jueves, 19 de octubre de 2017

Alejandro Guillier



Alejandro René Eleodoro Guillier Álvarez (La Serena, 5 de marzo de 1953) es un sociólogo, periodista y político chileno.​ Es independiente cercano al Partido Radical. Desde 2014 ejerce como senador por la II Circunscripción de Antofagasta. Fue candidato de los partidos Radical, Socialista, Comunista, por la Democracia, MAS Región e Izquierda Ciudadana en la elección presidencial de 2017.

Es hijo de Alejandro Guillier Ossa y María Raquel Álvarez Monterrey, y tuvo cuatro hermanos: Raquel, Francisco, Carlos e Ilse.5​ Realizó sus estudios medios en el Liceo de Hombres de Antofagasta, donde fue fue presidente del Centro de Alumnos, y entre 1966 y 1968 estudió en el Liceo 14, hoy Liceo Polivalente Juan Gómez Millas, de Santiago.​ En 1970 realizó el servicio militar en el Regimiento Esmeralda de Antofagasta.
En 1971 ingresó a estudiar Sociología en la Universidad del Norte en Antofagasta, que fue cerrada temporalmente poco después del golpe de Estado de 1973. Guillier se tituló de sociólogo en 1977, y se mantuvo como profesor en su alma máter, al mismo tiempo que estudió Licenciatura en Periodismo, egresando como periodista en 1980.​ Posteriormente realizó un Magíster en Ciencias Sociales en la Flacso (Quito, Ecuador), en 1983.
En 1983 se casó en Santiago con María Cristina Farga Hernández, a quien conoció durante su estadía en Ecuador. Su familia está además compuesta por Andrés Almeida Farga y Cristóbal Almeida Farga, hijos de un primer matrimonio de María Cristina con el ecuatoriano José Almeida-Vinueza, y Alejandro Guillier Farga.
Desde 2014 es miembro de la Logia Parlamentaria de Valparaíso y ostenta el grado de maestro de la orden.​ Su padre también fue masón.

Carrera periodística

Inició su carrera en los medios en el diario La Estrella del Norte, además de corresponsal en su ciudad de Radio Cooperativa y la revista Hoy (1981-1983). Se trasladó a Santiago, a trabajar en la Radio Chilena, donde fue la voz de la primera edición de Primera plana (1984-1985), y nuevamentemente en la revista Hoy (1986-1991) como redactor en la capital.​ Entre 2001 y 2002 se desempeñó como director de prensa del desaparecido diario El Metropolitano.
En 2008 se integró a ADN Radio Chile, donde desarrolló un comentario editorial a las 09:00, para luego asumir la conducción del programa ADN Hoy; también ha participado como panelista en el programa Hablemos el lunes de la misma emisora. A fines de 2011 fue fichado por Radio Futuro para conducir el programa matinal Palabra que es noticia, junto a Antonio Quinteros; paralelamente, continuó en ADN con el programa analítico de las nueve de la mañana El comentario de Alejandro Guillier.

Televisión

Ingresó a la televisión en marzo de 1991, como editor matinal de prensa de RTU.10​ Luego, en marzo de 1992, pasó a Televisión Nacional de Chile (TVN), en programas periodísticos como Informe especial, Medianoche, y la conducción del noticiero central de 24 horas.
En marzo de 1999 llegó a Chilevisión para asumir como Director de Prensa de la estación televisiva.​ Condujo el noticiero central Chilevisión Noticias.​ Ese mismo año debutó el programa de debate Tolerancia cero, creado por Guillier junto al director ejecutivo del canal, Felipe Pozo, donde asumió como panelista estable. El programa se transformó en un referente de la actualidad y la política chilena.
En 2004 recibió el Premio Edward W. Said de Fundación Palestina Belén 2000 por descendencia árabe, y palestina en particular, y su contribución al país en las más diversas disciplinas.
En diciembre de 2008 dejó Chilevisión, para ingresar al canal de noticias 24 Horas de TVN. Ahí presentó los programas Factor Guillier, Hora clave y Mano a mano.
Tras renunciar a TVN,15​ el 22 de diciembre de 2011 llegó a La Red para asumir la conducción del noticiero Hora 20 junto con su compañera radial Beatriz Sánchez, a partir de enero de 2012, y donde se mantuvo todo ese año. Desde 2013, cuando decidió luchar por un escaño senatorial, se halla alejado de los medios de comunicación.
Fue presidente del Colegio de Periodistas de Chile durante el periodo 2004-2006. Ha sido vicedecano y profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales (1988-1997), y director en Santiago de la Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor.

Carrera política

En febrero de 2013, dejó La Red, para postularse como candidato al Senado de Chile en las elecciones parlamentarias de ese año, con el apoyo del Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), por la II Circunscripción de Antofagasta, que comprende las comunas de Calama, María Elena, Ollagüe, San Pedro de Atacama, Tocopilla, Antofagasta, Mejillones, Sierra Gorda y Taltal. En los comicios del 17 de noviembre de 2013 resultó elegido, y asumió como senador el 11 de marzo de 2014. Es integrante de las comisiones permanentes de Ética y Transparencia, Minería y Energía y Revisora de Cuentas, así como de la especial de Zonas Extremas.
Desde mediados de 2016 fue posicionándose como uno de los candidatos más competitivos dentro de la Nueva Mayoría para la elección presidencial de 2017, concitando apoyos en varios políticos de la coalición.18​ Aprovechando esta circunstancia, el PRSD utilizó a Guillier como rostro de apoyo a sus candidatos en las elecciones municipales de octubre de 2016.
El Consejo General del PRSD lo proclamó oficialmente su candidato presidencial el 7 de enero de 2017.​ A medida que avanzaba su postulación fue sumando los apoyos de la Izquierda Ciudadana (IC) y MAS Región.20​ El 9 de abril de 2017 logró el respaldo del Partido Socialista (PS), esto luego de vencer al candidato del Partido por la Democracia (PPD) y expresidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, en una votación realizada por el Comité Central de la colectividad (67 votos a favor de Guillier, 36 votos a favor de Lagos y 4 votos en blanco). En la primera vuelta en la elección presidencial obtuvo el segundo lugar con el 22,7% de la votación.
Durante la campaña de la segunda vuelta, recibió el apoyo de algunos líderes del Frente Amplio, entre ellos la candidata Beatriz Sánchez​ y los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson,​ así como de sus competidores en la primera vuelta Marco Enríquez-Ominami, Carolina Goic y Alejandro Navarro. A su vez, recibió diversos apoyos internacionales, destacando el del expresidente de Uruguay, José Mujica, y de los líderes del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, y del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn. A pesar de ello, en el balotaje fue vencido por Sebastián Piñera, por un amplio 54,47% de los votos contra un 45,53%.
En abril de 2017 el periodista Raúl Sohr publicó el libro Alejandro Guillier. De cara al país, donde el político explica, en el curso de tres largas entrevistas, sus pensamientos políticos.

jueves, 5 de octubre de 2017

Legados, Quiebras, Remates de la presidencia de Bachelet


Columna de Fernando Villegas:

Ni hay retórica capaz de maquillar el cadáver ideológico que inspira al progresismo ni hay modo airoso de abandonar el cementerio.
El “legado de Bachelet” nunca ha tenido mucha sustancia. Como el vestido con que Cenicienta salió de carrete con el Príncipe, apenas sonaron las doce regresó a su humilde condición, a las dos o tres leyes dirigidas a promover causas glamorosas o muy debatibles del gusto de ciertos grupos de presión y que no requirieron sino votarlas favorablemente, para luego promulgarlas en el Diario Oficial. En las filas de la NM hay quienes se percataron de eso y dicen que ahora, habiéndose rezado lo suficiente por el espíritu del difunto, llegó la hora de enjugarse las lágrimas y pasar a otra cosa. Estos deudos, los más avispados del lote, temen aun otra conversión, la del legado en pesada ancla hundiendo con ella al completo cortejo.

Esa estratégica retirada es aun muy parcial y tentativa. Por ahora la inmensa mayoría del sector o cree todavía en el Segundo Advenimiento o siente que no hay nada a la mano para simular que están vivos, salvo insistir en el valor del “legado”. Quizás esperen que invocándolo sin cesar la gente terminará por creer en su existencia. Sería un ejemplo de laboratorio de las virtudes de la posverdad. Todo puede ser. Además la sola palabra “legado” tiene un efecto positivo; sugiere la grata perspectiva de recibirse un beneficio sin ningún esfuerzo. Normalmente un funeral es ocasión cuando aparecen infinitos parientes de cuya existencia no se tenía noticia, supuestos amigos de infancia, hijos apócrifos, amantes de hace 40 años y/o víctimas de acosos –queja más a la moda– perpetrados en la kermesse del colegio cuando el difunto era púber. Todos por igual están dispuestos a acuchillarse por lo que consideran suyo, pero, en este caso, apenas muerto el gobierno de Bachelet, automáticamente cada uno de los 17 millones de chilenos recibiría su justa parte de la herencia. Todo lo que se nos pide es seguir apoyando a los albaceas.

Otros legados

A propósito de legados, hay otros recibidos hace mucho pero debido a nuestra ingratitud y tradicional mala memoria ya se nos olvidaron. Con ocasión del sepelio que algunos celebran por anticipado ante el cuerpo maltrecho de la decé, un columnista ha recordado los bienes que dicha colectividad le donó al país hace unos 50 años, tales como la reforma agraria y la chilenización del cobre. A la vista del estropicio del presente y quizás con lágrimas en los ojos se preguntó qué queda hoy de la sabiduría de Frei Montalva, de la elocuencia de Tomic y de la nobleza de Leighton.


Respuesta: nada. Tal vez tampoco había mucho. La florida elocuencia de Tomic nunca fue más, según algunos tratadistas, que un número de vodevil político, mientras la sabiduría de Frei no le permitió prolongar su régimen a pesar de que al llegar al poder su sector juró que se inauguraba el Reich de los mil años. Pero es tema debatible. Quizás dicha elocuencia sí fue productiva y quizás dicha sabiduría misteriosa aun alimenta las almas sensibles de los devotos de la doctrina social de la Iglesia. ¿Por qué no? En las filas del PS y del PC personajes ilustres de hace un siglo o más siguen inspirando sentimientos de la más pura devoción. Los Recabarren, los Lenin y los Marx reciben ofrendas florales y verbales y de vez en cuando se va en romería a contemplar la momia de uno de ellos. No quisiera más el padre Hurtado.


Esa actitud retrospectiva propia de quien, como la mujer de Lot, se obstina en mirar hacia atrás, sólo puede recoger los frutos ya conocidos, Génesis 13:5-13; 18:20-33; 19:1-29. Fundar los méritos en presuntas herencias de hace medio año o hace medio siglo no habla de futuro, vida y salud, sino de pasado, decrepitud y muerte. Dicho sea de paso, permítasenos esta simple distinción: la herencia es “legado” sólo si es valiosa, no un montón de deudas. En cualquier caso no es ítem de interés para quien respira y se proyecta. Una política convertida en almanaque de efemérides y lutos -Legado, Museo de la Memoria, Misas conmemorativas, Homenajes, reiteradas exhumaciones, etc.– es una política muerta.
De todas las sensibilidades que enriquecen el progresismo-socialismo y se aferran al legado como tabla de salvación, ninguna es más conmovedora o al menos más vistosa que la decé. Enferma desde hace mucho, bien pudiera encontrarse en estado terminal, pero entiéndase que en política la fase “terminal” no equivale a estar a punto de desaparecer, sino de entrar a un estado de vida suspendida, suerte de subsistencia criogénica al margen del mundo; es el paso de la religión universal a la secta local, del movimiento masivo al cenáculo, del programa a las Memorias, de la página política a la de los obituarios. Por eso es a ella a la que se refieren una y otra vez los columnistas, V.S. incluido. ¿Cómo evitarlo? Una agonía de tal calado no puede pasar desapercibida. Y si es funeral, entonces un mínimo de respeto obliga a sumarse al cortejo. En cuando al PR, dicha actitud de acompañamiento periodístico es innecesaria porque al margen de la breve resucitación perpetrada por Guillier, ese cuerpo está muerto desde hace muchas décadas. Nadie va al mausoleo de Pedro Aguirre Cerda en estos días. Muy probablemente sus potenciales visitantes habitan el mismo territorio.

Quiebras, remates

Que nuestra izquierda se obstine aun -pero insistimos, hay ciertos leves y tímidos síntomas de “liberación”– en hablar de legado en vez de percatarse que los visitó el Síndico de Quiebras o una empresa de Remates revela no sólo el efecto brutal de una derrota que los dejó atónitos, sino, en la raíz, una quiebra ideológica que experimentan desde hace mucho pero hasta ahora más o menos en segundo plano. Es el colapso estructural de sus postulados derivados del marxismo y sus evangelistas del siglo pasado. Parchado con crema pastelera, hoy se resquebraja y su ruina se hace visible por todos lados. Por eso, como los obispos del siglo 18 que no creían en Dios, no pocos progresistas ya no creen en la conmovedora narrativa del modelo alternativo con hombre nuevo y todo. Se persignan todavía cuando pasan frente al sagrario, pero no otra cosa hace el padre Gatica. Otros hacen un esfuerzo hercúleo sólo para creer que siguen creyendo en lo que creían. Ambos, creyentes obstinados o cínicos camuflados, están por igual dentro de un túnel que ellos mismos cavaron por años de años y sin otra salida que dar marcha atrás. Pero ¿cómo hacerlo? No es banal ser parte de una cultura política donde se ha convivido desde siempre con amigos y parientes de esa sensibilidad y con ellos se ha labrado una carrera y reputación. Muy incómodo asumir el rol del “renegado Kautzky”. Continúan, entonces, haciéndose esperanzas con la proverbial luz al final del túnel. El penúltimo recurso del método fue verter el viejísimo y agrio vino de sus creencias en odres nuevos, los del cantinfleo progre con pos-verdad, agendas valóricas y sensibilidades alternativas incluidas, lo cual sirvió para arrastrar a muchos fieles al interior del túnel, pero no sirve para salir de él.

¿Cómo podrían? Ni hay retórica capaz de maquillar el cadáver ideológico que inspira al progresismo ni hay modo airoso de abandonar el cementerio. Quizás por eso los más porfiados feligreses prefieren cerrar los ojos aunque estrellen una y otra vez la cabeza contra el muro del fracaso. Sólo los chinos, pueblo práctico por excelencia, lo comprendieron todo y se atrevieron a todo. Recuérdese a Chou-en-lai: “No importa el color del gato con tal que cace ratones”. El gato socialista nunca cazó ni una laucha.
Por todas esas razones el abandono de la retórica del legado que algunos ya susurran no será expedito porque no se puede inventar de la nada un credo nuevo o recauchar el viejo para que lo parezca. Sólo el chileno corriente, quien muy poco va a misas políticas, no necesitó hacerse estas penosas cavilaciones; le bastó con lo que veía y sospechaba que iba a ver. En eso consiste la sabiduría popular, en la capacidad inconsciente pero tan precisa como un refrán popular para distinguir entre lo que sirve y lo que no. Es un juicio al voleo pero inapelable, oscuro en su gestación pero claro en su resultado.

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