No hay modo de perderse: las damas la están llevando. Después de unos 10 mil años de historia reducidas en el papel de las casas de las casas, cocineras, lavanderas, madres criadoras, amantes, intrigantes de pasillo, emperatrices viudas, cortesanas o concertistas en el piano o laúd, hoy han aparecido en la fuerza en todas las partes. Están presentes en los laboratorios, en la Nasa, en los tribunales, en el gobierno, en las profesiones, las artes, incluso en las Fuerzas Armadas. El fenómeno, de gran calado, se manifiesta por doquier. Aun Hollywood y otras entidades comerciales productoras de fantasías para el consumo de la plebe han sido cautivados la onda y la cosa de mirar una lista de seriales de TV para verlas convertidas, hoy, en las auténticas protagonistas, la policía más inteligente que nadie, la forense a Carga, la presidencia de la República, la astronauta, la periodista estrella. Abundan la "superwoman" a lo Angelina Jolie repartiendo patadas letales para todos los lados. Lo mismo en el cine.
El tiempo en que este columnista fue también. en otros casos era la niña un poquitín histérica dando alarmas mientras corría en tacos altos perseguida por el monstruo o la alienígena de turno. Hoy un cuadro de ese tenor sería impresentable.
La mayor o menor presencia y la importancia del género femenino ha variado según las épocas y las civilizaciones, pero hasta la fecha muy reciente siempre ha sido reducido en su forma mínima, intolerable, en el mundo musulmán, donde la opresión Es tan profundo y radical que convence de sus presuntos méritos incluso a sus propias víctimas.
"Entretenimiento", "uso" y "todo lo posible" en el mundo de los siglos XVIII y XIX. Jane Austen, escribiendo novelas rosas o en todo caso inocuas. En cuanto a lo que has tenido. En la música se limitan a ser intérpretes; en las artes plásticas sólo una o dos son grabadas como importantes y / o tomadas en serio; en las ciencias sencillamente no asomaban la nariz. Todavía hoy y no sólo en el mundo musulmán hay multitud de lugares donde las mujeres están limitadas a la condición de objetos sexuales y maternales, incluso en ocasiones en el derecho del goce del sexo, para lo que se amputa parte de la vagina.
Conflicto
La llegada de las mujeres en la fuerza casi avasalladora a todos los ámbitos de la vida, lo que ocurre al menos en Occidente, no ha sido fácil ni para las manos ni para los hombres. Las primeras, sin embargo, no pocas resistencias; Los segundos se encargaron de establecer las empresas, las morales y los trabajos. Y como es inevitable en estos procesos, las posturas se muestran rápidamente en las exposiciones acerca de los derechos y las capacidades para convertirse en militantes agresivas, las cuales son sus propias reacciones. En cuanto a los hombres, sus resistencias iniciales son una frase simple y una sonrisa. Es la razón del fondo para que, aunque parezca contradictorio y fuera de la sintonía con los tiempos, al contrario, puedan explicarse los detalles de la violencia intrafamiliar, como el resultado de una parte de las partes, la mujer, se niega a hacer el papel totalmente Pasivo de otrora. De ahí el recurso a la violencia física.
Fuera de esos casos, hay una infinidad de episodios. Bien documentado se encuentra el episodio de las que fueron invitadas a trabajar en las fábricas de los Estados Unidos cuando este país se comunicó en la Segunda Guerra Mundial y se trató de la mano de obra femenina, pero no se terminó el conflicto literalmente en el sacó de la fábrica con métodos en extremo expeditivos. Las mujeres. Y se las despidió casi a todas.
Hay más: esta reducción y minimización no ha consistido simplemente en no permitirle pasar cierto umbral laboral e institucional; Eso ha ido acompañado de una mirada empequeñecedora. No han pasado siglos sino apenas se escribieron en revistas académicas sobre las relaciones, las relaciones intelectuales, el sexo femenino y / o la redacción, las deficiencias de temperamento, etc. Para decirlo derechamente, the woman Era considerado como un objeto agradable y deleitoso sexual de limitada inteligencia.
Sobrellevar ...
¿Cómo sobrellevar las mujeres, por los siglos de los siglos, esa concepción tan despectiva? ¿Fueron conscientes de ser víctimas de una injusticia o aceptaron esa mirada y se adaptaron? Nos parece que en casos como estos, cuando un género o raza se ve o se ve como inferior, los miembros del grupo, así como el maltratado, las cosas, el mismo tiempo, las tácticas de acomodo en los que vale con particular fuerza el ingenio y la astucia y por otro lado a fuego lento en alguna forma disfrazada y reprimida de hostilidad en busca de una oportunidad para cobrar la deuda. La antigua y tradicional mirada masculina que ve en la mujer una fuerza peligrosa, incluso destructiva, bien puede estar inspirada por una oscura conciencia de haber sembrado las semillas de esa clase.
La agresividad con algunas damas, hoy, aunque liberadas, sostienen sus derechos y reaccionan ante la menor infracción a su estatus, deriva posiblemente de esa larga historia de subordinación y las inercias culturales que mencionaba JP Roberts son plenamente válidas en este caso. Pese a la irrupción masiva de las mujeres a todos los campos, aún hay demasiadas reliquias de su antigua condición, demasiados reflejos condicionados, demasiados resultados y sospechas; aún no ha llegado el tiempo en el cual una plena indiferencia señale con muda elocuencia que el tema ha sido superado.
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