martes, 13 de febrero de 2018

Yo no quiero descubrir secretos ni hacer denuncias con el dedo”



Autor de una veintena de libros ahora publica Chile, una historia casi secreta, donde perfila a una serie de personajes secundarios del país. Acá le responde a Jorge Baradit, quien señaló que su título era un “Plagio rasca”.

Una gran lupa sobre el mapa del territorio local ilustra su nuevo libro. A pesar de ser el número 22 de su producción, cree que en Chile aún no se le considera un escritor. “Hay que hacer lobby, ir a lanzamientos, ser amigo de los amigos y formar parte de una comunidad y yo no me meto con nadie”, dice Fernando Villegas (69), que a dos semanas de publicar su último título, Chile, una historia casi secreta, ya se encuentra entre los más vendidos del ranking.
El egresado de sociología, narrador, panelista histórico del programa Tolerancia Cero y columnista de La Tercera ahora presenta un volumen donde la historia nacional y sus personajes secundarios son los protagonistas. Lo hace después de editar una serie de obras vínculadas a la política como Tsunami y Gran diccionario del discurso políticamente correcto.
En Chile, una historia casi secreta hay breves perfiles de parlamentarios, líderes sociales, escritores. Algunos son Casimiro Marcó del Pont, José Miguel Infante, Guillermo Tupper, Claudio Gay, Orozimbo Barbosa, Max Jara, Teresa Wilms Montt, Marmaduke Grove y Jorge “Marqués” de Cuevas.

“Yo no pensaba escribir este libro con ese título. Yo quería hacer una historia secreta de Marcó del Pont. Pero después pensé que era demasiado estrecho y me puse a pensar en otros nombres y fueron apareciendo”, señala Villegas sentado en el living de su hogar, donde un nombre se repetirá: Jorge Baradit. El autor bestseller de la trilogía Historia secreta de Chile, quien al saber que el libro de Villegas se titulaba Chile, una historia casi secreta, dijo vía Twitter que era un “Plagio rasca”.

– ¿Quiso ironizar con el título?

– No pretendo ironizar con nadie. Ni siquiera he leído sus libros. Si un título tiene cinco palabras y trata un tema estándar, que es la historia de Chile, ¿cuántas posibilidades tienes? Yo no lo iba a titular ‘Historia de Chile’ a secas porque suena como un libro académico. ¿Pero su molestia fue porque puse “secreto”? Es una exageración, un descriterio.

– Dice que sus fuentes son recuerdos, páginas web, Wikipedia, ¿es para no tener conflicto con historiadores?

– Bueno, uno siempre tiene conflictos. Entiendo que Baradit, el primer día que salió mi libro, andaba diciendo que lo mío era un “plagio rasca”. Entonces todos los libros que tengan la palabra Historia y Chile son plagio. El comentario de él fue rasca y revela cierta mezquindad. Parece que se ha envanecido donde le ha ido muy bien. Yo pensaba que era más inteligente.

– Dice en el prólogo que su trabajo es “subjetivo y no profesional”…

– Yo no soy profesional en nada si nunca me he recibido de nada. No soy para investigar toda la vida y descubrir una cosa minúscula. Me demoré menos de un año en escribir este libro. Hago rápido estos libros porque no tienen pretensiones gigantes. No pretendo escribir la gran novela del mundo, yo escribo estas cosas porque me entretienen. Y mi parámetro fundamental es que la gente se divierta. Yo no quiero descubrir secretos ni hacer denuncias con el dedo.

– En el libro comenta que la idea de “secreto” le parece “ambigua, falsa, irreal”.

– En la práctica, hasta en los secretos más custodiados terminan por haber filtraciones. Por ejemplo, para mí es un hecho evidente que el tema UFO (OVNI) es real por lo que he visto y estudiado. En la historia humana las cosas más guardadas se saben. Si Baradit y otros están reescribiendo la historia con cosas que fueron secretos, no tengo ningún problema. Incluso yo traté de tener cuidado de que Baradit no sintiera que lo estaba ninguneando por ninguna parte. Pero es inútil hacer algo contra la mala leche.

– Se pregunta sobre la historia impartida hoy en los colegios: “¿Si estudiarán realmente historia de Chile o el curso se convirtió en alguna mazamorra conceptual llamada Ciencias Sociales?”.

– Me preocupa el tema. Sobre todo cuando uno ve alrededor cabritos que no saben ni hablar. Y me preocupa porque ellos van a reemplazarnos y uno se pregunta qué clase de país pueden hacer funcionar estos cabros tan ignorantes, dedicados al hedonismo, que no están acostumbrados a trabajar, y eso lo encuentro espantoso. No les interesa estudiar y tampoco hay rigurosidad. Yo me acuerdo que en mi tiempo el cura que hacía filosofía organizaba debates. Una vez tuve que representar a Kant y dos semanas antes me puse a leer la Crítica de la razón pura. A lo mejor entendí la mitad, pero reflexioné… Ahora anda a preguntarle a un cabro quién es Kant. Te va a decir: ¿En qué equipo juega?

– Salvador Allende le parece un “político y persona de primera categoría en todo”…

– Era un tipo que tenía calidad. Era valiente, inteligente, culto, había leído, tenía gusto. El proyecto de la UP era el añejo. Allende era otra cosa, alguien superior. Al lado de él, los otros parecen cucarachas.

– Habitualmente en sus columnas cita historias de la mitología griega para graficar asuntos de la realidad nacional. ¿Por qué?

– Es para entretener a la gente. Para darle una cosita extra. Una vez vi las columnas de Carlos Peña, que le mete harto latín, y dije bueno le voy a meter cualquier cosa entremedio. Ahora trato de que siempre haya humor. Tirar una frase en latín como una enciclopedia en la cabeza para aburrir, no me interesa. Hay que ponerse en el lugar de los tiempos, y en la actualidad la gente es de una ignorancia espantosa.

– ¿Es parte de un personaje mostrarse como un intelectual cascarrabias?

– ¡Nooo! Para nada. Tengo 69 años y eso, supongo, es ser viejo. Hace muchos años en el colegio descubrí que la mejor manera de que no te agredan, cuando tú sabes un poco más, es tirarte para abajo. Entonces me avejento. Tampoco me creo obsoleto.

– ¿Cómo se lleva con los jóvenes?

– Ni siquiera cuando joven me llevaba con ellos, imagínate, menos ahora. No tenemos nada en común. Soy de otro mundo. Nací en otra época, me eduqué de otra manera. Y los miro a huevo, porque de las generaciones que he visto, los más ignorantes son los de ahora. No me quiero hacer el simpático, y decir por que los niñitos saben mover los dedos en un teclado, como los monos en el organillo, entonces son verdaderos genios. ¡Nooo!

– ¿Y Ud. en qué cree?

– Yo no creo ni descreo. Esa función sicológica para mí es casi incomprensible. Yo estoy convencido o no de algo. Al final los grandes proyectos en la historia son grandes desastres. Lo más racional es manejarse en planes medianos o cortos. Las grandes narrativas es política de adolescente. Yo no soy pesimista. Ahora hay progreso. La historia nos muestra que no nos morimos a los 20 años por una carie mal cuidada.

domingo, 11 de febrero de 2018

Fernando Villegas "pasó la vieja"

En Tolerancia Cero, Carmen Gloria Quintana contaba su testimonio y emplazaba al Ejército a esclarecer lo sucedido, cuando el sociólogo expresó su opinión, que se ganó rápidamente el repudio de las redes sociales.
por:  Soychile lunes, 27 de julio de 2015 

El sociólogo Fernando Villegas se ganó el repudio de las redes sociales por decirle a la víctima del Caso Quemados, Carmen Gloria Quintana, que "pasó la vieja".
La mujer, que resultó con graves quemaduras en 1986, contaba su testimonio y emplazaba al Ejército a esclarecer los hechos en Tolerancia Cero, cuando el panelista le replicó: "Yo te diría que pasó la vieja no más, hoy el país está en otra".
Quintana sostuvo anoche que "yo sé que el Ejército tiene mucha información que no ha entregado. Tienen una deuda con nosotros" y que "nadie nunca me ha pedido disculpas. Incluso me acusaron de ser terrorista. Dijeron que yo era responsable de la muerte de Rodrigo (de Negri) y de mis propias quemaduras", aseguró.

martes, 6 de febrero de 2018

Diluvio Universal


El actual no es el gobierno que los nutrientes adecuados del público público. Lo que está a su derecha es lo que está a su derecha. De esta manera, se ha demostrado que se trata de un Diluvio Universal de Desdén Intelectual e Inquímico en la historia de la república. No hay en donde no se que lo ataque: un diagnóstico de los problemas, el reproche, el tiempo, el tiempo, el tiempo, el tiempo, la crítica, el tiempo, la respuesta, la agenda, la agenda, la atención, el tiempo, el tiempo. La recuperación por ser tímida y lenta. A que debemos sumar el repudio transversal que inspira su interminable retahíla de cantinfladas administrativas. Son muchas y recurrentes. 
La última o penúltima es pretender -para dar una señal de “serena firmeza y viril energía” - descontarles a los empleados del Registro Civil, quienes sumaron 1.482 funcionarios en huelga, aparentemente masiva cifra de 32 mil horas, lo que sólo equivale a 21 , 59 horas por empleado, esto es, 2,69 días laborales. El paro no duró 2,69 días sino 39, pero, tal vez hay gente en la Moneda capaz de manejar la regla de los tres simples, cabe decir que "32 mil horas" no es un error aritmético sino una "operación comunicacional" para metro del dedo en la boca a la ciudadanía; Mencionando las "32 mil horas" el público no notaría el fenomenal descuento al descuento. No se pierdan los primeros grados de ingenuidad e inmensas tragaderas. Aun el pie inicial de doña Nelly no lo va a permitir. Sería “arbitrario” y se organizan miniparos matinales para torpedearlo. Ya se sabe: la huelga pagada, como las vacaciones, es ahora parte de las conquistas de los trabajadores.

¿Cómo es posible?
¿Cómo has llegado a tanto eufemismo y mentira? ¿Cómo y cuándo no hay un área donde no se aprecian fallas colosales en el manejo de los proyectos, pobre ejecución presupuestaria, agravamiento acelerado de los problemas y tonterías puras y simples?

Esto puede suceder porque una organización privada o pública no depende de lo correcto o incorrecto del diagnóstico o “planes de desarrollo” y las recetas o prácticas que se implementan en la dirección dirigente; Depende, además de esos factores institucionales, el estilo de los incumbentes, los temperamentos, la formación y el modo como se paran en el mundo. La competencia profesional deriva de todo eso y esto se mantiene no sólo en el futuro. Esa capacidad no ha existido.

¿Por qué dicho déficit? ¿En qué se diferencia esta administración de la Concertación? ¿No es acaso la misma gente, los mismos militantes de la izquierda, los mismos o parecidos profesionales?

No, no es la misma. Han pasado los años y hay algunos caballeros ya los de frentón en el territorio de la demencia senil; otra parte del personal, aun siendo joven, es en demasia al punto de haber sido incapaces de trascender la edad mental de un niño de 12 años; Esta es una cultura que se detuvo en el deletreo del Silabario Hispano-Americano; Hay también una cierta cantidad sustantiva de fulanos experimentando la segunda infancia, la política y el arden para darse cuenta de un gusto, imposible cuando el binominal los frenaba, amén de sus miedos cervales a un nuevo golpe militar. Nunca podría ser reciclado sino sólo resignado y esperanzado al mismo tiempo, aguardando el día glorioso en el sentido de "construir el socialismo". Y todos por igual, viejos y jóvenes, los caballeros y las muchas damas del matriarcado bacheletista, siempre han detestado el modelo "burgués". En fin, es gente CREYENTE y por tanto ajena a la razón, la evidencia empírica, las matemáticas y el sentido común.

Juicio

Este no es un juicio acerca de las capacidades de la Mandataria, del ex ministro de Hacienda, de muchos congresales o de tal o cual funcionario; es un juicio sobre la competencia y habilidad del mundo ideológico y cultural al que el personal de gobierno pertenece o más bien del cual es rehén, background tal vez difuso e inmensurable pero no irrelevante porque es la matriz en la cual y de la cual se alimentó la agenda que se nos ha impuesto. No nos gobierna una masa indistinta de profesionales estadísticamente similar a otra posible masa de profesionales, mero agregado de individuos salidos al azar desde un stock poblacional en abstracto; es un contingente humano inserto en una configuración, en un particular modo de ser. Del mismo modo que a la Curia llegan disciplinados funcionarios de la Iglesia con larga carrera y ojalá creyentes en Dios, pero nunca anarquistas y ateos, la actual elite del Estado y la segunda y tercera línea funcionaria que la rodean no es un grupo aleatorio, sino una selección de personas gravitando alrededor del mismo sistema de ideas, valores, emociones y posturas que a la vez no se agrupan al azar sino en ciertas constelaciones, en “memes” articulando determinado perfil psicológico.

Perfil

El primer elemento destacable y notorio del perfil de la elite que nos gobierna es que no hay en él lugar para la ansiedad por una gestión de excelencia, ni siquiera para una mediocre. La prioridad la tiene la logomaquia sociológica y jurídica, ahora también antropológica, si bien esta última sólo a cargo del señor intendente de La Araucanía. Hay entonces, en esta “meme”, sitio preferente para los discursos a medias demagógicos y a medias metafísicos, para la sublimación del resentimiento en proclamas y quizás para ir a recitales de la versión septuagenaria de Los Jaivas. Así como los políticos de derecha nunca demuestran disciplina y rara vez cuentan con agenda que vaya más allá de las libertades anexas a la apropiación privada del mundo, los de izquierda tienen una sobreabundante dosis de posturas discursivas de alcance galáctico, mientras simultáneamente los paraliza una dejación atroz que rara vez les permite movilizar el culo.  Nos lo dijo una vez el propio José Miguel Insulza: “Los compadres son buenos para decir “echémosle para adelante”, pero al otro día nadie da ni un paso”.

Esa negligencia, incompetencia o simple y vulgar desidia tan propias de los cantinflas es uno de los caminos que conducen al Paraíso con estación intermedia en la ruina, la chantería cultural, la asfixia ideológica y la pobreza equitativa; el otro camino es cuando se ponen las pilas por un lapso y construyen en serio su sueño societario; entonces hablamos del infierno a la Maduro, con adversarios arrojados a mazmorras, represión policial con muertos a destajo y todo el Gran Elenco que acompaña esas maravillosas experiencias.

¿Hay además, en ese perfil, un problema de coeficiente intelectual? ¡Dios no lo permita! Verdad es que para gobernar con decencia bastan personas normales y no debiera ser difícil encontrarlas porque constituyen la mayor parte de la población, pero ojo: los limítrofes, que es gente bordeando la normalidad aunque por debajo de ella, pueden disimular su condición escondiéndose tras rutinas laborales sencillas y frases hechas que no requieren más habilidad para pronunciarlas que la de un loro de organillero. En actividades con siquiera alguna exigencia ese disimulo es imposible, pero no  así en política, donde bien puede un simplón ocupar un curul parlamentario recitando toda la vida el mantra que aprendió cuando era candidato a jefe de curso en el colegio. Un visitante alienígena se asombraría. Le parecería fascinante que en la actividad con más relevancia de todas, la conducción de una sociedad, los niveles de exigencia intelectual suelan limitarse a un flexible uso de la lengua, la laringe y los pulmones. De ahí, en la historia universal, la frecuencia inaudita de errores colosales siempre pagados por el Estado llano.

lunes, 5 de febrero de 2018

Sublimes idioteces

Déjenme a mí el detallar algunos de los hechos y/o dichos más imbéciles y/o fastidiosos del año. "Algunos" digo, pues en verdad, de hacer un trabajo exhaustivo y tener más espacio, podría enumerar no menos de mil. Bien decía mi padre, con pesimismo más que justificado, que si los huevones volaran no se vería la luz del sol.

Por Fernando Villegas

• Apuntes de Política No resisto la tentación de elaborar mi propio ranking del agónico 2003. Pero no quiero competir: dejo a las revistas de lujoso formato en papel couché la tarea de adular a los ricos y famosos con sus "Cien empresarios más influyentes…" y/o "Los rostros del siglo XXI", a los curas de pantalla el redactar una nueva carta de buenas intenciones -a ser incumplida- para su devota feligresía electrónica, a los plumarios de la crítica el hacer su ranking de las novelas o poemas o ditirambos más sustanciosos y a los periodistas deportivos el confeccionar su lista de fetiches a quienes palmotear. Les dejo eso y todo lo demás, pero déjenme a mí el detallar algunos de los hechos y/o dichos más imbéciles y/o fastidiosos del año. "Algunos" digo, pues en verdad, de hacer un trabajo exhaustivo y tener más espacio, podría enumerar no menos de mil. Bien decía mi padre, con pesimismo más que justificado, que si los huevones volaran no se vería la luz del sol. Vamos a algunas muestras.

Eligiendo la pobreza

Encabeza el ranking la perfectamente cretina conducta boliviana que los dejó sin pan ni pedazo. Tanto fastidiaron con su andrajoso chovinismo de zampoñas y diabladas antichilenas, que la empresa norteamericana interesada en sacar gas de Bolivia decidió hacer su negocio en Indonesia. Y ahí están ahora con todo el gas del mundo bajo sus pies, más boliviano que nunca y más inútil que nunca. Debe ser el primer caso en la historia universal de un país que con mucho orgullo y a base de heroicas luchas populares elige seguir siendo miserable. 
Tan palmaria idiotez es una muestra de lo cierto de lo afirmado por Lawrence E. Harrison en su libro "El subdesarrollo está en la mente, el caso latinoamericano", en el sentido de que, como lo dice el título y como lo prueba su contenido, América Latina no es pobre por carecer de riquezas naturales -todo lo contrario- y/o por ser "explotada por los imperialistas"; Latinoamérica es pobre porque es mentalmente pobre. Lo es porque tiene una elite política y empresarial pobre de ideas y rica en corrupción, una clase laboral pobre en virtudes laborales e inmensamente rica en pereza, y un estrato profesional de menor cuantía en número y menos que mediocre en calidad. De ese medio cerebralmente empobrecido brotan concepciones más rebosantes de resentimiento que de inteligencia, más destructivas que constructivas, menos facilitadoras de la colaboración que del conflicto, menos explicadoras de la realidad que justificadoras del fracaso. Puede que América Latina tenga una abundante colección de literatos, poetastros, compositores de mambos y revolucionarios sebosos, pero se trata por lo general de gente poco productiva e incapaz de mover el poto sin ayuda oficial o privada, incluso para hacer la revolución. Al mismo tiempo carecemos de todo lo que se requiere para hacer crecer y desarrollar una sociedad. Y en Bolivia eso llega a su clímax, al paroxismo, al delirio.

Que se queme no más…

Vamos a otra estupidez. La última semana de diciembre se conoció, esta vez en Chile, un caso flagrante de ella que se viene repitiendo década tras década. Mientras en la V Región, en Valparaíso, se quemaba en una semana dos o tres veces lo que en la última "temporada de incendios" en similar lapso, el gobierno central se negaba taxativamente a poner más medios para el control de los fuegos. Desde luego, notificó, no repondrá el material inutilizado ni se hará cargo de las deudas en que incurrieron los cuerpos de Bomberos. Si acaso éstos desean que se les devuelvan, por ejemplo, las mangueras destruidas, habrán de volver de sus incendios a sacarse el casco, curar sus heridas, mitigar sus quemaduras y ponerse a redactar un informe burocrático hombro con hombro con un suche de la intendencia o el municipio y, tal vez entonces, se les reponga el material a 90 ó 120 días plazo. 
Si este reiterado desprecio y negativa por tomar las medidas y asignar los presupuestos necesarios para que no se destruya la casa misma en que vivimos no es una muestra de imbecilidad rotunda, entonces explíquenme qué es. Lamentablemente, en el ADN de los políticos de Chile la variable ambiental brilla por su ausencia... salvo cuando se trata de torpedear las iniciativas de terceros, como veremos en el próximo punto.

"Seguridad nacional"

Aleonados por el senador Horvath, que parece encabezar una cruzada personal, un numeroso y en verdad mayoritario grupo de senadores, de cuyo cacumen no voy a pronunciarme, exigió al gobierno desestimar el trato alcanzado con Tompkins respecto del Parque Pumalín porque, estiman, atenta contra la seguridad nacional. ¿La razón? Divide, dicen, el territorio en dos. Habrá caminos públicos resguardados por la ley y llegado el caso por la fuerza pública, pero, insisten, el gringo de mierda divide el territorio en dos. La soberanía, en cambio, no está en juego si empresas pesqueras europeas y orientales violan nuestro mar para llevarse riquezas irrecuperables. En ese caso no hay atentado a la soberanía nacional por haber, dichos pesqueros, hecho las correspondientes contribuciones a la caja de empleados, muchas gracias. Ahora que lo pienso, tal vez todo esto no es estúpido, sino sólo buenos negocios. Lo dejo a su criterio.

"Bienvenido a …"

Ya es bastante fastidioso que se hayan multiplicado los "call centers" en los que una melodiosa y afable voz femenina se encarga de perdernos en un laberinto de "si desea comunicarse con mengano, pulse el 0… si desea comunicarse con gerencia, marque el 1…." etc., de modo que nunca nadie le da la cara, pues si pulsa el número para conseguir una operadora, la misma dulce voz le dirá que están todas ocupadas y espere en línea… 10 a 15 minutos. Y hasta ahí no más llegó la queja, la consulta. Pero cuando lo mismo hacen empresas de comunicaciones, el asunto resulta intolerable. Intente alguna vez comunicarse con alguna para que le expliquen cómo es posible no poder encontrar un solo sitio accesible donde le vendan una batería para el celular. ¿Venderle el celular mismo? Para eso hay cientos de quioscos; ¿facilitarle el encontrar una batería para que funcione? Para eso marque el número donde le dirán que se vaya a la cresta.

"Tiempo de reflexión…"

Olvidaba ya lo comentado por el Presidente Lagos cuando Alejandro Guillier fue detenido y enviado a Capuchinos. Dijo, cariacontecido, que estas cosas "debían hacernos reflexionar". ¿A quiénes, de qué? ¿Deben los periodistas "reflexionar" la próxima vez para que no les caiga la teja? ¿Deben andarse con más cuidado para que no les den una palmada en el poto? ¿Han de ser más respetuosos con los caballeritingos, los apitutados, las autoridades y otros personajes por el estilo? ¿Era una forma de hacerles una advertencia? Si no era eso, la frase califica bastante alto, por su ambigüedad, en este ranking de majaderías y tonterías, perdónenme.

Exija su conspiración

La teoría o teorías conspirativa (s) de Longueira califica(n) plenamente en esta lista de memeces inconcebibles. Según Pablo, en Chile no se cae una hoja sin que haya un tipo encaramado al árbol cortándola con una podadora. Pablo debiera saber que en el mejor de los casos hay intentos de complot rápidamente frustrados por la incompetencia de los operadores y/o el efecto contrario de complots en sentido reverso. La historia y la vida transcurren más bien por los senderos del caos. No se haga ilusiones, Pablo.

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