lunes, 8 de enero de 2018

Carta abierta a Villegas

Carta abierta a Villegas: de un buen ciudadano y estudiante de filosofía.

8 Jun, 2018 

Son una mierda (…) considero que ésta es la revolución de los tarados”, decía una columna que fue adjudicada al panelista de Tolerancia sobre la educación y que provocó la ira del estudiante de la Usach, David Rojas Lizama, quien le respondió a través de una carta pública.  Si bien el origen de la ira no es correcto (porque él no escribió la carta), El Periodista la reproduce para sus lectores para que saquen sus conclusiones.

Escribe David Rojas Lizama*

¿Querías ideas? Tendrás ideas, y claras. Pero discúlpame si no respondo como un ciudadano de una “sociedad civilizada” a tus despavoridos ladridos de conservador con vocabulario camionero.

Nadie le habla con respeto al que lo considera “una mierda”. Te lo digo directamente: como sociólogo, eres excelente notero, y como notero, eres un excelente sociólogo.
Escuché tu entrevista a Manuel Antonio Garretón. Observé atento a un Fernando Villegas distinto del altanero que vemos siempre, uno que más parecía “gato de espaldas” que sociólogo. Porque, cuando te enfrentaste a un sociólogo real, te measte de miedo, al punto de que tu último comentario fue profundamente patético y psicológico. Dijiste “lo que hay que preguntar (en un plebiscito) es si vamos a invitar en un próximo programa a Manuel Antonio Garretón: ahí sí que sería un complicado plebiscito”.

Pero lo peor de todo fue el flaco favor que le hiciste a la sociología, cuando explicaste, al inicio de la entrevista que realizaron a Garretón -y casi como quien coloca una condición para que la discusión “no se eleve mucho”-, que habías abandonado el ejercicio de TÚ profesión, mediocre Villegas, para luego ufanarte con un comentario pseudoacadémico: “la lógica me interesa mucho más”.

Algo similar colocaste en tu insultante comentario al movimiento estudiantil del 23 de agosto, donde hablabas de la lógica de esto, tu concepto de lo otro. Y lo hiciste también en tu entrevista a Camila Vallejo, cuando le explicaste pedagógicamente -pero con una pedagogía claramente conductista- que no hay necesidad lógica en la relación lucro-calidad, en tanto variables independientes. Por lo menos, humildemente, así lo entendí yo. Pero para no caer en líos, te cito textual:

“No me parece bien que el primerísimo punto de la declaración de ustedes sea decir esta frase que me pareció desde el punto de vista lógico una falacia: como la educación es un valor fundamental, no debiera ser un negocio. ¡De dónde sacaron ustedes, usando qué regla lógica, que si algo es un valor fundamental no puede ser un negocio!”. (Tolerancia Cero, entrevista a Camila Vallejo). 

Y luego seguiste en tu defensa ideológica del lucro ¡Aplausos a Villegas, sociólogo que se jacta de no ejercer, y que opina apoyándose en una especialidad que no estudió! ¡Bravo por el lógico Villegas! ¡Quememos, pues, los libros de Juan Rivano, estudiemos al tonto de Villegas!
Te lo digo: eso tú lo haces sólo para apabullar a tu entrevistado, porque no estás de acuerdo con sus planteamientos, con sus contenidos. Pero te voy a explicar, una sola vez, y de manera pedagógica, el por qué eres un ignorante: el ignorante con más tribuna, menos consciencia y más petulancia de Chile.
Te compraste la “Crítica de la Razón Pura” de Kant y la dejaste guardada en tu biblioteca. Ahora tiene telarañas. Sabes -porque eres un sabio y hasta escribes mucho- que existió en algún momento de la historia un tal Jorge Guillermo Federico Hegel. Incluso, leíste en algún paper menor los nombres de matemáticos y lógicos. Y si te preguntan si los conoces, dices “pero claro que sí, porque el chileno promedio es miserable intelectualmente, pero yo no”. Sin embargo, tragas saliva cuando le das la espalda al que pregunta, antes de subir a tu vehículo a las afueras de Chilevisión -que a esa hora transmite Yingo!-, porque nunca pasaste de los prólogos, mediocre Villegas, y seguramente repetiste todos tus cursos de filosofía. Cualquier persona que lea la parte esencial de la tradición filosófica, desde Kant en adelante (y no desde Villegas para atrás, porque eso es leerse a sí mismo), sabrá como la lógica tiene sólo alcances formales. No es la lógica la que trata de los contenidos, porque no le incumben. Tú, ignorante Villegas, te quedaste estancado, seguramente, en la lectura de los escolásticos, porque las reglas de la lógica cuando se emplean en la deducción de contenidos, generan  tus falacias.

¿Cuánto tiempo pasarías, ocupando TUS famosas reglas lógicas, discutiendo qué es primero, si el huevo o la gallina? Te lo explico en chileno: TÚ eres la falacia. De hecho TÚ eres -como TÚ dices- flaite, porque ocupas la falacia más flaite de todas: el argumento de autoridad. “Roma locuta, causa finita”. Para tu cabeza loca, si no hay necesidad lógica en dos variables, a las que la historia llenó de contenido en ese desarrollo que tú no ves, entonces el lucro, la desigualdad y el negocio de los derechos pueden ir de la mano. “¿Por qué no me dicen de dónde sacaron esas leyes lógicas?” preguntará el burro Villegas. Te respondo: tu pachotada insólita no ha lugar. Se pueden ocupar reglas para la mayor claridad de los discursos argumentativos. Pero en la realidad, no. Eso es un juego de palabras muy maldito que tú ocupas, Villegas. Eso es jugar con quien no tiene las herramientas académicas. Y eso, te lo digo, habla muy mal de tu concepto de democracia, paladín.

Debe ser una pena para ti que te lo diga yo, que tengo 20 años.

Cuando hablamos de la lógica de lo real, hablamos de otra cosa que no la voy a nombrar porque te quiero hacer estudiar, o por último, copiarle a tu compañero de especialidad, el sociólogo Garrretón, que sí se sabe la respuesta.
Para finalizar este ajusticiamiento intelectual, te quería decir que nuestras demandas pueden ser dispersas, nuestro movimiento puede tener falencias, pero que no somos tarados, no somos una mierda, y te podemos dar clases de sociología, de ética, de periodismo, de política, y de lógica. Además, prefiero éste movimiento social real, antes que tu academicismo autoritario. Puedes decir lo que quieras, intentar apabullar a tus invitados, tratarnos de ignorantes a nosotros, no importa: porque sin embargo se mueve. Y que lo sepan.
Considero que en tus ladridos ofensivos contra el movimiento social hay, como tú dices “demasiado resentimiento, demasiada ignorancia, demasiada maldad, demasiada estupidez” de tu parte.

Espero ansioso que llegue el día en que todos mis vecinos puedan estudiar como yo y sin cargar con la deuda que yo cargo, para que no sean burros como TÚ.

También espero tu respuesta.

Mis más cordiales saludos.

*Estudiante de Filosofía/ Universidad de Santiago de Chile.

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