miércoles, 11 de julio de 2018

Cero a la izquierda


No hay una cohesionada y consensuada columna de creyentes en el proceso hacia Tierra Santa y / o la recuperación de la democracia, sino dos países en la misma zona.



Despejadas de la primera vuelta, más allá de las cifras, menor o menor impacto del aerolínea generacional -como el que se anota el dinosaurio este año y no pocos carcamales- constituido por el Frente Amplio y el cómo perdedores caerían en los afectuosos brazos de Guillier, así como en menos de una hora como hicimos el locuaz ME-O en menos de un día como hicimos el DC aún agitando los harapos de su versión particular de la ética y la "resiliencia", Cabe destacar el resultado de la segunda vuelta en Chile, en el camino, en el camino a los caminos divergentes, en el caso de perdición y en el papel de la salvación o el acaso, según se dice, en el avance o en el retroceso. ¿Qué es lo que en el país está dividido? En dos mitades irreconciliables, lo que en teoría implica un enfrentamiento radical y por tanto decisivo, se espera que el vencedor pueda ser el más acertado. a la adecuada. Es la esperanza, la promesa y la ilusión de todas las Grandes Marchas. Sólo si hay un movimiento para llegar a un destino y un ser humano para hacer la idea de que será para el Paraíso, no al Infierno. Sin embargo, no puedo ser mejor que el país. Puede ser que para esa bifurcación no se dé un paso hacia ningún lado. Es lo que sucede cuando hay un conflicto. En situaciones así, los adversarios se inmovilizan como en una presa de lucha libre. En este caso, el inmovilismo podría venir en dos versiones: en una de ellas el ganador -Piñera– sabe adónde está pero no puede hacerlo debido a la resistencia del otro; en la segunda versión el victorioso -Guillier- está en condiciones de marchar, pero no sabe realmente adónde. En ambos casos el resultado es el Infierno ni el Paraíso, sino el Limbo político. Es la parálisis.

Futuro 
Por esa razón, no en el futuro del país quien sea gane en segunda vuelta. "Futuro promisorio" no significa próspero o boyante, sino sólo promete poder serlo; Lo promisorio ofrece una probabilidad razonable de un buen final, pero no garantiza nada. Aun así, siempre se espera que se despierte el único hecho de moverse; El cambio de sitio suele dar la sensación de crear la ilusión de estar abandonando un mal punto del espacio-tiempo y estar aproximando a uno mucho mejor. ¿Qué es esto? ¿Cuáles son las ideas? que aparezcan. Son esas circunstancias y estados anímicos que hacen "promisorio" el camino o el futuro que tengamos por delante. Eran las condiciones que predominaron después del triunfo de Patricio Aylwin.

Divisiones asimétricas
Pero hoy no se cumple ninguna de estas condiciones. No hay una cohesionada y consensuada columna de los creyentes en el proceso hacia Tierra Santa y / o la recuperación de la democracia, sino dos países en la misma ciudad. Se ha convertido en un mito y para algunos incluso despreciables, los "acuerdos". El país vive la clase de los momentos, el penúltimo ocurrió en 1970, cuando los bandos se adaptó y se mantuvo en el modo fundamentalmente distinto al de la imposibilidad de ser infructuosas o son insuficientes. Llegó las cosas a ese punto, ya sea predominar la lógica de la guerra total: imponerse al enemigo -ya no hay más adversario-, anularlo, despojarlo de todo el poder y llegado el caso de aplastarlo. Es la lógica que se manifiesta desnudamente el candidato Artés en su campaña.

Hay más; A diferencia del año 1970, los rivales no son equivalentes en términos de tener, AMBOS, la claridad acerca de qué desean lograr y si es necesario, imponer. El sector que lo acompaña a Piñera ya Kast sabe perfectamente lo que NO quiere y también lo que SÍ quiere: mantenernos en el caso de Kast con algunos "extras" - quiere encarrilar al país más y menos en la dirección que la traía durante los años de la concertación. En el sector que votó por Guillier o Sánchez o Navería o Arte o Minería es una tumultuosa y una variante. Lo que NO quiere, pero no lo que SÍ quiere, descontando el cálculo el pedestre deseo -que todos los deseos por igual- de seguir disfrutando o comenzar a disfrutar del poder y el privilegio. Tal es la naturaleza del "progresismo", el nombre de que se ha bautizado a sí mismo, esta misma eduación llena de rechazos a lo que existe y llena de presunción y, peor aún, confusión, acerca de qué debiera existir; Es la suya una condición que las duras penas oculta su precariedad y obsolescencia intelectual con los gastados acordes de una momificada retórica y muchas alardes adolescentes. Se trata de un mal que se refiere tanto a un conjunto como a cada una de sus partes.

Para aumentar aún más la dificultad que se enfrentará para mover el país hacia alguna parte, el sector progresista -gracias al Alto Auspicio del gobierno- capturó el aparato del estado en un grado como nunca antes se ha visto, controla la mitad del Congreso, domina por intermedio del Partido Comunista los principales gremios laborales e influir con irresistible fuerza en las universidades y en los colegios, los sitios donde una nueva generación, repitiendo sin saber una manera de medio siglo de antigüedad, has ensayado debida y prolongadamente los protocolos de la disidencia Las protestas, las tomas, las funas, las marchas, las huelgas, los paros y todas las demás exquisiteces del repertorio revolucionario adolescente-juvenil.

Parálisis
Todo eso es augura una irremediable parálisis. Ni Piñera podría hacer mucho con una sola oposición en el Congreso, en la calle, en los gremios y aún en el mismo Estado en las manos de más de cien mil personas, los saboteadores están en la calle doña Michelle, pero tampoco en un Guillier. La resistencia a la derecha en el Congreso y sobre las diferencias absolutas dentro de tan variopinta montonera, cada cual tironeándolo para su respectiva interpretación interpretación de Juicio Final. Por eso Guillier, si se tiene en cuenta que es probable que se sumen suficientes votos para ser elegido, también inevitablemente sumará infinitas disidencias y contradicciones paralizantes.

Otro modo de describir lo que viene es hablar de "larga crisis". No es exactamente lo mismo que parálisis, pero pertenece a la misma familia. La crisis es una variedad de parálisis definida por un hervor que no se alimenta ningún movimiento, la suerte de colisión en la cámara lenta que no termina nunca por el consumo, mientras que la inversa, es una variedad de crisis sin el hervor, fosca y Tumefacta mescolanza de inanidades e invalideces. Cifras se encuentran en esa condición alterna entre ambas etapas, pasando por los inmovilismos estériles e inertes como los años de Breznev en la URSS a las fases de conflicto de información también como los años de Yeltzin en la misma URSS. El mínimo común denominador de ambas es el letargo económico, el desaliento, la pobreza insoluble ya menudo, como se considera el caso de Venezuela, creciente y acelerada. Bienvenidos a Chile 2018-2021, el país de cero a la izquierda aunque gane la derecha.

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