, pese a cultivar una escritura coloquial apta para todo tipo de consumidores. Hay que pensar cuál es el propósito de masificar manuales de lectura (aparte del negocio mismo) que con pluma blanda vienen a establecer retratos y estereotipos que fortalecen hábitos y creencias que invocando a Nietzsche llamaríamos la "moral del rebaño". ¡Pero ay, vanidad de vanidades¡
El "texto Villegas" representa la "metáfora del cortesano", pero con un gesto neoliberal que aparentemente lo torna más novedoso, pues obra como la "consciencia crítica" de la elite que la exculpa de su propia arbitrariedad. Su discurso alude a la figura del muñeco y el ventrílocuo, allí él opera como el muñeco que textualiza la irreverencia de una elite que en su interior no puede más que defender y asimilar su conservadurismo. Es una "figura hegeliana" que condensa tragedia y comedia al mismo tiempo. Dicho sea de paso, también representa la prepotencia residual de aquello que heredamos del campo intelectual de la post-dictadura.
Si entendemos el neoliberalismo como una "economía mediática" indispensable para la gobernanza hacemos mención a un conjunto de formaciones textuales-discursivas, lo cual comprende aspectos que prefiguran una realidad en estado de mutación: imágenes, liderazgos mediáticos, violencia ciudadana, construcción visual de la gobernabilidad, formatos televisivos, que ha permitido que las triangulaciones de nuestros líderes de opinión, se hayan proclamado como una fuerza motriz que sojuzga moralmente las "pildoritas de la vida" cotidiana bajo este nuevo orden post-social (sí, post-social).

Nuestros censores provienen de una elite periodística que ha domesticado un sentido común -somatizando los estados anímicos de nuestra desdibujada elite- promoviendo sujetos dóciles en caso de protesta social, o bien, declarando interdictos en pantalla a las voces críticas contra el gobierno de turno, empresa que Villegas abrazó fielmente el 2011 (cual soldado) sin miramiento de objetivos nobles. Todo ello ha contribuido a la devaluación simbólica de toda imagen de futuro, de tal suerte la política explota como un "presente sin horizonte" y la realidad sólo puede ser concebida como un "orden temporario" de gremios laxos donde "líderes" como Villegas desde una tribuna llena de despistes y sofismos (su confinamiento en Radio Agricultura) ha terminado aportando algunos "puntitos" para que el neoliberalismo derrotara a la democracia chilena.
De Chopin a Lyotard, de Lyotard a nuestros nihilistas post-modernos, descreídos, pero radicalmente conservadores. El discurso de Villegas es el síntoma de un maridaje que hunde sus raíces en los primeros años de la transición. Esa fue su sala de parto. Ahora no se trata de entender nuestra experiencia desde algún libro de Baudrillard, o bien, la sociedad del espectáculo de Debord, basta con mirar la destrucción de la realidad en la vida cotidiana; antes fue el selfy con la pequeña Sofía, ahora la viralización de imágenes eróticas hardcore, hoy un manoseo lascivo, y un estado de instituciones afásicas donde se gobierna por decreto.
A la luz de este diagnóstico, debemos concebir una subjetividad post-social (léase líquida) donde reverbera un sujeto plástico, pragmático y ludópata que nos obliga a repensar el nuevo reparto de las subjetividades. Pues bien, el sujeto de marras se encuentra inserto en una "zona muda", ello lo ha llevado a cultivar un discurso digitado sibilinamente desde las elites y ¡por favor, cuidado con el adjetivo vulgar¡ en cuanto a la operatoria del poder nadie llama por teléfono a nadie, comunicacionalmente hay redes, señales, gestos, rictus, y un centenar de mediaciones simbólicas que bastan para calibrar la sensatez de un discurso estratégico que tiene en común un juego de intereses.

¿Y el gatopardismo? A no dudar, "nuestro" Villegas abrazó las causas de una izquierda ebriosa, luego filo-concerta, después tibia derecha, antes y durante anticomunista primario, después llamó a votar por Labbé, ¡Ampuerazo, sin pedido de disculpas¡ Años antes era un crítico de Piñera, ahora no escatima en elogios. Y pese a todo reserva sutilidades frente al personaje de Ricardo Lagos y así el péndulo no se detiene (tonal...atonal, etc). Pero siempre ha mantenido una hebra con el conservadurismo -patochadas mediante.
Hoy se encuentra climatizado en un discurso moralizante, culturalmente regresivo y políticamente autoritario (Radio Agricultura y un Villegas de los márgenes) y ha perdido esa audacia que lo hacía brillar como un "ecualizador de lo exótico". En fin, desarrapado respecto al estilo de Cancillería que cultivó Raquel Correa, jipi del orden y "comisario del pueblo", Chascón desafiante y de roles protagónicos en nuestra farándula política, pelucón voluptuoso y con sentido de espectáculo, pero profundamente institucionalista, de aires conservadores, a veces todas las anteriores y después nada, pero finalmente un defensor travesti del establishment en clave iconoclasta. Quizá existe alguna relación poco explorada entre su pelo post-moderno y los pasivos años 90', desgreñado, despeinado, desastrado, desidioso. Un despertar del Chile transicional que entró de golpe a los mercados globales (se puso a tono con los tiempos, las modas y una estética liviana, suavizada, soft).
En suma, un conservador desgarbado, pero muy sexy para los viejos formatos televisivos.

Con relación a las elites ocurren cuestiones tibiamente similares con sus compañeros de ruta en Tolerancia Cero para generar un discurso sin centro, con un texto que monopoliza la sensatez y declara la interdicción de situaciones que no se ajustan a sus "principios de realidad". En el Chile de las "subjetividades plásticas" (en lo prosaico) el discurso Villegas comprendió habilitar un lenguaje que le permitió comercializar un texto hermafrodita que hoy, por cuestiones parroquiales, sale a la luz pública.
El "texto Villegas" representa la "metáfora del cortesano", pero con un gesto neoliberal que aparentemente lo torna más novedoso, pues obra como la "consciencia crítica" de la elite que la exculpa de su propia arbitrariedad. Su discurso alude a la figura del muñeco y el ventrílocuo, allí él opera como el muñeco que textualiza la irreverencia de una elite que en su interior no puede más que defender y asimilar su conservadurismo. Es una "figura hegeliana" que condensa tragedia y comedia al mismo tiempo. Dicho sea de paso, también representa la prepotencia residual de aquello que heredamos del campo intelectual de la post-dictadura.
En resumen, se trata del déficit cognitivo de una democracia cesarista cuando intenta construir la imagen de una voz disidente y promocionar la crítica protegida desde las corporaciones. Dicho de otro modo, el sujeto de marras es la "lengua monstruosa" de la democracia corporativa, dado que su eventual nihilismo, más que obrar como un acto genuinamente desacralizador o rupturista, es más bien la defensa "erótica" (tomen nota del tal fascinación) del relato del orden.

Y ahí va el discurso Villegas, ficcionando fugarse del presente, descubriendo bárbaros a su izquierda y a su derecha, o donde sea, masticando nuevas formas para su imaginario conservador, sin religión ni promesa, pero siempre muy atento y comedido con las tecnologías del poder. De todos modos, algo pasa con el sujeto de marras, porque luego de esta zigzagueante trayectoria comunicacional, tiende a desaparecer tras la escena feminista, o bien, el financista elitario de medios ya no lo tolera a todo evento y hoy accede a vitrinas de menor masificación.
De este modo, el sujeto de marras encarna a toda esa "generación acomodaticia", las presuntuosas voces de la sensatez, verdadera episteme del orden, donde la transición democrática necesitó inventar mecanismos para validar su legitimidad. Por eso el arco mediático de la gobernabilidad aún lo defiende porque en el fondo todo ese elenco de actores incidentales son parte de la "épica del realismo". Bofill lo avala sutilmente, el influyente Jaime de Aguirre lo reduce a un problema doméstico con las maquilladoras, por su parte el acomodaticio Paulsen le baja el perfil y del Río obra de la misma manera...la dinastía Rincón establece mesuras.
En suma, todos se mueven en una misma dirección política ¡somos compadres bien "paleteados"¡ Por fin tiempo sin Dioses ni profetas, tiempo de élites carenciadas, tiempo de lenguas vulgares y luces breves. Pero todos henchidos de capitalización y sentido de oportunidad. Los Villegas, Los Boffil, Los del Río -y tantos otros "progresistas de bronce"- rápidamente hicieron suya la lección de que los únicos Dioses físicos en nuestros tiempos son las elites ¡Chapeau¡
Toda esta trama de insospechados alcances elitarios, no es más que el "clon" de un universo simbólico cuyas filiaciones operan como el "sirviente semiótico" de una elite que aburrida de sí misma (cede al populismo por la vía de las masificaciones y el acceso a "bienes temporales") necesita no solamente cantar sus glorias, de hecho una parte de nuestra elite también necesita empoderarse otorgando tribuna a Mayol y Jackson (et al) en SOFOFA, en Casa Piedra, etc.
Ello explica la necesidad de colocar en pantalla estos personajes que aparentemente resuelven las contradicciones de una chilenidad hechizada en las estéticas del consumo bajo el expediente del desprecio ante toda realidad (levantado un texto vomitivo para efectos de rating) cincelando un registro despreciativo en todos los planos posibles. La paradoja es que ese mismo desprecio es a su vez la defensa más "ultramontana" de los últimos 20 años en favor del orden, elaborado desde un discurso esperpéntico cuya fecundidad lúgubre fue la transición a la democracia. Lo que hay en el fondo es una comunicación política donde la realidad está dada por la violación de reglas mínimas de urbanidad, y en dónde imperan también, las afinidades corporativas (menosprecio, arrogancia, clasismo, xenofobia, menoscabo por la vía de la comunicación gestual).

Y así pasan los años, el sujeto de marras siempre dice coléricamente que no responde a ningún partido o grupo de presión, pero el travestismo se mantiene intacto. El ex-panelista de Tolerancia Cero se ha consagrado a combatir con tirria al movimiento social, y eso es muy legítimo, sin embargo nunca hizo lo mismo con aquellos grupos de poder que hoy lo miran de reojo y que solo él supo acariciar durante tiempos mejores.
Para efectos de nuestro oráculo mediático nunca debemos olvidar la máxima de Dante, ¡Que abandone toda esperanza, quién aquí entre!
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

miércoles, 1 de agosto de 2018

La generación de las empoderadas


No hay modo de perderse: las damas la están llevando. Después de unos 10 mil años de historia reducidas en el papel de las casas de las casas, cocineras, lavanderas, madres criadoras, amantes, intrigantes de pasillo, emperatrices viudas, cortesanas o concertistas en el piano o laúd, hoy han aparecido en la fuerza en todas las partes. Están presentes en los laboratorios, en la Nasa, en los tribunales, en el gobierno, en las profesiones, las artes, incluso en las Fuerzas Armadas. El fenómeno, de gran calado, se manifiesta por doquier. Aun Hollywood y otras entidades comerciales productoras de fantasías para el consumo de la plebe han sido cautivados la onda y la cosa de mirar una lista de seriales de TV para verlas convertidas, hoy, en las auténticas protagonistas, la policía más inteligente que nadie, la forense a Carga, la presidencia de la República, la astronauta, la periodista estrella. Abundan la "superwoman" a lo Angelina Jolie repartiendo patadas letales para todos los lados. Lo mismo en el cine.

El tiempo en que este columnista fue también. en otros casos era la niña un poquitín histérica dando alarmas mientras corría en tacos altos perseguida por el monstruo o la alienígena de turno. Hoy un cuadro de ese tenor sería impresentable.

La mayor o menor presencia y la importancia del género femenino ha variado según las épocas y las civilizaciones, pero hasta la fecha muy reciente siempre ha sido reducido en su forma mínima, intolerable, en el mundo musulmán, donde la opresión Es tan profundo y radical que convence de sus presuntos méritos incluso a sus propias víctimas.

"Entretenimiento", "uso" y "todo lo posible" en el mundo de los siglos XVIII y XIX. Jane Austen, escribiendo novelas rosas o en todo caso inocuas. En cuanto a lo que has tenido. En la música se limitan a ser intérpretes; en las artes plásticas sólo una o dos son grabadas como importantes y / o tomadas en serio; en las ciencias sencillamente no asomaban la nariz. Todavía hoy y no sólo en el mundo musulmán hay multitud de lugares donde las mujeres están limitadas a la condición de objetos sexuales y maternales, incluso en ocasiones en el derecho del goce del sexo, para lo que se amputa parte de la vagina.

Conflicto

La llegada de las mujeres en la fuerza casi avasalladora a todos los ámbitos de la vida, lo que ocurre al menos en Occidente, no ha sido fácil ni para las manos ni para los hombres. Las primeras, sin embargo, no pocas resistencias; Los segundos se encargaron de establecer las empresas, las morales y los trabajos. Y como es inevitable en estos procesos, las posturas se muestran rápidamente en las exposiciones acerca de los derechos y las capacidades para convertirse en militantes agresivas, las cuales son sus propias reacciones. En cuanto a los hombres, sus resistencias iniciales son una frase simple y una sonrisa. Es la razón del fondo para que, aunque parezca contradictorio y fuera de la sintonía con los tiempos, al contrario, puedan explicarse los detalles de la violencia intrafamiliar, como el resultado de una parte de las partes, la mujer, se niega a hacer el papel totalmente Pasivo de otrora. De ahí el recurso a la violencia física.

Fuera de esos casos, hay una infinidad de episodios. Bien documentado se encuentra el episodio de las que fueron invitadas a trabajar en las fábricas de los Estados Unidos cuando este país se comunicó en la Segunda Guerra Mundial y se trató de la mano de obra femenina, pero no se terminó el conflicto literalmente en el sacó de la fábrica con métodos en extremo expeditivos. Las mujeres. Y se las despidió casi a todas.

Hay más: esta reducción y minimización no ha consistido simplemente en no permitirle pasar cierto umbral laboral e institucional; Eso ha ido acompañado de una mirada empequeñecedora. No han pasado siglos sino apenas se escribieron en revistas académicas sobre las relaciones, las relaciones intelectuales, el sexo femenino y / o la redacción, las deficiencias de temperamento, etc. Para decirlo derechamente, the woman Era considerado como un objeto agradable y deleitoso sexual de limitada inteligencia.

Sobrellevar ...

¿Cómo sobrellevar las mujeres, por los siglos de los siglos, esa concepción tan despectiva? ¿Fueron conscientes de ser víctimas de una injusticia o aceptaron esa mirada y se adaptaron? Nos parece que en casos como estos, cuando un género o raza se ve o se ve como inferior, los miembros del grupo, así como el maltratado, las cosas, el mismo tiempo, las tácticas de acomodo en los que vale con particular fuerza el ingenio y la astucia y por otro lado a fuego lento en alguna forma disfrazada y reprimida de hostilidad en busca de una oportunidad para cobrar la deuda. La antigua y tradicional mirada masculina que ve en la mujer una fuerza peligrosa, incluso destructiva, bien puede estar inspirada por una oscura conciencia de haber sembrado las semillas de esa clase.

La agresividad con algunas damas, hoy, aunque liberadas, sostienen sus derechos y reaccionan ante la menor infracción a su estatus, deriva posiblemente de esa larga historia de subordinación y las inercias culturales que mencionaba JP Roberts son plenamente válidas en este caso. Pese a la irrupción masiva de las mujeres a todos los campos, aún hay demasiadas reliquias de su antigua condición, demasiados reflejos condicionados, demasiados resultados y sospechas; aún no ha llegado el tiempo en el cual una plena indiferencia señale con muda elocuencia que el tema ha sido superado.

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