domingo, 7 de julio de 2019

Carta Profesor Por Fernando Villegas -



La siguiente carta fue enviada al correo de este sitio por un auditor del programa que hago en YouTube. Dado que fueron muchos correos solicitando su publicación, aquí va.

Estimado Sr. Villegas.

He estado escuchando sus comentarios durante días sobre el paro de los profesores. Y me parece que es hora de dar mi opinión al respecto, y que ojalá llegue a sus oídos y a los de muchos.

Soy informático, no profesor. Pero, por esas casualidades de la vida, soy esposo de una profesora. Y he sido testigo de lo que significa ejercer esa profesión en este país miserable y mal agradecido, poblado por una turba de animales que, por lo que se puede apreciar, no sabe ni entender lo que escucha, ni mucho menos, lo que lee.

La jornada de trabajo de mi esposa comienza a las 8:30 de la mañana, y termina, normalmente, a las 3:00 am. Sí, estimado Sr., y me imagino a que eso no se lo leyó a Graham Greene. ¿Cómo lo sé? Porque he estado con ella, trasnochado con ella, intentando ayudarla a terminar con sus labores para que pueda, siquiera, dormir un rato.

Año tras año, ella debe pasar sus jornadas lidiando con unas criaturitas repelentes, porque no se les puede llamar niños, verdaderas amenazas que, desde los cinco años, saben más de drogas y sexo de lo que supo uno al llegar a los 20 años. Con un amor y una paciencia infinitas, ante las que me arrodillo, ella logra tomar a esos orcos que recibe año a año, y transformarlos en algo más parecido a un ser humano. Pero para lograr ese verdadero milagro, debe lidiar con cosas inconcebibles, y que no son los niños:

1.- Los padres y/o apoderados. Son una raza verdaderamente repugnante, compuesta por drogos, displicentes, o padres/madres de bendiciones, de esos que les dejan los críos a la abuela/tía/vecina para irse a chupar. Como buenos millenials, sólo saben exigir de todo, pero no son capaces de dar nada, sobre todo, amor, a sus propios hijos, y ni hablar de los hijos de otros. Podría escribir un libro completo para llorar y también desternillarse de risa, ante las actitudes de estos seres del inframundo, que se comunican principalmente por Whatsapp y Facebook, porque jamás están en persona, y que, pese a los titánicos esfuerzos de mi esposa, no entienden un pepino lo que ella les envía en las comunicaciones o mensajes. La mayor parte del tiempo, ella debe lidiar con las actitudes totalmente despreciables de los padres, o con situaciones graves de abandono, abuso, o cosas peores, que no son para que las vea un profesor, sino para que las vea un tribunal. Y allá va mi pobre esposa, padeciendo todo esto.

2.- El sistema educativo. Producto de las ideas geniales de los políticos post dictadura, que creen que saben de todo pero sólo saben robar, como cualquier flaite; todo profesor en este país jodido debe efectuar un montón de tareas aparte de enseñar; con métodos creados por burócratas buenos para nada, que calentaban la silla e inventaron estos métodos de tortura sicológica sólo para justificar los sueldos millonarios que cobraban por no hacer nada. Cada profesor debe crear una sarta de documentos totalmente inservibles, llamados planificaciones, que son anuales, mensuales y semanales, en las cuales debe apuntar los contenidos que se enseñarán a los niños, con qué métodos se enseñarán, qué materiales utilizará, qué canciones cantará, con qué papel confort les sonará la nariz, con qué sacapuntas les sacará punta a los lápices, en qué sillas se sentarán, cuántos pasos darán desde la entrada del colegio hasta su silla y viceversa, etc, etc.

Además, deberá documentar los resultados obtenidos respecto a la planificación que se entregó. El resultado de todo esto, son horas de horas arrebatadas al descanso y a la vida familiar, para ser consagradas a rellenar estos Rollos del Mar Muerto que, les aseguro, NADIE EN EL MINISTERIO HA LEIDO NUNCA JAMÁS, porque en este país, nadie lee nada, ni siquiera los letreros del tránsito. Siendo así ¿De qué sirvió todo ese padecimiento, todas esas horas sin dormir, todas esas horas sin vivir, los matrimonios destruidos, los hijos abandonados, los padres olvidados, todo, porque hay que rellenar la planificación? Además, para colmo, hay que prepararse cada tanto tiempo para un examen inútil, llamado Evaluación Docente, en que les hacen preguntas tan iluminadas como “¿De qué color era el caballo blanco de Napoleón?”. No, no es chiste, las he leído yo mismo. Y los considero un insulto. Si en informática me pidieran contestar esa basura, plantaría un virus informático en los sistemas, sólo para demostrar mi rabia. Dependiendo de la mentada evaluación, se determina si el profesor conservará su pega, si se le subirá el sueldo en el “escalafón”; y si podrá vivir para luchar otro día. Sigan sumando, por favor, el punto 1 con el punto 2, y vamos viendo el lindo panorama.

3.- Conseguir los materiales para hacer la clase. Sí. Para que se vayan enterando, los profesores NO DISPONEN DE MATERIAL PARA HACER LAS CLASES. He perdido la cuenta de las ocasiones que mi esposa debe, de su propio bolsillo, ponerse para comprar los materiales para los trabajos manuales, para conseguir los equipos necesarios, para vestir a sus niños, porque los papitos corazón tienen plata p’al copete, pero no para ropa. Y pedírselo al colegio, a la municipalidad, al DAEM o al ministerio… es esperar sentado. Yo mismo he andado con ella, buscando materiales, consiguiendo modelos del sistema solar, ilustraciones, libros; material audiovisual, y un largo e interminable etcétera. ¿Pero cómo es posible, están diciendo, que papi estado no se ponga? Les respondo. No sean ciegos. Papi estado sólo se mueve para sacarnos plata, no para salvarnos. Y como aquí se trata de hacer algo bien, papi estado no aparecerá. Así, la que no tiene, resulta que tiene que gastar lo que no tiene para que sus niños puedan aprender a escribir MA-MA. Y ¿quién le agradece por todo esto? Por supuesto, MOYA.

4.- Hacer clases en un glaciar/desierto del sahara. El colmo de los colmos. Ese profe que padece todos los puntos anteriores, además debe hacer su trabajo en una sala que se llueve toda, o que llega a temperaturas en pleno invierno que se acercan al cero (poseo pruebas, que les puedo compartir cuando quieran). Cuando se acerca el verano, es todo lo contrario, las clases se deben hacer en un horno de Auschwitz. Así que, sumemos a los 3 puntos anteriores, el hecho de lograr sobrevivir dentro de este ambiente hostil, digno de survivalista, y de lograr que los niños lo sobrevivan también. Qué lindo, ¿no? Pronto, en las listas de útiles, podremos incluir cuchillos de sobrevivencia, cantimploras, etc. Créanme, no es chiste que son necesarios. Hay que saber hacer fogatas con pedernal o palitos. De nuevo, ¿quién arregla esta situación? Mi esposa, recurriendo a medios de locura para que ella y sus alumnos puedan ver otro día.

5.- Ambiente totalmente hostil. Un profesor debe olvidarse de que tiene vida personal, y enfermarse es un pecado mortal, castigado con las peores penas del infierno. Ni se les ocurra ir al médico, pedir licencia, o ir a sepultar a su padre o a su madre. El DAEM no les perdonará por esto. Quejarse no es una opción. Si alguien se atreve a quejarse, será trasladado a la primera escuela perdida en la montaña, para ir a enseñar a las cabras a decir beee.

6.- Violencia. Sí, hay violencia. Los niñitos muestran la hilacha, y agreden físicamente a sus profesores, y como estamos en los tiempos que estamos, los profesores no pueden ni hacerles ni decirles nada para defenderse, porque los pobres niñitos se pueden traumatizar. Hasta ahora, mi esposa ha tenido suerte, sólo han sido golpes de pies y puño. Pero ¿qué pasará cuando algún angelito de Dios llegue con una navaja, o una automática? Aparte del delantal, pienso regalarle a mi esposa un chaleco de kevlar y un casco táctico. Así quizá llegue a Navidad, para celebrarla con ella. Ojalá pueda decirle Feliz Navidad este año mirando sus ojitos, y no a la lápida en el cementerio.

7.- Sueldo de burla, jubilación de oprobio. Si sumamos todos los puntos anteriores, veremos que la carrera docente es DE ALTO RIESGO. Los mineros de Codelco cobran millonarios sueldos, bonos, y compensaciones eternas porque su trabajo es peligroso. Si vemos todo lo anterior, ¿acaso el trabajo de profesor es un lecho de rosas? No. Pero así y todo, su sueldo depende de cuántas horas trabajan. Si llegan a trabajar menos horas, por el motivo que sea, aparte de la mala cara, los insultos, y el mal trato; recibirán menos sueldo a fin de mes. Díganme, estimados Rambos de teclado. ¿Cuántos de ustedes aguantarían que les bajaran el sueldo, porque tuvieron que salir de emergencia por un hijo, padre, madre, esposa, esposo, enfermos o accidentados? ¿O porque tuvieron que salir a hacer un trámite, gentileza de papi estado de Chile? Ninguno, ¿verdad? ¿Por qué los profes deben aguantarlo? ¿Acaso son una especie de paria, o casta aparte, que debe soportar todo lo anterior, más esto, sin chistar? Y todo para que sus bendiciones aprendan LO QUE USTEDES LES DEBIERON ENSEÑAR. Todo para que sus bendiciones reciban el CARIÑO QUE USTEDES LES DEBIERON DAR. Después de años de servicio, cuando llega el momento de jubilar, cualquiera se va a casa, cobrando su jubilación. Les cuento que los profes no. Los profes son tramitados eternamente por papi estado, de forma que hay casos en que han esperado POR AÑOS recibir el miserable primer pago de su jubilación, sí, una miseria, que no llega ni a la mitad del sueldo que ganaban en sus años de trabajo. Así, muchos profes no se jubilan jamás, y MUEREN ENSEÑANDO, porque no se pueden mantener con esa miseria. ¿Qué le pasará a mi pobre Cucha si yo muero antes que ella? He sacado un seguro de vida pensando en ello. Al menos eso la ayudará un tiempo, porque si no…

8.- La sombra roja. Para colmar la medida del desastre, existen ellos. Los que han crecido leyendo “El Capital” (y lo han leído mal, porque la traducción al español está mala) son una sombra y perenne lastre para los profesores de Chile. Dicen que quieren hacer justicia para ellos, pero sólo los manipulan para lograr sus fines. Ahora mismo, mi esposa ha sido presionada, y amenazada, en el contexto del paro, para seguir adelante con el mismo, a pesar de estar asustada por las declaraciones de la ministra Cubillos de que les descontarán del sueldo los días no trabajados, cosa que, por supuesto, la destruiría, tal cual. Ya la han llamado “traidora” y otras cosas peores; sólo por querer conservar lo poco que le queda. El PC, lejos de ayudar a los profes, sólo los ha utilizado como arma durante años. Tuvieron dos décadas completas para haber solucionado todos estos problemas, y no hicieron nada. Pese a ello, aún hay profes ciegos y desesperados, que creen en el canto de estas sirenas siniestras.

9.- La ofensa gratis y el pago de Chile. Quizá la peor de las puñaladas para un profesor, es ver que, con todo lo anterior a cuestas, el país al que sirve (porque en el fondo, eso es) le da la espalda y los patea en el suelo. Les gritan que son flojos, inútiles e ignorantes, que no quieren trabajar, que abandonan a los niños, que lo único que quieren es plata. A ver, Rambos de teclado: Con todo lo que ya les he dicho, ¿todavía creen lo mismo? ¿Quién ha abandonado a los niños, en primer lugar? ¿No fueron ustedes, padres y madres? ¿Quién ha andado en marchas en pelota, para conseguir matar niños sin pagar caro por ello? ¿No fueron ustedes? ¿Quiénes son los que delegan TODA SU RESPONSABILIDAD de educar a sus bendiciones, en manos de un extraño? Ah, claro, millenials podridos, si es mejor que otro se encargue, así puedo yo seguir chateando en el Starbucks, porque, qué lata, preocuparse de todo esto me frustra, es muy mainstream, ah, deja comentar esta noticia de la Argandoña, no quiero cosas negativas, me frustro. Por supuesto, ustedes no quieren plata, así que pueden criticar a cualquiera que sólo quiere sobrevivir y tener una jubilación decente para pasar en paz sus últimos años. No los he oído gritar para quejarse cuando los de Codelco reciben bonos supermillonarios sobre todos los millones que ya recibían, y tras sólo hacer una espantada de paro de dos días. Claro, eso está en la onda, eso no es mainstream.

Hagamos ya la raya para la suma.

Yo, estando fuera de esta situación, siento un dolor tremendo y temo por mi esposa. La veo sufrir estas ignominias, estas injusticias, y me da rabia. ¡Hasta cuándo! Lo que más me duele, es la traición del pueblo de Chile contra sus profesores. Los han traicionado, y arrojado a la basura, los tratan como esclavos. Sí. El mismo pueblo de Chile, que se cree los Estados Unidos de Sudamérica, y que es muy ario para recibir migrantes, y para apiadarse de sus propios hijos. ¿Para qué tener profesores, si una máquina les puede enseñar? Les cuento que yo programo esas máquinas. Y esas máquinas no se pueden programar para amar a sus hijos, cuidar de ellos, secarles las lágrimas, limpiarles el traste (porque hasta eso hace un profesor) escucharlos, jugar con ellos, DARLES VALORES, TODO LO QUE USTEDES NO SON CAPACES DE HACER. Las máquinas sólo presentarán información para que ellos la lean, no para que les quede en su mente y corazón, para hacerlos mejores seres humanos. Sólo les darán información para hacerlos esclavos más eficientes.

Porque en el fondo, eso es eso lo que ha estado en juego aquí. Y el Estado (no el Gobierno, el Estado) ha mostrado la hilacha bien mostrada durante este conflicto y ninguno de ustedes, ciegos, ha sido capaz de verlo. Si Codelco ruge, el Estado le dará todos los millones que quiera, porque de ellos depende el ingreso de Chile que los políticos se roban. Si los profes intentan rugir, recibirán sólo patadas, porque la educación, para el Estado, es un tumor parásito con el que están obligados a lidiar para conservar las apariencias. Por eso los gobiernos de la Concertación, no de la derecha, eliminaron los ramos que te hacen pensar y sentir desde hace años. Y fue la Nefasta la que eliminó Historia, Ed Física y Artes. O sea, dejó la trampa cazabobos puesta, para que la continuara el siguiente gobierno, fuera el que fuera. Ayer llegaron al colmo. La sra. Ministra Cubillos debería haber estado en el Congreso, para una reunión sobre el problema del paro, pero envió un mail diciendo que no iría, porque debía acompañar al presidente a una actividad. ¿Cuál? Ir a ver el eclipse.

Piensen, chilenos, piensen alguna vez en sus miserables vidas. Abran los ojos y dense cuenta de que, no importa el color, no importa el lado. Al político le servimos idiotas e ignorantes. Mientras más divididos y peleados entre nosotros, mejor porque seremos más manejables y robables. Y un profesor contento en su trabajo, que ilumina las mentes, es la mayor amenaza que puede existir para un parásito político. Es por eso que los quieren destruir.

¿Hay algo más que decir?

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