jueves, 21 de diciembre de 2017

Comentario de Fernando Villegas sobre el nuevo Congreso Nacional elegido 2017


 "Tenemos personas que son semi analfabetas, gente que tiene una cultura igual a un cero"
“Reflejar es una cosa pasiva. No se ve la imagen. En este sentido, el Congreso actual tiene muy bien lo que tenemos, que es una sociedad de masas ”, apuntó el escritor en su programa de Radio Agricultura“ Las cosas por su nombre ”.



El escritor Fernando Villegas profundizó en este nuevo Congreso con caras nuevas que se formaron después de las elecciones de este domingo.

En su programa " Las cosas por su nombre" de Radio Agricultura, Villegas ver "Qué clase de Congreso tenemos". En ese sentido, usted tiene que decir que representar y reflejar son cosas muy distintas.

Al respecto, precisó que “reflejar es una cosa pasiva”. No se ve la imagen. En este sentido, el Congreso actual refleja muy bien lo que tenemos, que es una sociedad de masas ” .

Agregó que es "una sociedad donde han irrumpido en el escenario sectores públicos antes, en sus guetos culturales, urbanos, etcétera ... Han invadido y tenemos en el Congreso un tipo de gente que antes no hubiera aparecido ni en los chistes". Tenemos personas que son literalmente semi analfabetos. Tenemos que tener una cultura igual a un cero, que no sepa ni hablar. Tenemos hasta nuestra versión chilena de Cicciolina. Tenemos cómicos de La Legua, jóvenes, viejos, chiquillos cuya cultura consiste en leer los medios de comunicación docena de panfletos. Ancianos que ya llevan 400 períodos en el Congreso ”.


Por esta razón es también el panelista de Tolerancia. Cero enfatizó que “ este Congreso que ha llegado a ser la sociedad chilena, una sociedad de masas, y como toda una sociedad de masas predomina el elemento vulgar, tan simple como eso”.

A renglón seguido, recalcó que “la masa es lo que ya se explicaba Ortega y Gasset, es cuando son activos, no meramente una cosa que está en un lugar. Son activos. Es una tarea activa, es una acción en una función de un interés, y ahí es donde se hace una tarea complicada el asunto, porque estas personas, muchas que no tienen los dedos para el piano, van a tener que tomar decisiones ya no simplemente de Mirarse al espejo, sino que votar leyes ”.

“ Si va a ser bueno para el país, está por verso. Porque muchos de ellos en un lugar de otro año, y en otro modo, ojala que las cosas funcionan mejor con este nuevo Congreso. No veo por qué querría yo que fuera al contrario. Este Congreso es reflejo. No sé si representativo todavía. Veamos cuando funcione ”.

martes, 19 de diciembre de 2017

Duelo de gigantes: Se enfrentaron Hernán Rivera con Fernando Villegas


El polémico Fernando Villegas y sus frases para el bronce

Para continuar con su fama de polémico y "no tener pelos en la lengua", Fernando Villegas, señaló que el pianista chileno Claudio Arrau no habría conocido la fama, si no hubiera sido por un viaje a Alemania "caso contrario, habría estado tocando en el programa Sábados Gigantes". También se refirió con sorna al cine chileno, aseverando que el filme "Ayúdeme usted compadre" es "la peor película de toda la galaxia".
También comentó la falta de identidad del pueblo chileno y a la estupidez más grande que se haya visto "de andar pidiendo la opinión a los extranjeros de cómo nos ven". A su vez, aborreció esa postal dieciochera de los presidentes chilenos "bebiendo chicha en cacho, con un hombre disfrazado de huaso".
A ratos Villegas se pasó de revoluciones y señaló que Antofagasta, siempre careció de escritores relevantes, manifestando su desconocimiento de la obra de Andrés Sabella, Mario Bahamonde y otros, lo cual le valió la réplica de varios asistentes del auditórium universitario.
Menos mal que, al comienzo de la sesión Fernando Villegas, aseguró que no venía en su plenitud física. "Tal vez, me verán en un 70%; claro que cobraré mis honorarios al 100%

Nota

Son dos pesos pesados y no por su envergadura medida en kilos, sino por lo que saben y lo que representan. Ayer, se enfrentaron en un amigable y sabroso diálogo Hernán Rivera Letelier, un escritor y poeta antofagastino, que ya ha ganado todos los premios literarios imaginables y su nombre traspasó las fronteras para ubicarse entre lo más selecto de la literatura mundial. Por otra parte su "rival", fue el melenudo e irreverente hombre de televisión y radio, el sociólogo Fernando Villegas.
Aunque la informal tertulia fue programada, como otra actividad de la Exponor 2007, bajo el pomposo y académico título de "Sociología del Norte", el diálogo coloquial abordó variados tópicos para regocijo de los asistentes que colmaron el auditorium del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta.
A ambos, el misceláneo público les conocía de sobra. A Rivera Letelier, por su extensa obra con 26 premios literarios y afamados títulos, como "La Reina Isabel Cantaba Rancheras"; "Himno de un Angel Parado en una Pata"; "El Malabarista"; "Santa María de las Flores Negras"; "Los Trenes se van al Purgatorio" y otras de extenso detalle.
Por su parte Villegas, se desempeña como panelista político de televisión y radio; además es columnista de Diarios y tiene a su haber un libro denominado "El Chile que no queremos".
Ambos personajes se conocieron hace diez años y Villegas alabó la obra literaria de Rivera "en un país donde pululan las envidias y resentimientos, de representantes de ninguna cosa". A su vez, admiró el talento de Rivera, porque "nació en un lugar incapaz de incentivar a alguien en la obra de escritor"; a la vez que manifestó su sorpresa cómo en ese mundo inhóspito pudo desarrollar esa extraordinaria sensibilidad artística.
Rivera replicó que, precisamente, en ese desierto, donde no había nada pudo engendrar su vocación literaria porque "me apartaba de la patota y me iba solo a los cerros a charlar conmigo mismo; me atraía el silencio. Allí me sentía diferente pese a que todos éramos iguales de pobres".
Y aunque Villegas se definió a si mismo como "un poco bueno para algo y otro poco bueno para nada", Rivera señaló que "desde hace 12 años soy el tipo más feliz del mundo, porque hago lo que quiero y quiero lo que hago".
Villegas valorizó la audacia de Rivera para convertirse en escritor, renunciando a la empresa, asumiendo el riesgo de mantener una familia y atreviéndose en Chile, un país del "¿quién "soi" "vo"? y como buen santiaguino sabe que "las dificultades se elevan al cuadrado cuando alguien quiere ser algo".
Rivera contó que el trabajo de escritor es de 25 horas diarias y su obra cumbre "La Reina Isabel Cantaba Rancheras", le demoró cuatro años en terminarla, pese a que eran relatos vividos o escuchados, que perfectamente podía haberlos escrito en tres meses. Pero necesitaba darle eso que denominó "soplo de vida", darle color, para convertirla en atractiva y para un público universal a partir de vivencias locales.
Por otra parte, Villegas aseveró que "Hernán estuvo en el tiempo y oportunidad precisa para triunfar, porque su misma obra hace 30 o 40 años, habría pasado como tantas experiencias de otros escritores, que exhiben sus obras como piezas de muse, deleitando sólo a críticos literarios".
Al final, Rivera se mandó un lindo poema dedicado a Antofagasta, que dejó tendido en la lona a Villegas. Y el público localista lo premio con grandes aplausos.

¡Ah, “la derecha”…!


Autor: Fernando Villegas

El paisaje social de Chile ha cambiado y no hay ya lugar para maniqueísmos.

En estos días y en melancólicas veladas celebradas en casa de “socialités” del progresismo se comenta con horrorizado estupor la inesperada “movilización de la derecha”“Movilización” es término políticamente correcto, casi venerable, pero en este particular ambiente su pronunciación es acompañado por un hálito amargo; en dichas congregaciones de viudas y viudos el sentimiento imperante es que no fue una demostración de democracia pura y digna como las de la izquierda, sino ocasión cuando inocentes ciudadanos habrían sido arrastrados al error en el mismo pérfido estilo como Lucifer nos arrastra a la perdición. Con esta versión los alicaídos comensales sin saberlo imitan -aunque desvaídamente- a Maduro, quien reflotó por enésima vez en la historia del socialismo latinoamericano al imprescindible y servicial imperialismo yanqui con el fin de explicar ahora el porqué de la ausencia de perniles de chancho para celebrar la Pascua. Acá se ha sustituido -por el momento- al imperialismo ladrón de chuletas con “la derecha” tentando a los fachos pobres. Era esperable; es sector que habita una dimensión espiritista, en un plano mucho más virtual y verbal que real y, por lo mismo, cualquier cosa que tenga el feo mérito de existir es el enemigo, cualquiera sea su forma.
 Y uno de los avatares de esta existencia dura que torpedea los bellos ideales de las almas piadosas es “la derecha”, monstruo tan sólido y tangible como la Contraloría General de la República. Capaz de toda laya de felonías, ha tenido ahora la malicia de activarse como nunca antes.


Sin embargo y pese a su abundante uso tal vez sea la hora de preguntarse si esta expresión, “la derecha”, hace justicia al sujeto histórico y político que se movilizó a tan alto grado. Hablar de “la derecha” mantiene vigente un concepto que peca de insuficiencia, uno que en su machacona estrechez y reiteración deja de percibir la naturaleza de lo sucedido, deja de ver quiénes realmente se “movilizaron”, deja de entender los motivos subyacentes de ese fenómeno y en breve deja de comprender qué está sucediendo en Chile.

Tan porfiado uso sólo sería aceptable y puede tener eficacia como arenga para envalentonar a la tropa; para eso hablar de “la derecha” sirve. También aporta el hablar de “unidad”. Con ellas y durante este receso veraniego el progresismo se prepara para su contraofensiva de marzo.

Los datos

Los datos están poniendo las cosas en su lugar. Los primeros análisis muestran que la movilización piñerista tanto para cuidar votos en las mesas como para acudir a votar en ellas no se limitó, ni mucho menos, a lo que el término “derecha” significa. Si NO ha de ser un mero gesto verbal impreciso y displicente para motejar a los votantes de Piñera, “derecha” sólo puede y debe significar, políticamente, el cuerpo ciudadano formado por militantes, simpatizantes y votantes perpetuos de RN y UDI, mientras sociológicamente sólo puede y debe hacer referencia a los sectores asociados a la élite del país, a propietarios de peso, altos ejecutivos, profesionales de nivel medio para arriba, etc., núcleo alrededor del cual orbitaría -pero esto ya es mucho más difuso y vago- un cinturón de asteroides de menor tamaño, a saber, pequeños comerciantes y empresarios de pymes, empleados temerosos de caer en el abismo, señoras piadosas, ancianos de clase media, etc., etc.

Esa es “la derecha”, pero ni siquiera sumando todas sus partes se explica el contundente triunfo de Piñera y menos aún se comprende el profundo cambio cultural que una columna calificó como “desplazamiento de placas tectónicas”.

El miedo

Lo que se movilizó el 17 de diciembre, amén de “la derecha”, fue el miedo. MIEDO, pero entiéndase este miedo no como un estado emocional transitorio azuzado con mañosas y artificiosas campañas del terror, sino como expresión del natural instinto de supervivencia económica y social de una creciente y ya masiva ciudadanía conformada de modo muy distinto a las categorías que cansina y majaderamente se siguen usando. Es ahí, en la composición y estructura de ese nuevo eje atravesando y rasgando el sistema de estratificación clásico, donde se encuentra el origen de los miedos. Es, dicho vasto grupo, lo que en términos insultantes pero retorcidamente correctos el diputado PC Gutiérrez llamó “fachos pobres”.

 Los “fachos pobres” de Gutiérrez no son sino los estratos surgidos en los últimos 30 años y que con toda razón miran con la más absoluta desconfianza y en casos extremos, con miedo, la clase de retóricas e iniciativas políticas que conducen o pueden conducir a ingenierías sociales universalmente fracasadas aun si se ejecutan a medias pues, de todos modos, harían sal y agua sus beneficios. El temor de tantos a que en Chile se repliquen siquiera parcialmente las experiencias del “socialismo bolivariano” no responde a un pavor caprichoso y/o manipulado por especialistas en propaganda política, sino es reacción razonable ante hechos reales: independientemente de las intenciones de quienes corean los motes y mitos del progresismo corriente, las políticas nacidas de esas consignas inevitablemente, así lo sospecha este nuevo ciudadano, ponen a una sociedad en un tobogán resbaladizo que conduce a grados crecientes de estancamiento y conflicto.
 ¿Por qué, entonces, quien con arduo esfuerzo ha llegado a tener algo, como ocurre con millones de chilenos, no iba a temer ese desenlace a dos, tres o cinco años plazo? 

Y para evitarlo votaron por Piñera. No es que sean “de derecha”, pero no desean ser “de izquierda”. Motejar eso de histeria, de fantasía, etc., es no entender la realidad, incluso pretender aleccionarla. A esta nueva y numerosa generación de chilenos no les vienen a contar cuentos. Ya saben cuán poco valen las promesas y cuán vacías son las consignas. En subsidio de una experiencia directa de en qué terminan esos experimentos, disponen de abundantes medios de comunicación institucional y personal para enterarse. Por eso no hay misterios respecto de lo que sucede dentro de Venezuela como sucedía con la URSS y Cuba en los años 60, cuando la escasez de información hacía suponer que esas naciones eran, después de todo, el Paraíso aquí en la Tierra.

Otro paisaje, otra fisonomía

En resumen, el paisaje social de Chile ha cambiado y no hay ya lugar para maniqueísmos. Ha cambiado no sólo porque emergen nuevos grupos, como emergió en distintos momentos del siglo XX la clase media, sino por la forma como también se han transformado culturalmente los estratos y clases ya existentes, incluyendo “la derecha”. El miembro típico de la clase trabajadora del pasado surgida y basada en un sistema económico tradicional y previsible, el obrero “del hierro, del salitre y del carbón” como decía Allende, así como el empleado del Estado, el dentista por años de años, el profesor, etc., podían ser la mayoría de las veces “hombres o mujeres de izquierda”, siendo esta más una afiliación que una opción, una identidad de por vida como ser católico o masón, pero esa postura vitalicia se ha ido disolviendo. 
Hoy nadie se siente a salvo dentro de una burbuja institucional o de clase, a resguardo de los vaivenes de la economía, como tampoco nadie espera jubilarse en 40 años y recibir un reloj enchapado en oro; al contrario, TODOS perciben que su bienestar depende de condiciones cambiantes asociadas al ritmo de la actividad económica y al cambio tecnológico, que es dependiente de las inversiones, de las confianzas y de factores que otrora parecían materia sólo de interés para los académicos. Por eso ya no toman partido a base de convocatorias tan antiguas como el “ora pro nobis”, sino buscan a las personas, los equipos y las políticas que les ofrezcan confianza de que la casa no se va a desplomar sobre sus cabezas.

 Personalmente vimos a muchos sujetos de esa clase, “izquierdistas de toda una vida”, anunciando a quemarropa que iban a votar por Piñera “porque con estos otros tipos nos vamos a la cresta”. ¿Subjetividad de fascista pobre? No; es la voz de un Chile que ya no compra automáticamente nada ni se sube ciegamente a ningún bus.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Columna de Fernando Villegas: “Libertad de acción”



Una coalición de izquierda siempre necesita maquillarse, en democracia, con un partido de “centro” o ahora, con “más audacia”, de “centroizquierda”.

Continúa discutiendo en el seno del Partido Demócrata Cristiano el tema de la "libertad de acción", señal clara que no se ha librado de él. Mientras que algunos de los dirigentes se han manifestado o simulado. Parte del esfuerzo consiste en asegurarnos de que “nunca votarán por Piñera”, opción por defecto o confesión asocian a dicha libertad. Es una proclamación negativa hecha ya tantas veces que más se asemeja un conjuro que una orden ni siquiera una predicción. Su eficacia es discutible; Sin duda alguna, tener un título personal de quien es el perfil, pero también se puede tener una respuesta negativa. en especial cabe preguntarse si despierta eco en los meros simpatizantes o los resultados sin registros ni los compromisos y hasta ahora han hecho canoísmo casi en seco y en los decrecientes aguas espirituales de la falange. Hoy en día y más que nunca una cosa es lo que digan y hagan los dirigentes y otra vez que hagan y digan los simples partidarios. Los primeros tienen intereses vitales para sustentar su decisión de aferrarse a la no-libertad, como lo son la viabilidad, la política de su partido y con el mismo sentido de sus posiciones como dirigentes, para no decir, porque quizás sea un rudo decirlo, los cargos en el gobierno, el Congreso, en las reparaciones públicas y otros beneficios asociados al duro sacrificio por la Patria Resiliente. Los segundos no están sobre sus hombros.

El "debate" acerca de la libertad de acción se ha centrado en ese partido y no en otros de la coalición -y mucho menos en el Frente Amplio- por una razón muy sencilla: es la Democracia Cristiana la colectividad dentro de la NM ha Estado más incómodo, puesto más reparos y expresado más reproches a la labor del gobierno, a la vez, a la cual se ha ido materializando con la candidatura de la señora Goic. Inimaginable dicho predicamento y agitación de banderas independientes en el seno del PS, del PC y hasta el renacido PR, el Lázaro de la política actual, el cuerpo y el título de su tumba y un paseo por un milagro del nuevo Mesías, Alejandro Guillier. Todos están por igual orgánica, visceral, existencial y oportunísticamente vinculados a la NM. Sobre todo es así con el PC. Este partido, de no ser miembro de la coalición y de los pactos que entraña, se pasará desde la condición de iniciador, ejecutor y controlador de parte importante de la institucionalidad del Estado y de la oreja presidencial de turno a la de partido del 5% del electorado

Buenas razones

Todos los factores, la razón de la candidatura han sido siempre plausibles y razonables; Su partido no es de izquierda como los otros, sino que tiene su habitación, nos comunican los agrimensores de la flecha roja, en el territorio de la "centroizquierda". Que bien dicho no es significativo. Al menos con esta membresía se le comunica a la nación que NO se une a un par de marxismo, colectivismo, estatismo y todos los demás ismos de la constelación ideológica, emocional, palabrera y laboral de la izquierda. Esta es la razón por la cual se le ha dado un buen reparto. La NM ha sido una entidad donde el PS y el PC han encontrado con un nuevo nombre su tradicional área de valores y valores sostenidos desde tiempos inmemoriales, alianza natural en todo el sentido de la palabra, pero no ha sido nunca ni puede ser siempre sino instrumental, un pacto electoral y un gobierno celebrado con fuerzas en todo orden, salvo en el interés común por el gobierno común y el uso común y vacío del término "centroizquierda" o aún más vacío y manoseado del "progresismo". Un instrumento se toma o se deja de acuerdo con su utilidad. Si esos elementos faltan, la utilidad ha llegado o desaparecido y llega el momento de repactar las condiciones con los difíciles socios. Ese momento es hoy y es otra razón para la candidatura de Goic.

¿Y malas razones…?

Lo que podría parecer no razonable, incluso anacrónico, es el debate sobre la libertad de acción. Sin embargo, sin embargo se comportan como senadores de la Roma clásica, decidiendo si van a ser esclavos en "libertos". Este es un debate sobre la primera vista o la audición se ve y suena ridículo porque hoy en día no doña Juanita y su cónyuge e hijos están esperando el permiso de nadie para votar por quien es la frunza, pero por supuesto la señora Goic y los demás dirigentes saben perfectamente todo eso Lo que es mejor que nosotros porque si acaso tienen el índice puesto en el pulso, es el pulso de su partido, y ya está disponible. La derecha, fenómeno que ocurre aún en las altas esferas de la colectividad. Hasta el momento, sin más ni más ni menos. , continuador de la señora Bachelet, lo que equivale a decir continuador de la desmedida influencia del PC y de su programa y sus hordas enquistadas en el Estado. Los dirigentes decían saber la existencia de ese flujo o más bien hemorragia y saber que no controlan ni siquiera el voto del tipo que sirve el café en la sede del partido, sino que es precisamente el objetivo que debe ser disimular. Espita que deja o no deja salir a borbotones el voto; Sin embargo, en la actualidad, en el caso de la taxidermia. En breve, sin esa ilusión, los nombres de personas se mostrarán en la parte virtual. La libertad de acción, entonces, no es un debate sino una mascarada. No puede darse o quitarse, ya que se ha dado el gusto de los seguidores de la vida. Discutir acerca de eso sólo es un acto de malabarismo sin cuerda, quizás rojo, sin espectadores y que se ofrezca en el público, así como en los viejos vendedores callejeros.

Baile de máscaras

Pero si lo de la "libertad de acción" es un "truco" de marketing, una ilusión, también es algo real, un sable, otra rica faceta y avatar del cúmulo de contradicciones en que se mueve el progresismo y en especial su partido más Ambiguo, vacilante, inquieto e incómodo. Sin embargo, en el pasado, en la base de la cacareada, "centroizquierda" y divididos internamente en facciones, más deteriorados aún están en su base, donde hace tiempo se produjo un éxito en el pasado, no hacia sino en la Tierra Prometida o al menos La promesa de sus socios de coalición. Es un fenómeno que no puede ser aceptado públicamente o equivalente en el síndico de quiebras. Tampoco los demás miembros de la NM, pese al desdén con que miran a sus compañeros de ruta, están disponibles para más información al borde de la rabia abierta y el desprecio, manifestado a veces casi desnudamente por un personaje locuaz como Andrade. Una coalición de izquierda siempre necesita maquillarse, en democracia, con un partido de “centro” o ahora, con “más audacia”, de “centroizquierda”.

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